𝒫𝑒𝓇𝒻𝑒𝒸𝓉𝑜𝓈 𝒟𝑒𝓈𝒸𝑜𝓃𝑜𝒸𝒾𝒹𝑜𝓈; 𝑀𝒶𝓉í𝒶𝓈 𝑅𝑒𝒸𝒶𝓁𝓉

III

Matias Perspective

—Vamo' a mantenerlo callao'. Nosotro' seguimo' enganchao'. Avísale a Cupido que mandé a la mierda el ego. Y hace tiempo cambié las reglas del juego. Porque yo soy así, me quiere a mí, ja. Dejó a su novio porque era un wannabe. Si no te contestaba es que estaba por Madrid. Yo soy así, llegué, me fui

Lucie bailaba y cantaba en la mesa central de la fiesta. Todo el mundo la animaba, le gritaban y le decían que no parara. Cantaba una de mis canciones favoritas con esa preciosa voz y me encantaba como hacía el acento argentino de la canción sin quitar su acento francés, sonaba como una melodía.

Pude notar varias veces, por no decir todo el rato, las miradas que Enzo le daba a Lucie. Por lo que me ha contado, se chocó con ella y estuvieron hablando, también se sentaron juntos en la proyección y hablaron al acabar antes de que ella subiera a cantar. Algo dentro de mí se removió al imaginarlos juntos, hablando, bebiendo... Haciendo cualquier cosa.

Nunca le hablé de ella a nadie salvo a Jota para que me ayudara con la invitación, era un dolor que a día de hoy no cicatriza. Mi primera novia, mi primer y único amor. Sería mentir si dijera que alguna vez la superé, porque nunca había tenido tan presente a nadie en mi cabeza y rezo cada noche para que todos los recuerdos que tengo con ella no se vayan de mi memoría, sería un suicidio mental.

Salí de mi trance cuando ella casi se cae de la mesa, me acerqué rápidamente y me puse debajo, para que cayera en mis brazos. En cuanto impactó contra mi se abrazó a mi cuello, algo confundida, estaba realmente ebria. Cuando reconoció que esos brazos eran míos sonrió como una nena que recién le regalaban dulces, me abrazó por el cuello y balbuceaba cosas en mi oído que no entendía muy bien ya que arrastraba las palabras.

—Mi héroe... —Habló arrastrando las palabras mientras se separaba de mi cuello, mordiendose los labios inferiores—

Estaba a punto de contestar después de hacer varias capturas mentales de este momento, pero alguien se me adelantó preguntando por ella.

—¡Lucie! —Enzo llegó corriendo algo agitado— ¿Estás bien?

Si las miradas mataran, Enzo ahora mismo estaría bajo tierra, mi fulminante mirada le desgarraba y pude notarlo, aunque también pude notar que le daba exactamente igual.

—Oui (Si) —Respondió con una sonrisa— Mat, bajame... Quiero seguir bailando —Me rogó haciendo un pequeño puchero—

—Hay que llevarla a su hotel —Enzo sonaba preocupado—

No me digas, genio.

—El nuestro queda más cerca, el problema es cómo la sacamos de aquí, la salida estará llena de periodistas —Suspiré frustrado aun con ella en mis brazos—

Me levanté y coloqué a la rubia en mi hombro como si fuera un saco y ella soltó un grito de diversión. La llevé hasta la salida para buscar a Jota mientras ella balbuceaba cosas. Una vez fuera, visioné a ese bajito español que tanto quería.

—Bayona —Él se giró y su cara cambió cuando vio a la chica en mis hombros—

—Decirme que no la drogaron por favor —Nos fulminó con los ojos y nosotros negamos asustados— ¿Quién es?

—Eh, boludo —Agus llegó con una copa de champagne en su mano— ¿Esa no es la mina que cantó? —Dijo sorprendido, asentí y vi a Bayona poner sus dedos en el puente de su nariz mientras negaba con su cabeza—

—Si, es Lucie —Le respondí a Agus y me giré hacia bayona— Necesitamos llevarla a nuestro hotel, el suyo queda muy lejos y no podemos sacarla está lleno de periodistas—