11 - El Rábano Y La Remolacha

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El clima estaba demasiado hermoso, sentía una paz profunda... Y una mirada aterradora detrás de él.

Wei Wuxian se encontraba sentado en el jardín de conejos de su esposo, tenía los pies un poco hinchados y el bebé qué cargaba ya estaba empezando a saludar al mundo con el gran bulto en el que se había convertido.

— A-Yuan, ¿por qué me miras así? — suspiró exhausto.

— Mentirosos. — frunció el ceño.

— Ow, rabanito. — volteo a verlo. — Ven aquí, y deja que te explique.

— Me dijiste que ya no querías más hijos. — la mirada se volvió más filosa. — Y ahí veo uno. — miro el vientre de su madre. — Y muy grande.

Si...Tal vez la sorpresa de ser hermano mayor no se la había tomado tan bien como llegaron a imaginarse, y no, su hermoso rabanito no era alguien malcriado de hecho lo mimaba y ayudaba mucho con el embarazo al igual que su esposo pero aún quedaba resentimiento en él.

— Ra-rabanito... — había olvidó lo difícil que era moverse. — Ay.

— Déjame ayudarte, madre. — rápidamente se acerco hasta el. — Ya, ¿muchos más cómodo?

— Sí, rabanito. — sonrió calidamente tomando de la mejilla de su hijo mayor. — Mi precioso bebé, ¿Cómo es que creciste tanto? Ahora tu me ayudas a mi y yo no puedo hacer mucho por ti y...

"Hormonas de embarazo", pensó A-Yuan al ver a su mamá hipear mientras sus ojos se cristalizaban.

— Esta bien, madre. — lo abrazó. — Estas haciendo un gran esfuerzo manteniendo a mi hermano(a) ahí. — sintió las feromonas de su madre cubrirlo por completo.

— Mío. — lo aprezo como pudo en sus brazos. — Mi bebé, A-Yuan, ¿sigues molesto con nosotros?

— No estoy molesto, solo... — se quedó callado unos momentos. — No es nada.

— A-Yuan, ¿que dijimos sobre callar lo que sentimos? — reprochó. — Cuéntale a tu madre que pasa.

Y en realidad, el pequeño ahora ya más grande Lan Yuan no estaba disgustado con la idea de tener un hermano, solo que por un momento, cuando todos felicitaron a su madre y padre por la llegada del nuevo integrante de la familia... Se sintió como si lo hicieran a un lado.

Se sintió ignorado cuando el siempre era el tema de conversación para todo, y compartilo con alguien que nadie conocía aún fue... Extraño.

— Sabes que te amo, ¿no? — wei wuxian beso la mejilla de su hijo con cariño. — Eres importante para mi A-Yuan, jamás pienses que tu padre o yo te dejaremos de lado. Eres una pieza fundamental en mi corazón, tu padre y futuro hermano(a) también lo son. ¿Nosotros lo somos para ti?

Y se sintió avergonzado de dudar de sus padres.

— Lo son. — con duda y algo de miedo decidió poner su mano en el vientre de su madre. — ¿Cu-cuando sabremos si es niño o niña? — su madre hizo una mueca cuando su mano se poso en el vientre. — ¡¿Ow?!

— A-Yuan, ¿lo sentiste? — sonrió en grande. — Vuelve a colocar tu mano, rabanito.

Y lo hizo, solo para sentirlo de nuevo.

— ¿Por qué? — observó otra mueca de su madre. — ¿Duele mucho? Lo siento, yo-

— ¡Tu hermano te reconoció, A-Yuan! — soltó suaves risas. — Esta bien, cariño, es normal. Tu también pateabas cuando estabas dentro mío.

— ¿En serio? — su madre asintió. — Debió de ser molesto para ti.

— Claro que no. — suspiró un poco exhausto. — Me encantaba saber que mi hermoso rábano estaba conmigo, si sabes que cuando naciste y creciste solo unos meses hiciste que tu madre se aferrar a ti, ¿no?

El Rabanito de Wei Ying se está cosechando © MDZSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora