Esta historia comienza con un preocupado Tails, buscando frenéticamente un título en su librero. Arrojando libros y ejemplares al suelo, sin importar nada. Momentos después, de modo curioso entró al taller un descuidado Knuckles que paso por debajo de Tails y la escalera en la que estaba trepado.
—¡Sonic, Tails! ¡Vamos a entrenar, mis músculos no crecerán solos! —alzó los brazos de manera brusca para hacer una especie de pose, sin darse cuenta de que había derribado la escalera.
—¡¡Ahhh!! —gritó el pequeño zorro tras caer desde arriba, aunque afortunadamente Knuckles logró atraparlo en el aire.
—¿Ahora vuelas? Vaya, sí que lo puedes hacer todo.
—¡Bájame, Knuckles! ¡Estoy ocupado!
—¿Volando?
—¡Sí! ¿Espera qué? ¡No! ¡Trato de encontrar un libro de biología!
—¿Por qué querrías eso? ¿No habías dicho que no eras esa clase de doctor?
—¡Amy está en peligro y tenemos que ayudarla!
—¡¿Eggman está atacando su casa?!
—¡¿Podrías dejarme explicar sin interrumpirme?!
—Bien... pero no me hables así, lastimas sin sentimientos.
—Aghh... —Tails rodó los ojos y se llevó ambas manos al rostro—. Verás, si mis cálculos no me fallan Amy está por comenzar con su primer "periodo de apareamiento".
Knuckles arqueó una ceja y se cruzó de brazos.
—¿Por qué no le das píldoras como a todos los demás? Hace un tiempo lo hiciste con Sticks, cuando actuaba como loca... bueno, quizás un poquito más loca de lo normal.
—Porque en el caso de los erizos, Amy no es quién debe tomarlas. Son los machos, ya que ellos son los que inducen el celo de la hembra en primer lugar.
—¿Entonces Sonic debe tomar píldoras?
—Todos los machos.
—¿Qué quieres decir?
—Sonic y... Shadow.
—¡¿Qué?! ¡¿Estás loco?! ¡Ese tipo nos odia!
—¡Por eso es que estoy tan preocupado!
—¿No sería más fácil alejar a Amy de ellos mientras esto pasa?
—No, no lo sería. Lo más seguro es que justo ahora ella este generando feromonas que atraerán a los machos más cercanos, aunque no lo sepa aún. Así la ocultáramos para protegerla, créeme, la encontrarían.
Knuckles se dejó caer de sentón en el suelo y se pasó la mano por la cara, preocupado por su buena amiga.
—No podemos dejar que le hagan daño a Amy, ¿Cómo es que nunca había pasado esto antes?
Tails bajó las orejas y respondió:
—Porque la única explicación lógica para esto es que Amy es la única hembra que queda y me temo que los erizos jamás mezclan su genética con otras especies.
—Espera eso quiere decir que...
—Que también es el primer celo de los machos. Eso los hará aún más agresivos y territoriales.
—Oh no, Amy... —murmuró por lo bajo.
—Es cuestión de horas para que detecten el aroma de Amy e intenten cortejarla para poder aparearse con ella. Sus instintos los van a mover, pero tratándose de Sonic y Shadow este evento natural podría volverse una competencia bastante peligrosa.
