Ellos se quedaron cortos

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Bajo el manto de la noche, donde el silencio se hace eco, 
como Neruda anhelaba el amor, contigo mi insomnio se vuelve loco. 
Las estrellas titilan en el cielo, cómplices de nuestro destino, 
y en cada latido sincero, siento que el universo es divino. 

En las palabras de Lorca y su canto a la pasión desbordante, 
mi corazón clama tu presencia, en este instante palpitante. 
Tus ojos, dos faros brillantes, iluminan la senda oscura, 
y en el vaivén de tus abrazos, encuentro mi paz más pura. 

En esta página de la vida, como Benedetti suspiraba la verdad, 
te deseo cerca, en este momento de intimidad. 
El viento susurra secretos, historias que el tiempo olvidó, 
y en cada roce de tus labios, el mundo entero se detuvo. 

Que el tiempo se detenga, como lo anhelaba Bécquer en su rima, 
porque sin ti, mi amor, mi mundo se desanima. 
Eres el verso que falta en mi poema, la melodía en mi canción, 
la razón por la que el sol brilla y se eleva mi corazón. 

Bajo el cielo estrellado, en un rincón de nuestro anhelo, 
te prometo mil susurros, mil promesas en el vuelo. 
Cada palabra que te ofrezco es un suspiro en la brisa, 
cada latido que compartimos, una eternidad que se eterniza. 

Así, en este baile de sombras, donde el amor se hace fuego, 
nuestros cuerpos se entrelazan, como el río que abraza al suelo. 
En la penumbra de la noche, los sueños se hacen verdad, 
pues contigo a mi lado, no hay dolor, solo felicidad. 

Y cuando la aurora despierte, dejando atrás la negrura, 
sabré que en cada amanecer, tu amor será mi locura. 
Así, como versos de un poeta, juntos escribimos nuestra historia, 
bajo el manto de la noche, donde florece nuestra gloria.

"Ecos en Papiro: Poesía para tu Alma"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora