Lunes, 12 de Marzo de 2012.
El agua caliente de la bañera envolvía a Leví como un sudario, un tenue consuelo ante el horror que lo estuvo atormentando durante toda la noche. Desde entonces, no había conseguido ni siquiera pegar el sueño, y se la pasó el resto de la madrugada metido entre las sabanas, mirando directo hacia su ventana, esperando a que esa mujer demonio fuera por él.
Y lo matase como a esa familia de cazadores.
Leví se pegó contra las paredes de baldosa, conteniendo un silencioso llanto. Y entonces, imágenes de la noche anterior pasaron por su cabeza. La masacre de esos cazadores, y la mirada monstruosa de Madame Fame antes de comerse la cabeza entera de Elías.
Era más que claro que esa mujer no era humana. Pero, lo más espeluznante de todo..., era que tampoco era un vampiro.
Y Leví cada vez que recordaba esa demoníaca cara, se abrazaba así mismo como un niño desconsolado. Y en posición fetal, permanecía con esa expresión pertubada en su demacrado rostro.
La noche anterior, él había confirmado que a Madame Fame no se le debía retar.
Por eso se cubrió la boca con las manos, para ahogar un sollozo, y se quedó tumbado dentro de la bañera con agua. Estaba temblando, pero temblaba por el terror que esa mujer le había proporcionado. Él le temía como sí ella fuera su más grande pesadilla.
Pero esa mañana, se armó con sus últimas fuerzas. Porque iría a la tienda de esa criatura para conseguir la única respuesta que necesitaba ahora, en ese momento de locura: saber qué le pasó a su hermana Astrid.
Cuando retomó el control de su cuerpo, por un segundo. No dudó en salir de la bañera luego de haber estado adentro durante más de dos horas. Ni siquiera se dio cuenta cuando su cuerpo se movió solo, y se envolvió con la toalla. Él estaba como en automático debido al shock. Sus ojerosos ojos no demostraban sentimiento alguno, o lo que reflejaban, era la mirada de un hombre que había visto lo más siniestro del mundo.
Leví salió del baño, exhausto, derrotado, y con esa mirada vacía. Se vistió como de costumbre, pero en esa ocasión se veía aun mas desaliñado que las semanas anteriores. Y cuando se paró frente al espejo de su dormitorio, confirmó que se veía completamente destruido. Madame Fame lo había destruido sin tan siquiera tocarle un pelo.
Leví estaba sin palabras, pero aun así continuó preparándose para salir. Y cuando se colocaba los zapatos pensó en esconderse detrás de su espalda, entre los pantalones, una pistola. Pensó en llevarla por sí llegaba a serle útil frente a ese demonio.
Pero entonces, recordó la inmortalidad de la criatura. Y dejó el arma de regreso en su cómoda. ¿De qué serviría una pistola contra un ser de poder infinito?, pensó, y simplemente, agarró su chaqueta antes de salir hacia las calles de Luminica.
Con esa expresión tan vacía, y pobre en su rostro, se dirigió con su coche hacia la tienda de mascotas perteneciente del centro. La tienda de Madame Fame. La encontró en un pestañeo, y estacionó en frente, antes de bajarse y caminar hacia el edificio, que era el único al que no le pegaba el sol. Ahora, Leví entendía porque.
La luz del sol bañaba toda la calle, pero cuando Leví bajó los escalones hacia la puerta dorada con luces. Sintió que estaba entrando a otro mundo, y que todo era una penumbra.
Su corazon se aceleró como anoche. Podía escuchar su respiración agitada, y por el temblor que había en sus piernas. Leví reconoció, que estaba espantado por abrir la puerta, y entrar a esa tienda.
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La tienda de animales extraños de Madame Fame
HorrorMadame Fame es la dueña de una misteriosa tienda de criaturas paranormales. Cualquier animal que quieras, ella lo tiene. Pero todo tiene un precio, y nada es lo que parece. ADVERTENCIA: Mis libros contienen temas inquietantes. Esto incluye gore, ase...