- Capitulo 30 -

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8:40 AM

Ray

—No entiendo tu maldita logica Antonio, a nosotros nos castigas por perder el dia pero no veo aqui a la loca.—

Para ser honestos no me arrepiento de nada, aguantaria esto mil veces por un dia como el que tuve con ella, nunca habia pasado un dia completo en la cama, trabaje con sus piernas enredadas  en las mias, comi con ella en mis brazos, la escuche hablar de libros y musica por horas y horas.

 El sudor me corre por todo el cuerpo, una cosa son los entrenamientos, otra cosa son las torturas que este demente llama castigos, he estado haciendo Burpee sin parar por las ultimas tres horas, ya no siento los brazos, no siento las manos pero no puedo detenerme, si paro ahora tendra que hacerlos ella, el reloj continua corriendo, veinte minutos, si paro ahora tendra que hacer veinte minutos de esto, tiene la cara roja y esta callada, sigue  de pie porque no puede sentarse, al menos  no hasta que termine el castigo o sea su turno, deben dolerle las piernas, debe estar agotada, la veo cambiar el peso de un pie a otro y aumento la velocidad sonriendo en su direccion.

—Tengo mis favoritos Ray, Melo necesita descansar y si hizo lo que le tocaba ayer, no como cierto par de tortolitos.— 

La maldita alarma suena por fin y casi caigo de boca, los brazos los tengo entumecidos, no hay un solo musculo que no me duela como el infierno. Antonio sale del gimnacio con una sonrisa en el rostro y por fin siento que puedo respirar, se ha ablandado, normalmente a esto le seguiria una sesion de combate en la que me patearia hasta la inconsciencia. 

—Lo siento, no  sabia que pasaria esto si nos quedabamos en la cama, no lo vuelvo a hacer, mi amor.—

No deberia estar disculpandose, no me arrepiento de absolutamente nada, pagaria con gusto mil veces por pasar los dias asi con ella, cuando esto termine; cuando mate a David nos iremos de viaje, quiero tener al menos un mes asi, quiero una vida asi con ella... 

—Love, yo sabia lo que pasaria, sabia que pagaria y lo hice con gusto, lo hare mañana y cada dia del resto de mi vida si es necesario, lamento que estuvieras de pie tanto tiempo, ¿Te duelen las piernas? Sientate para que pueda masajearte.—



    ⧫ ⧫⧫   Narrador Omnipresente. ⧫⧫⧫



Han pasado dos meses, lo que comenzo como una cachetada del destino una mañana de Julio amanece como una puñalada en Octubre. Mientras Ruth y Sara celebran ser capaces de disparar a un blanco fijo y atinar, Ray y Jeff golpean con fuerza sacos de boxeo en un gimnasio que acumula mas lagrimas que sudor.

En una habitacion de sabanas vainilla Melissa acaricia el pelo de una niña rota, la niña que juro proteger y escudar de todo lo que ahora la hunde.

David prepara flores y una carta, claveles azules y chocolates llenan la enorme canasta que cargan sus hombres. Sabe que no todas las batallas se ganan peleando, sabe que cortar y golpear son tecnicas efectivas pero golpear el cuerpo jamas podria competir con los rasguños que destrozan el alma, no tiene prisa, nunca ha sido un hombre impaciente, sabe lo que quiere, sabe como conseguirlo, sabe donde buscarlo, no tiene que mover un dedo, la gratificacion siempre llega en el momento correcto. Mientras el puede pasearse por la ciudad sin miedo, ellos pierden noches de sueño, sabe que se agotan a si mismos preparandose para un golpe que llegara desde adentro, se empeñan en aferrarse a una lucha que perdieron antes de empezar.

 No se empeña en mover las fichas, no se empeña en enviar saludos, su silencio es la major manera de mantenerlos en guardia, agotados, Ray con sus delirios de lider, Medusa ahogada en su propio miedo, Jeff consumido por su impotencia, Antonio intentando localizarlo sin  acercarse.

 La paciencia siempre ha sido su mayor fortaleza, fue paciente cuando su madre murio, fue paciente cuando su hermano recibio lo que por derecho le pertenecia, fue paciente por diez años,  siempre ha sido paciente.

En un aeropuerto de Santo Domingo, sin prisa, 13 mujeres recogen el equipaje, ha llegado el momento de igualar el tablero, con una sonrisa en el rostro y tacones que resuenan mientras camina, la muerte llama a la puerta y ha llegado la hora de abrir.





Eros -BorradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora