Lee Namra tiene una misión, descifrar si el sospechoso del caso es culpable o si sólo es un empresario.
Shi Oh tiene otra misión, vengarse.
Ambos sin saber esto del otro. El se casa pensando que es una chica ingenua y ella se casa pensando en arre...
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Ryu Shi Oh
Era peligroso, estoy consiente de ello. Pero en mi mente no sale esa mujer sufriendo y cuando lo recuerdo siento la ira pasar por mis venas.
—— Señor Ryu. ¿Qué trae al esposo de mi hija aquí? — pregunta mi suegro mientras que lo ignoro y entro a su oficina para luego tomar asiento —
Cruzo mis piernas y me cruzo de brazos
—— Tráeme un café. — le ordeno y puedo escuchar como aprieta los dientes con fuerza. El me odia, pero solo porque sabe que soy una amenaza. Yo lo odio más de lo que él podría imaginarse, me quitó lo que más amaba —
Cometí un error. El no ama a su hija, de nada sirve que haga mi venganza con ella...
Fue una tontería si quiera imaginármelo, no haré lo mismo que él, no soy como él...seré peor que él. Por lo tanto, debo hacerlo pagar con algo mucho más grave. Algo que si valoré en verdad. Ya me engañó una vez con Nam Ra, no caeré dos veces.
Debí asesinarlo la primera vez que lo vi
—— Aquí está tu café. — me lo entrega después de unos minutos. Usa su fuerza para fingir que le agrado— Dime, ¿qué te trae por aquí? ¿Mi hija te hizo algo?
—— ¿Qué vas a hacerle si me hizo algo?
—— Tengo que regañarla. — ríe negando — Mi hija siempre suele tener un terrible temperamento, no la conociste de niña.
—— ¿La maltratabas más cuando era niña? — el deja de sonreír y aprieta los puños —
—— Escuche — habla después de un silencio y un suspiro que el hizo — Uno educa a sus hijos como cree que se debe. Nam Ra no es ninguna santa, ella siempre se a merecido tal trato.
—— ¿Por qué?
—— Porque es como su madre. Porque ella es irritante, muy habladora, muy sensible y nunca fue inteligente. Con el tiempo te darás cuenta de él porque elijo mil veces a mi hijo. No te metas Ryu Shi Oh, sigue siendo el marido de mi hija y ya.
Vaya...al parecer su actuación de buen padre de fue por la borda cuando le di a entender de que ya no me creía ese cuento. Ni siquiera se esfuerza en lo más mínimo para hacerme cambiar de opinión.
—— Eso es lo que pienso hacer. — me levanto — Seré el esposo de su hija, voy a amarla más que nadie en este mundo. Lo que significa... —me levanto observando su oficina — No me quedaré de brazos cruzados de nuevo si te atreves a tocarla o si uno de los tuyos vuelve a humillarla. ¿Quedó claro?
—— Puedes defenderla, eso lo entiendo, lo que no entiendo es ¿quién te crees que eres para amenazarme? — se levanta bruscamente, no pude controlarme. Estampo la taza de café en su cabeza haciendo que caiga al suelo y comience a quejarse de lo caliente que está —
