- A todas las unidades disponibles, acudid al robo de banco central y moveros a Tac-10, por favor - Informó el rubio que se encontraba manejando H-50 junto con su superior.
Antes de poder consultar algo con el mayor su lobo comenzó a aullar de la felicidad, meneando la cola de un lado a otro, saltando desesperadamente. Supuso que habría sido por algo relacionado a su noticia que había recibido recientemente.
Estaba en cinta.
Todo fue porque hace unos meses se fue de vacaciones a Marbella y conoció a un Alfa, y en corto tiempo terminó flechadó, pasando así varias de sus temporadas de celo con el Alfa. En alguna de esas noches termino con una almendra en su vientre, la cual crecía sanamente.
Se enteró a los tres días de llegar a Los Santos, por lo cual tuvo que aceptar lo que le tocaba y esperar a que el cachorro que crecía dentro de él naciera o se hiciera notorio para tomar su incapacidad y poder tenerlo correctamente.
De momento no planeaba contárselo a nadie, exepto hasta que se notara, pero maldecía que su aroma fuera más dulce de lo normal, sus cambios de humor, malestares, desmayos y demás; pues podrían delatarlo. Después de sobrepensar las cosas decidió volver a la realidad.
- Super, ¿tiene alguna idea de quien puede estar robando semejante cosa? - Su pregunta fue bien recibida para el Alfa que tenía de acompañante en el vehículo.
- Algún gilipollas de una mafia, no es normal que a estas alturas alguien haga tremendo escándalo - Su respuesta culminó, por lo que siguió fumando el tabaco que tenía entre los labios.
Siendo totalmente honesto no sabia que olor era más fuerte, si las fermonas del Alfa o lo que estaba fumando. Y a pesar de no estar tan cómodo con ese aroma decidió ignorarlo, por lo que continuó mirando a la ventana para distraerse y poder calmar a su lobo.
Ya habían llegado al lugar, siendo los segundos en ello, los primeros estaban saliendo del patrulla, con intenciones de comenzar a negociar, pero al ver al de más alto rango se hicieron para atrás, dejando que Conway hiciera la negociación.
Pasados los minutos cerca de 6 patrullas monitoreaban la zona, notando varios tiradores en los edificios frente al banco, al igual que en la zona rica que quedaba justamente atrás.
Por alguna extraña razón estaba sumamente calmado, como si no estuvieran asaltando un banco bastante importante en esos instantes. Todos sus malestares habían desaparecido, haciendo todo más ameno en ese rato.
- Que sí, que sí, que eres un gilipollas, ¿qué quieres por el último rehén? - La grave voz de Conway resonó por el lugar.
- A uno de sus agentes, uno por uno, ¿qué le parece?, y quiero justamente a ese de ahí - El enmascarado apunto con su dedo índice al Omega rubio, haciendo que sus piernas temblaran y su nerviosismo incrementará.
Su lado racional le decía que huyera de la situación y se resguardara con alguien, ya sea con Kylie, Gordon o incluso Isidoro, pero su lobo saltaba feliz por ello, queriendo ir con el enmascarado.
- Ni de coña, ¿qué quieres?, porque ya te digo yo que por mis cojones a este no te lo llevas - El Alfa algo desconcertado por pedir que intercambiarán a su agente por un rehén trato de cambiar a la señora de ahí por otra cosa.
- Ya se lo he dicho, quiero a ese lindo Omega, sino le pego un tiro aquí mismo a la vieja, Siamo d'accordo o no?'¹' -
Inmediatamente el rubio reconoció ese acento italiano, es decir, ¿por qué no lo había reconocido antes?
- Jefe, no se altere, me intercambio por la abuelita de ahí - Propuso automáticamente antes de que su superior hable, yendo a su costado derecho de el moreno.
- ¿Estás seguro, Gustabin? - Cuestionó con su tono de voz autoritario.
- 10‐04 Super - Su voz segura de sí misma quito un poco la molestia en el mayor, dejando que la negociación terminara y que la señora se fuera del lugar para luego ser cacheada.
Antes de que la persecución iniciara la bolita de agentes fue directamente al Inspector Jefe para preguntarle si estaba loco o algo por el estilo.
- Gus, que coño te pasa por la cabeza, tete. Que te van a‐ - Y antes de que este terminar de hablar un aroma dulzón de fresas combinado con frambuesas inundó el olfato de los omegas, betas y alfas que se encontraban rodeando al Inspector.
- Venga chicos, que acaso se olvidan de quien están hablando - Su gran sonrisa captó las miradas de los demás. - Estaré bien, tranquilos. Pronto mi aroma inundará la comisaría -
Y después de esa declaración dio media vuelta, caminando a pasos tranquilos moviendo sus caderas lentamente; dejando algo bobos a quienes lo veían, ya sea por su físico o por sí exquisito olor más dulce de lo usual.
- ¡Oye! ¡Italiano! ¿Dónde subo? - Elevó su voz para que el otro pudiera oírlo.
- Conmigo, dolcezza'²' - Controló que su sonrisa saliera a la luz y lo delatara, no quería que le descubrieran.
Y dicho y hecho, fue junto al Italiano y subió a su auto, obviamente Italiano y full tuneado, dejándolo ver como algo increíblemente elegante y sobresaliente.
Apago su body cam y salió de la radio, dejando esta en un compartimento pequeño que tenía el auto al lado de la puerta. Dejó escapan un suspiro notando a su lobo tranquilo y feliz.
Segundos después sintió la presencia de alguien más.
Su Alfa.
- Cariño, tardaste en llegar, y te tengo un regalo - La suavidad en su tono era relajante, ya sea para cualquiera que hubiera en su jerarquía.
- En serio, caro'³', ¿qué es? - Preguntó con una notable ilusión.
Su omega sacó de su cartera una imagen en blanco y negro, dandosela al contrario. Dejó escapar sus fermonas dulzonas sin querer; embriagado al otro con su encantadora esencia.
El de ojos bicolor se quedó inmóvil, dirigió su mirada al Omega e inmediatamente lo abrazo con una emoción inimaginable, haciendo que el efecto de los supresores se fuera al demonio, dejando escapar su aroma a chocolate algo amargo por todo el auto, dejando ver su notable felicidad.
- Dolcezza'⁴', te prometo que estaré contigo en las buenas y en las malas, tú no te preocupes por nada, que conmigo estarán perfectamente bien ambos - Al final de su discurso la voz del alfa se quebró, dejando ver las lágrimas correr por su rostro sin parar.
- Gracias, Alfa - Gustabo quito la máscara del alfa para poder apreciar el rostro que llevaba sin ver un buen rato. Juntó sus narices para disfrutar su cercanía y ambos aromas mezclarse a la perfección, para terminar en un beso lleno de ternura y amor, que hizo a ambos corazones latir rápidamente al mismo ritmo. En ese momento ambos supieron lo que vendría adelante, Felicidad.
Sin más tardanza el Alfa se puso su máscara para iniciar el escape con toda la energía de vuelta, el saber que sería padre con el Omega que atesoraba más que a su propia vida le daba un sentimiento único y especial.
Ambos lobos aullaban felices, meneando la cola de un lado a otro con un toque juguetón.
Un gran futuro les quedaba por delante a la aun pequeña familia G
ambino García.FIN.
1.‐¿Estamos de acuerdo, o no?
2.‐Dulzura
3.‐Cariño
4.‐Dulzura*
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¡Sorpresa! || Gustoni
FanfictionUn omega como Inspector Jefe en la policía acude a un robo de banco central. ¿Qué es lo peor que puede ocurrir?