Parte 2: El Caos En El Tren

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Después de escuchar lo que el conductor del tren les dijo, el pánico no tardó en hacerse presente, gritos frustración, pese a todo, los 3 compañeros militares estaban ahí viendo el caos, tanto Mario como Robe tenían miradas de angustia y preocupación, no encontraban solución a su situación, pero Damián estaba tranquilo, preocupado si pero tranquilo, esa mentalidad le habia salvado la vida en varias ocasiones y tenia pensado hacer uso de todo su conocimiento para salir de ahi con vida, de echo jamás en su vida había estado en un lugar así, que desafiará todo lo que sabía, había historias increíbles entre los militares, los Lobos gigantes en las montañas de Nayarit, que se creía eran Nauales, los reptilianos en las cuevas historia que según había escuchado había ocurrido en el estado de Chihuahua, pero nada como lo que estaba viviendo en este momento.
Comenzó a estudiar la situación y miro aquellos que estaban más tranquilos mas controlalos, todos estaban buscando una solución pero, no había una, estaban atrapados en un viaje de locos tenían que aceptarlo y ahora, solo quedaba sobrevivir.

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Ricardo Mendez, era segúndo más joven en el vagon aparte de la pequeña niña que fue arrebatada de las manos de el maldito secuestrador pedófilo. Con sus 17 años se sentía tranquilo. a pesar de su edad el ya media 1.78 de altura, tenía el pelo largo hasta los hombros y lacio, era delgado de ojos negros, aunque aveces du pelo escondían sus ojos, siempre vestía una camisa negra, unos jeans azules y sus tenis negros, al menos cuando no usaba el uniforme de su preparatoria que lo odiaba, le habia querido poner el logo de la prepa a una camisa negra, pero el prefecto de la escuela lo había regresado. Cuando se había dado cuenta que algo estaba mal era muy tarde ya, estaba tan centrado en su música, pero quién no lo aria si estaba escuchando Master of Puppets de Metallica por ese motivo nunca notó la diferencia de color del tren, el aroma a lugar abandonado y la sensación de ser separado de su mundo.
Empezó a notar que algo andaba mal cuando ese loco entro con la niña al hombro, ella gritaba y golpeaba pero este hombre ya tenía bien sujeta, pensó en ayudarla entretener al desgraciado hasta que en la siguiente estación la policía lo detuviera, pero temia que en un error golpeara a la niña, pero eso no significa que no hizo nada, estaba alerta desde ese momento.
Lo siguiente que vio fue al joven que entró a hacerle frente al loco, y tras el una joven señora con cara de terror y angustia, el joven era policía o soldado lo noto al momento que rápidamente le había propinado un tremendo jab de izquierda y después una derecha frente a el, con lo que soltó a la pequeña y en ese momento el la había logrado apartar a niña y la señora logro correr pata acercarse a ella para ver que estuviera bien.
Le hizo sentir bien, haber hecho su buena obra del día, pero lo siguiente que vio fue de locos, algo que solo esperaba ver en una película o mientras jugaba algún juego, entraron 2 soldados y apuntaron al loco, las cosas se empezaron a tranquilizar, pero se sentía aún en la zona de riesgo, así que con la voz más baja le dijo a la señora.

- Será mejor que nos alejemos un poco-. Ella nerviosa y asustada solo había asentido con la cabeza, se comenzaron a alejar cuando el otro soldado se fue a por ellos, y pensó lo peor, va a creer que soy cómplice de esté loco pensó, pero no fue así, comenzó a a revisar a la pequeña y le dedicó una sonrisa, ya que todo en ella estaba bien, solo quedaba el trauma de la persecución, lo siguiente ocurrió en unas milésimas de segundo y todo el lugar quedo en silencio y helado, sentadas a su lado derecho se encontraban dos enfermeras, una de piel blanca como la nieve, y cabello castaño y otra morena y de pelo chino como afro, estaban completamente paralizadas por el miedo, en un momento de distracción el maldito loco se lanzo por ellas, pero no dió mas de dos pasos cuando se desplomó contra el suelo de cara y con un hoyo en la nuca, la sangre pronto hizo ver en forma de charco.
Por un largo momento su mente quedó en shock, no solo por ver la muerte frente a sus ojos, si no la habilidad y la capacidad de reacción de aquel que no hacía mas de 5 minutos había recibido la pistola de manos de el soldado más bajo, momento después le había quitado el arma y le había regañado pero, que hombre, no sabía porque pero los regaños y gritos no le afectaron incluso después de escuchar al conductor loco de el tren, Alberto se hacia llamar, el seguia sereno, y ahora en el caos, permanecía seguro después de comenzar este viaje de locos, (Quiero ser como el). Pensaba, pero el caos en el tren seguía, el estaba sentado a lado de la madre que cargaba a su niña en brazos y permanecía en silencio junto a el, parece que al igual que el, ella también detestaba el caos.

El Tren de las Dimensiones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora