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— Dios, aquí estás ¿Qué se supone que haces aquí? Está helado, vas a provocarte una neumonía.

—N-no quería estar en mi cuarto Jake.

—Rápido, Riki nos espera en el auto, cámbiate — salió del lugar con prisa.

Cambiarse ¿para qué?

Ah sí el funeral.

El funeral del señor Lee.

Sunghoon se sentía terrible, no quería saber nada, se había encerrado en el sótano y se quedó profundamente dormido evadiendo su realidad, había perdido la noción del tiempo una vez más.

Aún así tenía que fingir que todo estaba bien, ya se había humillado demasiado esa noche llorando de rodillas en frente de todos.

El señor Lee era libre, ya no tenía que lidiar con su espantosas condiciones de salud, por fin podía descansar en paz. O al menos pensar eso lo consolaba así mismo.

Claramente se había asustado, el hecho de que descubrieran que el alfa había muerto por su culpa le había alterado todo su sistema, tal vez la euforia del momento, pero ahora...

Ahora ya se habían llevado al señor Lee a la funeraria.

Nadie había mencionado nada, todos sabían que sus condiciones de salud eran pésimas y que era cuestión de meses para que partiera a la mejor vida.

Salió vestido de negro de su habitación, dio la vuelta para verla una vez más, un sentimiento de nostalgia lo invadió. Algo le decía que su tiempo en ese espacio estaba por acabarse.

Todo va a estar bien, se dijo así mismo mientras cerraba con fuerza la puerta del auto para dirigirse hacia el lugar del entierro.

































— Nunca había visto a Sunghoon así de mal —murmuró Ni-ki viendo de lejos como gente que jamás había visto en su vida daba sus condolencias por el difunto Lee Dongmin.

— Ni yo— respondió Jaeyun.

—Me siento mal por él.

— Yo también, pero sé que es fuerte, va a salir adelante.

— Él tenía un vínculo muy fuerte con Eunwoo.

— Lo sé, Sunoo me dijo que quería hablar de algo conmigo pero no tengo idea de qué podría ser.

— Sea lo que sea su habitación será mía, ya la reclamé.

— Shh cállate cállate ahí viene.

— Hola — el omega que reinaba la conversación apareció mágicamente, totalmente absorto en sus pensamientos.

—Hola Sunghoon Hyung, ¿todo bien? Cuando llegó la ambulancia quería que te revisarán. No entiendo porqué te fuiste.

—No tenía nada, estaba bien, sólo, sólo me... sorprendí, es todo.

— ¿Seguro? — el menor levantó ambas cejas.

—Seguro.

Se quedaron en un silencio algo incómodo, sería demasiado obvio que estaban hablando de Sunghoon así que el mayor de los tres rompió el silencio.

—Él realmente era una buena persona.

—Por supuesto.

—Era tan joven.

—Demasiado.

—Jake, no sé si Sunoo Hyung te lo dijo pero quiero hablar contigo — El omega interrumpió inconscientemente.

— Por supuesto, vamos — lo tomó del brazo suavemente para llevarselo a un lugar más privado. — Riki, cuida ¿si? Cualquier cosa llámame — el menor simplemente asintió.
































— Bien ¿qué pasa?— Ambos llegaron al jardín, se sentaron en una banca, había muy poca luz y estaba completamente solitario, de ninguna manera se le habría ocurrido pasar por ahí solo.

No respondió, había olvidado todo el discurso que había preparado antes de llegar y ahora se moría de los nervios y de la vergüenza. Él no quería que nadie se enterara pero ahora Jake estaba a punto de enterarse y eso lo ponía tan ansioso.

—Ven aquí — El alfa lo envolvió en un cálido abrazo dónde pudo sentir todo el cariño que le tenía, lo adoraba, antes habia sido de manera romántica pero ahora, no podía verlo más que como un amigo y se avergonzaba, se arrepentía profundamente por haber pensado en Jake de esa forma.

— ¿Son tus medicamentos? ¿Te están causando efectos secundarios o algo así? — El omega negó con su cabeza recargada en el hombro del mayor. Ojalá sus problemas se redujeran a simples efectos secundarios producidos por medicamentos.

Se confundió cuando el alfa empezó a olfatearlo, pero después recordó.

Como respuesta se separó rápidamente quedando unos cuántos centímetros lejos del alfa empezando a temblar.

— Hueles — Jake intentó acercarse de nuevo pero Sunghoon volvió a alejarse, está vez levantándose de la banca.

—Déjame olerte, sólo para despejar mis dudas Sunghoon —su tono de voz reflejaba terror.

— No necesitas despejar nada,  ya me hice la prueba y salió positiva — dijo lo último casi como un susurro bajando la cabeza pero el alfa lo entendió completamente.

Jaeyun abrió los ojos atónito al escucharlo,  posó la palma de su diestra en su boca mientras seguía mirando al omega fijamente.

Sunghoon bajó la mirada sintiéndose tan estúpido y vulnerable a la vez, odiaba que  lo mirara de esa forma y aunque no le estaba reclamando nada simplemente no quería que nadie se enterara de eso.

Después de un largo silencio en el que el alfa intentaba procesar la información y Sunghoon sólo se arrepentía por haber dicho su mayor secreto del momento, sentándose nuevamente en la banca; volvió a hablar.

— Tengo que deshacerme de esa cosa — su voz salió suave  — Y necesito que me ayudes.

Jaeyun giro su cabeza hacia el omega y  frunció el ceño.  —No haré eso.

— Lo harás, eres el único que puede ayudarme, es eso o lo haré yo mismo y moriré y te arrepentirás de no haberme ayudado por el resto de tu vida.

— Sunghoon, aunque consiga al mejor practicador de abortos del país, hay riesgo de que mueras, eres un omega mestizo, tu cuerpo puede no resistir ese proceso.

Las lágrimas no tardaron en salir de sus ventanas negras.

—Hay otras maneras, tienes que conocer a alguien que me pueda ayudar y que sea seguro.

El alfa no dijo nada planteándose las palabras del omega.

— Por favor... Te lo ruego, haré todo lo que quieras. Todo lo que sea necesario.
Yo no puedo tenerlo — su voz empezaba a manifestar el estrés que sentía por su situación.

— Basta, cálmate — Jake ventiló con pesar.
— Puedo contactar a alguien que pueda darte una pastilla, creo que sería lo más factible, pero por favor, ten mucho cuidado. — Habló no muy convencido de sus palabras, pero de verdad quería a ayudar al omega.

—Gracias Jakey —sorbió la nariz, una sonrisa se coló en su rostro y su voz sonó más tranquila. —Algún día te pagaré todo, lo prometo — su voz volvió a quebrarse y su mano cubrió sus ojos, no quería que Jake lo siguiera viendo llorar.

— Tranquilo, está bien, no tienes que pagar nada — Jake le sonrió revolviendo sus cabellos —Aunque, si Heeseung se llegase a enterar-

—No se enterará nunca, se fue y no volverá, igual si se enterara, ¿qué importa? ¿De verdad crees que le importaría?

— Claro que me importa.

Tal vez habían estado demasiado sumidos en su conversación sumando la escasa iluminación del lugar para percatarse de la presencia de Heeseung en la esquina del jardín.







































crucifícame [heehoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora