· ─ ❨ 𝗽𝗲𝗮𝗰𝗲 ❩
nunca creí poder conocer
algo tan bello como él
Luego de aquel evento tan horrible en el que Ōishi Yasu fuera la burla de toda la secundaria y primer año de su preparatoria, decide irse a otra lo más lejana d...
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Ōishi Yasu tuvo unos meses más tranquilos de lo que hubiera esperado después de haberse apartado de todos. La obra sirvió mucho para poder volver a ser ella misma con las personas a su alrededor, ya que se dio cuenta que, aunque tuvo la culpa del error en el torneo, todos cometen errores y no debía culparse por eso. Y mucho menos la solución era alejarse de todos.
De esa misma forma terminó su segundo año en la preparatoria Karasuno, teniendo buenas calificaciones y a sus amigos de vuelta. Algo que fue triste para ella era el hecho de que los chicos de tercer año del Karasuno se graduaron, incluyendo a Hana, y ahora se sentía triste de no poder verla todos los días (aunque vivían relativamente cerca y ya que comenzaría a estudiar en la Universidad de Sendai se podrían ver los fines de semana sin problema). Extrañaría mucho a Tanaka, Nishinoya, Ennoshita y los demás chicos que la hacían reír siempre, pero al menos ahora el capitán del equipo era Yamaguchi y tenía fe de que podrían llegar a las nacionales ese año también.
Pero claro que no todo pudo ser perfecto, ya que debido a sus calificaciones Yasu fue enviada a una mejor clase y ya no estaba con Hinata. Al menos compartía clases con Yachi y eso le ayudó a poderse integrar, aunque no intentaba hacer muchos amigos.
—¡Ōishi, el jueves tienes que ir a ver nuestra práctica! —dijo con entusiasmo Yachi justo cuando comenzaba el receso. Decidieron pasarlo juntas de ahora en adelante.
—Claro que estaré ahí, Shōyō ya me amenazó —murmuró avergonzada. Yachi alzó una ceja con curiosidad como si se diera cuenta de algo.
—¿Desde cuándo le dices por su nombre?
—¡¿Eh?! —chilló inconscientemente, ahora más avergonzada. Sus mejillas se ruborizaron un poco y desvió la mirada de Yachi—. Esto… B-Bueno… Sólo sucedió…
Claro que su amiga no le creía, así que sólo sonrió cómplice y dejó el tema atrás. Todos sabían y era más que evidente lo que sucedía, pero ellos no habían sido capaces aún de decirlo en voz alta y no le competía hacerlo. Sería a su tiempo.
