🪁11

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Miyeon subía las maletas de ella y su peque al auto, su madre esperaba dentro de este, moviendo la radio impaciente esperando a que su nieto terminase de despedirse

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Miyeon subía las maletas de ella y su peque al auto, su madre esperaba dentro de este, moviendo la radio impaciente esperando a que su nieto terminase de despedirse. 

Frente a la casa ya vacía estaban San, YeoSang y un muy triste WooYoung que ya no quería irse después de haber estado viviendo ahí un par de meses. 

Nunca le había afectado tanto una mudanza, es decir, anteriormente ya sea por el trabajo de su madre o por petición de algún médico que les daba esperanzas, tenían que mudarse a una ciudad diferente cada seis meses más o menos, y esta vez no era la excepción, sin embargo esta era la definitiva pues el doctor que consultaron les dio alas para soñar con algún resultado positivo, por otro lado esto conlleva mudarse lejos de sus mejores amigos, y posiblemente nunca se volverían a ver.

En las anteriores ciudades donde vivió nunca hizo amigos, siempre estaba solo y nunca logró hablar con alguien si no era para pedir la tarea, o consultar algo, el último año fue cuando por fin pudo asistir a la escuela luego de la paranoia de su madre, pues esta no quería sacarlo de casa por nada del mundo, entró a primaria y todo fue normal, luego cuando el año ya iba por la mitad su madre decidió sacarlo de la escuela y continuar todo como estaba antes, hasta su mudanza en su ya no tan actual hogar, es cuando volvió a integrarse y todo parecía marchar bien, es más, no parecía, todo iba más que bien.

Su peque logró integrarse perfectamente a su segundo año de primaria gracias a los dos pequeños que lloraban y se veían cada vez más tristes por cada maleta que era subida al auto.

Miyeon más exhausta que nunca, se acerca lentamente a los tres pequeñines, con una sonrisa tenue en su rostro, toma de los hombros a WooYoung para separarlo del abrazo grupal, y su pequeño angelito hace un pequeño berrinche aferrándose a la playerita de cochecitos de YeoSang como si, al soltarlo, algo malo fuese a sucederle. Suspira y sin saber qué hacer, se inclina a la altura de su pequeño, y comienza a hablar en voz bajita.

—Cielo, es hora de irnos.

WooYoung hace otro berrinche, sin embargo no tiene opción y muy en contra de sus deseos, se separa de YeoSang y de San, frotando sus ojitos rápidamente en un intento de desaparecer las desagradables lágrimas que yacen en sus mejillas. Siente la carita hinchada, el cabello revuelto y sus regalitos no sabe donde quedaron.

—¿Nos volveremos a juntar? — pregunta con un hilo de esperanza que ninguno de sus amigos rompe por nada del mundo.

YeoSang, igual de despistado que siempre, asiente varias veces moviendo su cabecita —Y cuando vuelvas iremos al cine, o por un helado.

—Y podemos jugar a los piratas de nuevo en tu patio — el morenito se sentía más triste que nunca, tanto que su tono de voz salió deprimente y bajito.

Miyeon acertó dándole la razón a ese par de peques, se levantó y tomó de su manita a su hijo, dispuesta a llevárselo.

—Bien, Woo diles adiós — su petición salió tan natural, como de esas veces cuando iban a visitar a San y ya tenían que irse porque al día siguiente había escuela, sin embargo en esos días tenía la certeza de que su mejor amigo lo esperaría al día siguiente en la entrada de la primaria, y esta vez… ni siquiera sabe dónde lo va a esperar.

NOMAS PORQUE SI //SANWOO (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora