Capítulo 17 - El caballero de la rosa

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De todas las maneras de despertarse un domingo, Jungkook no podía imaginarse una opción peor que con el timbre de su casa sonando con insistencia a las 8 de la mañana. Aun completamente desorientado, se levantó de la cama y fue arrastrando los pies por el suelo, dispuesto a arrancarle la cabeza a la persona que se estaba atreviendo a molestarle. ¿Pero quién demonios en su sano juicio llama a la puerta de otra persona un domingo por la mañana? O, mejor dicho, ¿quién demonios en su sano juicio está despierto a las 8 de la mañana de un domingo si puede evitarlo?

Con los ojos aun intentando acostumbrarse a la luz y con cara de pocos amigos, el chico abrió la puerta despacio para echarle una mirada asesina a la persona al otro lado de la puerta.

— ¡Hola! ¿Puedo pasar? He traído muffins y café recién hecho de la cafetería de enfrente— dijo Taehyung con voz cantarina, sin esperar una respuesta por parte de Jungkook antes de entrar en casa.

— Pasa, pasa...— murmuró Jungkook de mal humor, cerrando la puerta.

— ¿Te he despertado? Lo siento, he estado toda la noche despierto y me he tomado un par de bebidas energéticas. Llevo esperando para venir desde hace...— dijo Taehyung apresuradamente, mirando su reloj de pulsera— ¡Uh, 3 horas! ¡Qué rápido pasa el tiempo!

— Dios mío, Taehyung, respira, te vas a ahogar— dijo Jungkook con una pequeña risa, encontrando más y más divertido el momento por cada instante que pasaba.

Él, recién levantado y desorientado, aun no teniendo muy claro que estaba pasando. Taehyung, ojeroso y despeinado, vestido con una sudadera del conservatorio y unos pantalones que claramente eran de pijama, y en mitad de un subidón de cafeína, hablando a la velocidad del sonido.

Pensándolo mejor, quizá despertarse tan temprano un domingo no era tan malo si era porque la versión humana de un ratón hiperactivo le había traído el desayuno. Podría haber sido peor. Al menos había usado su poca capacidad de raciocinio para ponerse unos pantalones de deporte y una camiseta ancha antes de abrir la puerta en lugar de abrirle en ropa interior, que era como normalmente dormía.

— A ver, cuéntame qué te trae por aquí— dijo Jungkook, invitando a Taehyung a sentarse en el sofá y sentándose a su lado.

— ¿Te acuerdas de que ayer me pasaste la lista de música actual que te pedí? Pues bien, he pasado toda la noche analizándola y quiero que me expliques algunas cosas— dijo Taehyung, dándole un bocado a uno de los muffins a continuación.

— ¿Qué necesitas que te explique? — preguntó Jungkook, ni siquiera entendiendo a qué se refería.

— Verás, el caso es que sigo intentando encontrar el por qué esa música gusta a tanta gente. Muchas de ellas siguen la misma progresión armónica de cuatro acordes con apenas unas pequeñas variaciones en la parte melódica— respondió Taehyung con la boca llena.

— Bueno...sí, es cierto— dijo Jungkook.

— Y algunas canciones tienen vocalistas que cantan muy bien, pero otros...Otros apenas cantan una octava en toda la canción. ¿Por qué esas canciones son famosas? Son muy simples, ¿no?

— Hyung, pero es que lo has hecho mal— dijo Jungkook, dándole un sorbo a su café.

— ¿Cómo escucha alguien música mal? — respondió Taehyung, levantando una ceja con extrañeza.

— Pues sobre analizándolo todo en lugar de sentir— dijo Jungkook, dándole un toque juguetón en la punta de la nariz— Sé que te encanta la música de manera técnica, y eso es genial. Pero la música también nos hace sentir emociones.

— Si, bueno, es verdad que las armonías de acordes...

— ¡Deja los acordes, las armonías y todo eso! — exclamó Jungkook, riéndose— Parece mentira que tenga que decirte esto, Taehyung... ¡Te has perdido la parte más bonita de la música!

Entre notas [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora