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TRISTAN LIONES

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Narradora Omnipresente

Una pequeña niña de cabello azul pálido hasta los hombros , ojos de color dorado, sus colmillitos eran un poco más grande de los normal,  de 9 años caminaba por los largos pasillos del castillo de Liones admiraba el lugar ya que su castillo no era así.

—Este lugar es muy bonito -por estar viendo por otro lado choco con una mujer- ¡auch!

—Perdón Kilia estas bien? -ella levantó la mirada y se encontró con Elizabeth la reina de Liones-  ¿te lastimaste?

—Reina -hizo una reverencia- perdón estaba admirando su castillo, es muy bonito.

—No te preocupes nena -se agacho para poder estar a la misma altura- sabes eres igual a Ban

—Si todos dicen eso, mamá dice que por lo menos saque el mismo color de ojos que ella, por lo menos Lance se parece un poco más a ella. 

—Si él si es un poco de ambos, pero tu quisiste seguir igual a él, hasta sus colmillos sacaste -ella sonrió orgullosa mostrando sus colmillos resplandecientes- espero que disfrutes la fiesta.

—Reina, ¿Dónde esta el príncipe Tristán?

—No lo sé -se puso de pie- lo he estado buscando por todos lado, pero no lo encuentro. 

—¿¡Quiere que la ayude!? ¿La puedo acompañar? -Elizabeth le sonrió con ternura.

—Claro que si, gracias por tu ayuda Kilia. 

Durante bastante tiempo ambas mujeres estuvieron dando vueltas por todo el castillo, Elizabeth no se aburrió para nada ya que Kilia se encargaba de hacerle platica en todo momento.

—Y ese día que iba a caer en el árbol descubrí que puedo flotar mire -ella aún tomada de la mano de Elizabeth se elevo un poco, cualquiera que la viera diría que es un pequeño ángel, ya que con ese vestido blanco- entonces cuando me canso de caminar floto -volvió a estar en el suelo.

—Veo que heredaste eso de Elaine, tengo recuerdos de ella que así era antes de que tuviera sus alas. 

—Usted cree que algún día tenga alas como mi mamá?

—Puede que si -en eso un pequeño niño de cabellos grises y ojos de diferente color iba entrando de puntas al castillo- aquí estas -Elizabeth abrazo atrapando al Tristán

—¡Ah! ¡Mamita! 

—Donde te metiste mi amor,  estábamos buscándote, tienes mucha energía -él pequeño se separo de inmediato de su madre.

—¡Que estaban buscándome! ¡Quiere decir que esos pecadores saben de mi mamá!

—Pecadores? Claro que saben de ti -menciono sin más. 

—¿Por qué te asustas príncipe? -Kilia se acercó más a él.

—Mamá, Kilia escuche que esos pecadores atacarían el reino esta noche.

—Tristán donde te metiste -Meliodas junto con los pecados capitales estaban detrás de él.

Todos los pecados empezaron a admirar al pequeño Tristán, mientras que él les decía que eran exiliados del reino, Kilia no entendía que pasaba, será que Tristán no sabía que eso había pasado hace muchos años.

Amor desde niñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora