05.-

74 11 6
                                    

              >>El comienzo del fin<<

✧ ➷ೃ༄*ੈ✩ ✧ ➷ೃ༄*ੈ✩ ✧ ➷ೃ༄*ੈ✩
Era increíble lo mucho que duraron juntos, había pasado ya un año desde que se conocieron y habían logrado esconder muy bien su relación para que nadie dijera nada.

O más bien muchas veces los habían visto, todos sabían que ellos estaban enamorados pero el cielo estaba preparándoles algo más grande, un regalo. Era invierno y las lluvias eran muy usuales incluso a veces en ciertos lugares podía nevar. Ellos se tomaron unos días de vacaciones para ir a una cabaña en dónde descansarían y verían la nieve, ese era su principal objetivo, la nieve. Hacía demasiado frío pero la casa era acogedora, calentita y cómoda.
Wriothesley abrazaba a Neuvillette mientras estaban viendo por la ventana esperando a que cayera el primer copo de nieve.

—¿Cuánto tiempo más podremos estar así?. —Preguntó el pelinegro con un tono triste.

—No pienses en cuanto tiempo nos queda, disfrutemos lo que es el presente así incluso si me voy hoy no nos arrepentiremos de nada.

—Te tengo un regalo.

—¿En qué momento compraste algo?.

—Te lo daré cuando empiece a nevar.

Neuvillette suspiró, quería saber que le tenía preparado. Wriothesley besó su mejilla miles de veces para demostrarle su cariño hasta que empezó a nevar.

—¡Mira, mira! —Apuntó Neuvillette —¡Está nevando!.

Así era, la nieve era hermosa. Ambos miraron el exterior mientras en la casa sonaba la música que habían puesto, música instrumental, Neuvillette se sintió un poco aterrado pues quería disfrutar de más momentos así pero sabía que su vida sería corta.

Su historia de amor no era como cualquiera, ellos iban a sufrir el destino de todos los que se enamoraban de los ángeles. Había mandado tantas veces muchas parejas para que el cielo las castigara pero se arrepentía con todo su ser, odiaba haber sido así y nunca le gustó, muchas veces recordaba como le suplicaron para que no lo contara pero era sus vidas o su vida, no podía aguantar un castigo más, siempre se preguntaba "primero mis alas ¿Qué sigue?". Probablemente lo torturarían y luego lo matarían.

Ahora estaba tan metido en sus pensamientos que se había olvidado por completo de disfrutar la nieve, los brazos de Wriothesley lo abrazaban con cariño, ese cariño que nunca le habían dado.

—Mírame. —Dijo tomándolo de sus manos.

—¿Así?.

Neuvillette se volteó para verlo y Wriothesley, sin dudar, lo besó. Mantuvieron sus labios juntos con los ojos cerrados por un tiempo hasta que se separaron para mirarse. El amor...
El amor había mejorado la vida de ambos, no habían límites para ellos, Wriothesley le había enseñado otro lado de la vida, el lado alegre y positivo.
La nieve caía y se volvieron a besar, era hora del regalo.
Wriothesley se alejó un poco y tocó la mejilla del peliblanco mientras pensaba en como debía dárselo.

—Vamos afuera —Dijo sonriendo. Ambos corrieron para ver caer la nieve, el suelo empezó a volverse blanco, hacía frío pero era un paisaje hermoso, Neuvillette sentía que el mundo se detenía a su alrededor como si ese momento fuera tan significativo que debía aprovechar cada segundo.

El ángel miró el cielo imaginando una vida juntos sin problemas ni miedos, como sería si el no fuera un ángel.
Le gustaría vivir junto a Wriothesley, comer todos los días con el, dormir juntos siempre, poder bañarse juntos, ir a comprar cosas inútiles y útiles y muchas cosas más, era su sueño.
A lo mejor si vivieran una vida así no tendría que preocuparse por la tristeza, Wriothesley era el apoyo que necesitaba, se podía imaginar a ellos disfrutando de una tarde tomando té con Navia y Clorinde, era un escenario ideal.
Unas vacaciones de verano en otro país o quizás tener una mascota, ¿qué hacen las parejas cuando quieren estar juntos durante mucho tiempo?...

Amar significa matarte ||Wriolette Donde viven las historias. Descúbrelo ahora