CAP-10

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Saska

Veo a Emma desmayarse, su cuerpo cayendo lentamente antes de que Axel logre atraparla en sus brazos. Me acerco rápidamente, sintiendo una mezcla de preocupación y arrepentimiento invadiéndome.

—Esto es lo que pasa cuando te niegas a comer por días —murmura Axel, mientras la recuesta con cuidado en la cama.

Asiento en silencio, incapaz de apartar la mirada de su rostro pálido. Las palabras de Emma, las que dijo justo antes de desmayarse, resuenan en mi mente. "El error fue mío... Empecé a sentir algo por ustedes". Por más que intenté disimularlo, esas palabras me golpearon profundamente. ¿De verdad siente algo por nosotros? ¿Y nosotros, cegados por Sara, terminamos lastimándola de esta manera?

—Axel, creo que hemos cometido un error con Emma. No debimos reaccionar así sin haber investigado primero —digo con voz contenida, aunque por dentro la rabia y el arrepentimiento me están consumiendo.

Axel asiente y pasa una mano por su rostro, como si intentara aliviar el peso de la culpa.

—Es verdad... Ahora que lo pienso, Sara ya había hecho algo similar antes. ¿Recuerdas aquella vez que acusó a uno de los guardias de sobrepasarse con ella solo porque él no le caía bien?

Asiento lentamente, recordando el incidente. Sara manipuló la situación a su favor, y nosotros, sin cuestionarlo, la apoyamos incondicionalmente. Ahora parece que estamos repitiendo la misma historia, solo que esta vez las consecuencias han sido mucho más serias.

Salimos de la habitación de Emma y, antes de irnos, le damos unas instrucciones a la sirvienta que le trae la comida, pidiéndole que nos avise cuando el doctor llegue para revisar a Emma. Necesitamos asegurarnos de que esté bien, pero primero debemos aclarar lo que realmente ocurrió.

Nos dirigimos hacia la sala de control, donde se encuentran las grabaciones de las cámaras de seguridad. Mi corazón late con fuerza, y cada paso que doy siento cómo aumenta la tensión en mis músculos. Tengo una corazonada, una que no me gusta en absoluto, pero que necesito confirmar para darme cuenta de lo ciegos que hemos sido.

—Aquí está —Axel señala la pantalla, y ambos nos acercamos, observando atentamente las imágenes del día en que supuestamente Emma "cortó" la cara de Sara.

En la grabación, vemos cómo Sara entra en la habitación de Emma y permanece allí por unos minutos. La cámara no capta lo que sucede dentro, pero, poco después, vemos a Sara salir. Su rostro está intacto, sin rastro alguno de la supuesta herida que más tarde afirmó que Emma le hizo. Apenas pasan unos minutos antes de que Axel, ella y yo entremos juntos en la habitación de Emma. Y, justo en ese momento, Sara ya aparece con la herida en el rostro, como si hubiera salido de un acto de teatro bien preparado.

Axel se cruza de brazos y su mandíbula se tensa. Puedo ver en su mirada la misma furia que yo siento ahora. Sara ha manipulado todo desde el principio, sabiendo exactamente qué botones presionar para poner a Emma en una posición de culpabilidad, aprovechándose de la confianza que le teníamos.

—Lo ha hecho otra vez, Saska —Axel rompe el silencio, con un tono que mezcla rabia y tristeza—. Ella sabía lo importante que era Emma para nosotros y usó eso en su beneficio, como un juego retorcido para mantenernos bajo su control.

Niego con la cabeza, intentando controlar mis pensamientos. La verdad me abruma, pero al mismo tiempo siento que necesito enfrentarla.

—Axel, esto ya fue demasiado. Sara debe recibir un castigo por esto. No puedo seguir permitiendo que manipule nuestras vidas así. Sí, puede que la quiera como a una hermana, pero Emma... —Hago una pausa y miro hacia la habitación donde dejamos a Emma. Me doy cuenta de lo profundo de mis sentimientos por ella, un sentimiento que había intentado reprimir, pero que ahora es imposible de ignorar—. Emma es quien verdaderamente me importa. No puedo permitir que siga sufriendo por culpa de Sara.

Axel asiente lentamente, como si mis palabras reflejaran sus propios pensamientos.

—Tienes razón. Nadie, ni siquiera Sara, debería tener el poder de lastimar a la mujer que amo.

Ambos compartimos un momento de comprensión. Ahora es claro que, a pesar de lo que hemos sentido por Sara en el pasado, lo que sentimos por Emma es diferente. Es auténtico, fuerte, y nos damos cuenta de que hemos fallado en protegerla. Esta situación no puede continuar.

Decidimos confrontar a Sara y dejarle claro que sus manipulaciones no serán toleradas más. Bajamos por los pasillos, nuestras pisadas resonando en el silencio de la casa, como un eco de la determinación que sentimos. No estamos seguros de lo que sucederá después, pero sabemos que Sara deberá responder por todo lo que ha hecho.

Antes de enfrentarnos a ella, regreso a la habitación de Emma, sintiendo la necesidad de verla una vez más. Su expresión parece pacífica, pero sé que su interior está herido. Me acerco a su cama y, sin poder evitarlo, le tomo la mano, prometiéndome que, de ahora en adelante, no dejaré que nadie la lastime ,ni siquiera yo.

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Nos leemos prontito bye

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Mafia con sabor a café Donde viven las historias. Descúbrelo ahora