La flor con poca vida que se va marchitando con lentitud y sufrimiento rodea a la que va floreciendo con tanta vida y colores que vibran.
La proteje con sus últimos alientos y deseos.
Sus petalos van cayendo y el color desapareciendo.
Tiene miedo de marchitarse, y cuando pase, ¿quién cuidará de aquella flor vibrante?
Tiene miedo de que aquella flor vibrante la abliguen a marchitarse y lamentarse.
Mientras pueda cuidará de la flor vibrante con su alma predominante.