𝟙𝟙. 𝕂𝕚𝕤𝕤

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—¡Sí p-papi! ¡Ahí, más- ¡Mgh! —Chilló Jeongin.

Después de su primer castigo, Changbin no ha hecho casi nada más que comerse su coñito cada que quiere o puede.

En su cuarto, en la sala, en la ducha, en las escaleras y hasta en el balcón de la habitación. Changbin se volvió un adicto, piensa que hasta desarrolló una fijación oral. Pero él mismo piensa que no puede evitarlo porque su coño es la gloria.

Ahora la tiene acorralada contra la pared de un pasillo. No ha parado de dedearla y meter sus dedos en aquella ya muy usada vagina. Toca con sorna y mucha intensión su punto dulce porque sabe que no podrá contener esos deliciosos gemidos.

Mientras tanto, su boca se encarga de llenar de atención sus tetas. Chupando y succionando como si fuera a salir algo de ahí.

—Princesa eres tan buena por Dios... —Gimió en su oído.

—¡Me v-voy a- ¡AH! —No alcanzó a terminar cuando llegó a su orgasmo y se corrió sobre la mano de Changbin.

Éste se arrodilló rápido para alcanzar a beber todos los jugos que salían de ella hasta dejarla casi limpia.

—Vamos a la habitación cariño. Voy a limpiarte bien y a que te cambies. —Al ver sus muslos y piernas temblorosas, la cargó estilo nupcial y fue hasta la habitación.

Jeongin lo vio atentamente y se dejó hacer. Cuando lo vio de perfil notó lo sumamente hermoso que era aquel hombre. Sin poder evitarlo, de plantó un beso en la mejilla que lo hizo detenerse, pero no voltear a verla.

Volvió a seguir hasta abrir la habitación y poner a la fémina sobre la cama.

—Volveré enseguida, Jeongin. Voy a resolver un asunto con Christopher. —La menor asintió. Pero notó aquel cambio de semblante tan repentino, creyó entonces que fue por el beso.

—¿Papi? ¿Está enojad-o? —Preguntó algo temerosa.

—No, no lo estoy, princesa. ¿Por qué preguntas?

—Es s-solo que, cuando lo be-besé se puso más s-serio. L-lo siento... no lo haré de nuevo si no quie-quiere.

—No, no es eso linda. Es sólo... —Suspiró. —No te disculpes, está bien. Ahora sí, ya me voy, espérame en la sala después de que salgas de la ducha.

Se volteó y estaba a punto de irse.

—¡Papi, e-espere! —Aún sin estar segura de sus acciones, en cuanto el mayor se dio la vuelta le plantó un beso en los labios y se separó casi de inmediato. Vio la cara de sorpresa de Changbin, quizá no debió de haberlo hecho.

—Y-yo, papi, lo s-sient- —Antes de terminar, Changbin la tomó de su desnuda cintura y la acercó a él para iniciar así un beso.

No movía sus labios, pero lo quería, entonces mordió el labio inferior de la menor para que ésta abriera la boca y así lo hizo. Entonces comenzó a mover sus labios de manera suave pero igualmente con algo de desespero.

Jeongin no sabía cómo mover sus labios, nunca había besado a nadie. Se separó un poco de la boca del mayor y le susurró:

—P-papi, yo... este es mi p-primer beso... —dijo tímida. Y fue cuando elevó la mirada a al otro que se dio cuenta de que estaba un poco sonrojado.

El mayor sonrió antes sus palabras y notó entonces que las rechonchas mejillas de la fémina estaban rojitas por el sonrojo. De alguna manera, eso le causó un calorcito en el pecho que lo confundió un poco. —Tranquila princesa, yo te enseño. Ahora abre un poco la boca. —Así lo hizo y volvió a unir sus labios.

Los movía tranquilamente a diferencia del primero, esta vez no había desespero.

Las manitos de Jeongin inconscientemente fueron hacia la nuca de Changbin y éste a su vez, acercó más el cuerpo desnudo hacia él.

De repente la lengua del mayor entró a la cavidad bucal de Jeongin quien se sorprendió por eso, pero se dejó hacer ya que sabía que el hombre sabía lo que hacía siendo él un experto.

La lengua experta del otro exploraba todos los rincones de la boca de la menor que soltaba uno que otro suspiro de vez en cuando.

Se quedó besándola por un buen rato, hasta que se tuvo que separar por la falta de oxígeno. Así que dejó una última mordida en su labio inferior y se apartó de su boca sin dejar de tener sus manos en su cintura. Vio lo bonita que se veía Jeongin toda sonrojada y con los labios algo rojitos e hinchados. Se quedó viéndola por unos segundos antes de volver a besar sus labios fugazmente sin poder evitarlo, logrando que se sonroje más si era posible.

—B-bien, ya me tengo que ir ahora sí de verdad. —Susurró Changbin.

—A-ah... está bien, papi. —Asintió bajando un poco la cabeza. Quería que se quedara y la siguiera besando, pero nunca lo diría.

Entonces quitó sus manos de su nuca al igual que Seo de su cintura.

Finalmente la dejó ahí y salió directo a su despacho. Mientras caminaba, sintiendo de nuevo ese calor en el pecho y sin poder dejar de pensar en Jeongin y sus lindos labios rosas.

 Mientras caminaba, sintiendo de nuevo ese calor en el pecho y sin poder dejar de pensar en Jeongin y sus lindos labios rosas

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Créditos de la historia a Stephen_Kats

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