3» Monster Energy.

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Tienda de conveniencia. El mejor lugar para comprar comida barata, engordar y sufrir del colesterol. Buscaba entre los anaqueles de golosinas y snacks ¿Que debía llevar? La verdad no conocía del todo a Sarah como para pensar: "oye le llevaré Doritos le van a encantar" aunque pensándolo bien ¿A quien diablos no le gustaban los Doritos? Por Dios.

Pispas, el dueño del lugar se hayaba en el mostrador mientras que miraba su teléfono desinteresado en mi, lo observé unos segundos y le hable.

-Oye, Pis ¿Que golosinas compran más las chicas cuando vienen?

El me observó unos segundos y alzó una ceja mientras sonreía -Vaya, así que tienes una cita.- Hablo con su acento extranjero y dejó el mostrador para acercarme a ti. -Generalmente compran gomitas, helado y chocolate; sin embargo cuando llevan un paquete de tampones llevan también una gran cantidad de galletas y refrescos.

-Mmm... No creo que ella tenga la regla ahorita.- Tome tres paquetes de gomitas y algunos chocolates y un paquete de Doritos para mí. -Gracias, Pis.

-Ya te e dicho que no me digas así. Suena a orina.

-Pero si es un abreviado de tu nombre, además es gracioso.

El solo murmuró algunos insultos por lo bajo y volvió a su lugar. En eso logré escuchar la campana de la entrada sonar y un escalofrío corrió por mi cuerpo por alguna extraña razón. Me dirigí a las neveras en la parte trasera para buscar algún helado de vainilla o fresa.

-Bienvenida, en qué puedo ayudarla.- Hablo pis a mis espaldas.

-¿Rentan cuartos?

-Si, pero lo siento señorita no tenemos disponibles en estos momento.

-No... Por favor señor, aunque sea el cuarto de limpieza no me importa. Tengo dinero para pagarlo.- Suplico aquella voz femenina desesperada. -Me echaron en la tarde y ya e ido a cuatro lugares distintos... Y... Y es muy tarde.

No pude evitar escuchar aquella conversación, vaya... Que mala suerte.

-Me encantaría poder ayudar jovencita pero en verdad no puedo.

Escuché como ella suspirads decepcionada. -Bien... Igual le compraré algo ¿Tienes monsters?

-Nevera, al final a la izquierda.

Escuche sus pasos acercarse y decidí tratar de buscar rápido el helado que llevaría, sabía que tal vez me diera ansiedad estar en el mismo pasillo que la persona a la que acabo de chismear su estado actual de vivienda.

Y ahí lo ví, un hermoso helado de vainilla con trozos de galleta. Perfecto.

Lo tome y me dispuse a girarme e irme cuando mi cuerpo impacto contra uno solo un poco más pequeño que yo, aunque yo no era precisamente muy alto.

-Lo siento.- Ay no. -Estaba distraída.- Expreso aquella voz de hace unos minutos.

Mi mirada bajo y se encontró con aquel par de ojos marrones y mejillas rojizas, cabello corto y negro, shorts de mezclilla y una sudadera holgada y desgastada, además de zapatillas sucias.

Note todo eso en un segundo.

Y luego note que aquella chica se me hacía familiar, tenía la boca levemente abierta sin decir nada y mis manos comenzaron a temblar cuando supe quién era.

Cassidy Dangerouz.

Aquella chica que había vista en aquella página de porno en vivo, estaba frente a mi.

-Y-Yo...- Balbucee.

-Oye... Te conozco...- Sospecho ella mirándome de arriba a abajo. -¿Kevin?

Mierda.

-De la secundaria...

-¡Si! Oh vaya hace años que no te veía, Dios no haz cambiado nada, no mames.

Rei nervioso. -No crecí nada, bueno tu tampoco.- Dije y luego cambie mi expresión. -D-Digo osea si haz cre-crecido no de altura pero también otras partes, no es que las este viendo precisamente solo t-te estoy viendo completa como a c-cualquier otra persona que pueda ver. No es que vea a las personas y las analice solo... Tu... Te ves bien.

Ella se me quedó viendo de forma extraña unos segundos y luego soltó una carcajada.

-Sigues siendo adorable. Fue un placer verte, Kevin.

Ella tomo su bebida energética y se dió la vuelta hasta la caja para pagarla.

Se veía tan bonita...

Ella salio de la tienda y yo salí de mi pequeño trance. Me apresure a pagar las cosas que estaba comprando y me despedí de Pis.

Al salir no la ví por ningún lado, la calle estaba sola. Suspire y previamente mire al suelo.

¿Dónde estaría? ¿Tendría donde quedarse?

El sonido de una lata abriéndose calmo esas dudas y al darme vuelta la observé bebiendola y mirándome con ese par de ojos curiosos y adorables.

-Yo... ¿D-donde te quedarás hoy?

-Ah, me escuchaste. Yo... Pensaba pagar algún hotel y ver qué hago en la mañana.

Lo pensé un par de segundos y luego lo solté. -Tengo... Otro cuarto en mi departamento, puedes quedarte el tiempo que necesites si... Si quieres.

El pequeño brilla en sus ojos se intensificó. -¿Enserio?...

-Claro...

Ella se acercó a pasos lentos hasta mi y me abrazo de repente, sentí como por su cuerpo corrió un escalofrío que calmo apretando su abrazo hacia mi.

-Gracias... De verdad.

Sentí su cabello en mi barbilla y el olor de este a limón y mi corazón se agito.

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⏰ Última actualización: Apr 09 ⏰

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