Normalmente, cuando quien solía ser tu ser más amado, la persona en la cual podías confiar plenamente, tu mejor amigo, te abandona, lo único que ocurre es perder la confianza, y hay un largo camino en la vida para recuperarla. Al principio, te sient...
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CAPÍTULO SIETE 🌊 La brújula
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Bajaron una vez llegaron al muelle. John B. se detuvo en el medio, en el porche, dejando el bolso negro en el suelo y así tratar de abrirlo y descubrir lo que contenía este.
─ ¿Qué creen que es? ─ cuestionó Kiara.
Avery se encogió los hombros. ─ Solo espero que haya valido la pena.
─ Debe haber dinero o algo así ¿no? ─ inquirió John B.
─ Eso o un par de llaves con un valor de medio millón. ─ metió JJ.
─ ¿Podemos abrir el bolso? ─ preguntó Pope de forma algo desesperada. Los cuatro amigos lo miraron sorprendidos.
─ Vaya, Pope. Es un arrebato raro de emoción para ti. ─ respondió con gracia y sorpresa.
─ Bueno, me matan con la expectativa. ─ defendió el moreno.
─ Ábrelo, John B. ─ pidió Avery.
─ Bien.
─ Casi morimos por esto. ─ recordó Pope.
John B. abrió el bolso y de este sacó una clase de termo metálico. Extraño ante los ojos cafés de Avery. Intentó abrirlo, y lo logró. Los de atrás observaron con atención cada detalle, curiosos, para descubrir lo que el castaño sacaría de aquel termo de metal.
Y lo hizo.
Los pogues, exceptuando a la Walker y el Routledge, fruncieron el ceño en confusión al ver que era una brújula. Sólo una brújula.
Ambos castaños quedaron boquiabiertos, sabiendo que no se trataba tan solo de una simple brújula como sus amigos creían. Y, Avery, lo sabía también.
─ Vaya...
─ Si, eso mismo. ─ habló Pope con decepción. ─ Buen trabajo, chicos. Hayamos una brújula.
