7 | Casualidades.

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7 | Casualidades.

Gabriel

Camino por el jardín de rosas que hay en el cementerio, paso por una cuantas tumbas, al fin llegó a la de mi padre.

—Hola papá —lo saludo—. Tengo muchas cosas que contarte.

«La empresa ha estado llendo bastante bien, íbamos a cerrar un trato con una empresa con una empresa bastante conocida. Pero adivina que, no nos convenía. Cancele el trato justo a tiempo. Me he enterado de que Emily está trabajando en una buena empresa en Estados Unidos.»

Limpió la lapida con un pequeño pañuelo.

—Emily, cómo ya sabes, se ha ido. No te voy a mentir, me dolió que lo hiciera, me hubiera dolido menos una patada en los huevos. Pero lo estoy superando, en serio lo hago. Ya casi no pienso en eso, he estado demasiado ocupado en la empresa.

Acaricio con cariño la lapida.

—He conocido a una chica —suelto casi sin pensarlo—. Se llama Janeth Wilson, su apellido me suena de algún lado. La conocí en una cafetería, estaba mirándome, lo hizo por casi veinte minutos ¿Puedes creerlo?

Sonrió.

—Horas más tardes me la encontré en la calle, sus papeles se estaban volando, le ayude a recogerlos, bendito viento. Me invitó un café cómo agradecimiento.

«¿Recuerdas a Steven? Me invitó a una fiesta, ¿Y que crees? También me la encontré ahí. ¿Adivina quién se ha puedo a cantar karaoke, solo porque una chica se lo pidió? Si exacto, el estúpido de tu hijo. Pero todo eso pasó gracias a ti. El piso que me compraste para que me mudará, está justo frente a suyo. ¿A qué Santo debo agradecerle? Sé exactamente lo que dirías, demasiadas Casualidades»

Pongo las flores que compre, en el florero que esta enterrado.

—Es bonita —sigo hablando de la chica—. No es una diosa del Olimpo y cualquiera diría que es una chica común, pero no es así, al menos no para mí. Es distinta a Emily, Janeth tiene el cabello castaño, y sus ojos... Joder, sus ojos son muy peculiares, nunca había visto algo que se le parezca. Son de color miel, con toques almendrados. Su cara parece la de una adolescente, pero tiene veinticuatro.

Imagino lo que diría si estuviera aquí.

—Solo es un año papá —sonrió—. Es por ella que estoy aquí, vino a visitar a su padre. Me ha salvado el culo del sermón de mamá. Lo mínimo que pude hacer fue invitarle el desayuno.

Miró a mi alrededor.

No hay nadie.

—Prometo venir a visitarte pronto. Y te contaré cómo siguen las cosas. Te quiero papá.

———♡———

—Hola mamá —camino con Janeth a mi lado, la cual va en silencio.

Al otro lado de la línea, mamá está hablando con alguien.

—Te he estado esperando —informa bruscamente—. ¿Vas a venir?

Suspiro.

—Si mamá solo tengo que acompañar a una amiga a su casa y piro para la tuya.

Una Última VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora