~17. Unión

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El sendero se extendía en una calma serena, mientras una brisa suave acariciaba el áspero paisaje que atravesaban. Aja contemplaba con preocupación el presente que Lorenz le había otorgado.

—Luciana... ¿fuiste tú quien lo dibujó? —murmuró la joven.

Dimitri, avanzando delante de ella, giró ligeramente la cabeza al escuchar sus palabras.

—Nunca imaginé encontrarme con un dominante etéreo por estos parajes; ¿qué te ha traído hasta aquí? —inquirió Raenari de manera repentina.

Dimitri volvió a dirigir su mirada al frente, observándola con cautela. Aún no confiaba plenamente en Raenari, pues desconocía sus verdaderas intenciones. Sin embargo, decidió otorgarle un voto de confianza debido a su ayuda en el rescate de Renoir.

—He venido expresamente por Renoir. No he perdido nada personal en estas tierras, están empañadas de sangre, y malditas por Ajnâ, pero eso ya lo sabéis —respondió Dimitri con seguridad.

Aja guardó el obsequio en el zurrón que Lorenz le había dado antes de partir, mientras prestaba atención a la conversación.

—Creo que podemos tratarnos de manera más informal, después de todo, hemos luchado juntos. Podría considerarse nuestra presentación mutua —bromeó Raenari con una carcajada, provocando una sonrisa en Aja.

—Bien. Aún no has respondido a mi pregunta —intervino Dimitri seriamente—. ¿Cómo es posible que puedas enfrentarte a dominantes sin poseer ninguna Mæ?

—Oh, ¿acaso ha sido un cumplido? Si lo fue, te lo agradezco, príncipe Dimitri —respondió la pelirroja con un tono juguetón.

Dimitri se sorprendió en silencio.

—No te preocupes, no lo divulgaré a los cuatro vientos. Es solo una formalidad —aclaró Raenari.

Dimitri guardó silencio, mirándola intrigado. Un incómodo silencio se instaló, solo interrumpido por el crujir de las ramas y el susurro de la maleza circundante.

—Raenari —intervino Aja rompiendo el silencio—, ¿nos dirigimos hacia Thalúrim, verdad?

—Así es, Aja.

—Pero Thalúrim está cerca de Faenforn, lo que significa que aún estamos en territorio shaktiense. ¿Cómo podemos estar seguros allí? ¿Y si nos emboscan? Después de todo, sabrán que hemos escapado.

—No os preocupéis —tranquilizó Raenari—, Thalúrim es un enclave comercial muy conocido en Ajnâ. Dimitri puede corroborar que, a pesar de la Guerra de los Dominantes, el pueblo sigue siendo un lugar seguro.

Dimitri asintió, dirigiéndose a Aja.

—Sí, Thalúrim es un crisol de culturas, donde los dominantes de todos los rincones de Ajnâ comercian con sus obsequios y artefactos. Sin embargo, durante la guerra, las visitas se redujeron considerablemente. Ahora, con el conflicto resuelto, el pueblo está recuperando su esplendor. Pasé por allí en mi camino hacia Anthea; aunque ha cambiado, sigue siendo seguro.

—En resumen, es un oasis en medio del caos —concluyó Raenari.

—¿Obsequios? —preguntó Aja—. ¿Qué tipo de obsequios hay allí?

—Siempre hay objetos únicos y prácticos, desde artesanías decorativas hasta joyas encantadas de gran valor —respondió Dimitri.

—¿Joyas? —inquirió Aja, intrigada—. Me gustaría ver algunas. Allan solía contarme que mi madre poseía unas joyas preciosas, de un verde esmeralda. A veces, las lucía al ir al mercado de Wiggs —añadió, con una mirada entristecida—. Ojalá pudiera tenerlas conmigo.

A.R.C.A.N.U.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora