Una, dos, tres, cuatro....Ya he perdido la razón de cuantas veces he visto el lavabo gotear pero es lo único que me queda para mantenerme cuerda, no puedo creer que haya terminado aquí maldita sea la hora en la que me trajeron, no soporto este lugar todo apesta, apesta la gente que está aquí encerrada.Me encantaría estar en prisión al menos ahí tendría un poco de libertad, aquí no tengo nada, mi habitación esta toda de blanco no tiene nada de especial, no se me permite tener una ventana además que mis manos están atadas todo el tiempo, me dan de comer como a un bebé, la enfermera entra y tiene que darme de comer, no me tratan mal no me mal entiendan pero la cárcel es mi mente, no hay nada más que una cama y una gran puerta con una rendija que incluso cierran, no tengo donde ir tampoco puedo mirar al pasillo.
Solo me queda estar aquí conmigo misma, si hay un baño y un lugar para ducharme pero solo puedo usarlo cuando entra una enfermera, monitores todo de mi, si necesito ir al baño, me tomó al menos cuatro intentos para que me creyeran cuando me orinaba, dios que si me creyeron me oriné sobre la cama para darles trabajo extra, fue la primera vez que pude ver la puerta por al menos 5 minutos, vi gente pasar sentí por un momento una pequeña brisa.
Todo el tiempo me monitorean las 24 horas al día, no hay segundo donde no se grabe mi existencia por lo menos se toman en serio el hecho de que quiero orinar o cagar ¿Mi delito? tener esquizofrenia, hace mucho que no tengo delirios, dios como quisiera tenerlos, es como mantenerme cuerda a la fuerza en un lugar donde no quieres estarlo soy prisionera de mi propia salud quisiera estar delirando al menos no me aburriría tanto, mi mente esta desecha.
-¡Oigan quiero orinar!- Ya viene mi primera interacción social del día.
Lo único bueno es la noche, mis sueños son lo único entretenido de mis días, al menos me dejan eso puedo dormir y me sueltan las manos cuando ya estoy dormida, me costó mucho ese derecho tuve que portarme muy bien y aquí los "doctores" si es que se le puede decir así de vez en cuando vienen a hablar conmigo pero jamás son amables, solo preguntas de rutina rara la vez que tengo una conversación.
-Paciente 284912, altura 1.75, piel apiñonada, no tiene lesiones, ojos verdes parecen estables no hay exaltación, cabello castaño intacto sin cambios ni indicios de tricotilomanía, no hay cortadas visibles, peso 60 kilos estable, procediendo con rutina de baño número 1-
-Hola enfermera, estoy muy bien gracias por preguntar- Procede a quitarme las ataduras y abrir el baño para mi, el baño no es muy acogedor al menos no para mi, es algo pequeño sólo hay una tina para ducharse con las cosas necesarias y un retrete, claro que hay un lavabo pero ese esta afuera, les digo es una habitación de locos no hay nada que te pueda ayudar a sacarte de quicio.
-¿Sabe cual es mi menú de hoy?- le pregunto mientras me observa orinar
Sólo sé que tengo dos enfermeras, una para el turno de la noche y otra para el turno de día, esta por lo que sé se llama Brenda una mujer ya madura de 40 años siempre trae una coleta y el cabello pintado de mechones rubios es algo cruel, siempre se ve molesta junto con su uniforme gris hay una foto de ella sonriente y con su nombre Brenda Olivera es extraño verla sonriente con sus ojos color miel brillando pareciera que no odiara la vida pero me detesta con ganas, la hice limpiar mi orina algunas veces, le he escupido porque a ella le encanta rasguñar cuando está de malas.
-Oye ¿me limpias?- Obviamente me dejan limpiarme y me soltaban para dejarme hacer del baño o tomar un baño caliente, al menos me dejan eso. Mientras Brenda me miraba molesta yo solo podía sonreír mientras me limpiaba, me era divertido irritar al personal digamos que lo poco que me mantenía cuerda era eso irritarlos ¿qué más me quedaba? no puedo ni respirar el aire fresco. Algunos aquí pueden salir al patio o convivir en las áreas publicas, yo no tuve esos lujos desde que entré.