FINAL - Parte I

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Las campanas de fin de clases sonaron dando final al curso. ¡Por fin vacaciones! Guardé todo en mi mochila y salí de ese infierno. Odiaba las clases, el instituto, los profesores... odiaba todo esto. Al menos se me hacía un poco más llevadero con ellos aquí. Mis mejores amigos desde pequeños. Nunca me han fallado y dudo que pase algún día.

Salí por el pasillo y, junto a mi taquilla, ya me estaba esperando. Ella, mi vida, mi amor, mi novia, mi mejor amiga... Dana.

– ¡Hola, mi vida! – me saludó con un abrazo. – ¡¡Por fin!! Vacaciones.

– ¡Hola, preciosa! Si, tenía ganas de salir. Déjame que vacíe mi taquilla y nos vamos. ¿Y Joel?

– Creo que se saltó las últimas horas con Lina. – que desesperados. Me reí. – ¿Ya te han dicho tus padres si vais a salir este año del país? – casi todos los años solíamos salir a sitios diferentes para vacaciones. El año pasado me dejaron llevar a Dana y nos lo pasamos genial con ellos. Dana y yo llevamos saliendo desde... bueno, desde que me acuerdo. Desde muy críos, no sabría ni decir fecha. Mis padres siempre nos han apoyado y nunca han tenido problema con eso, ni los suyos. Creo que por eso estamos tan bien.

– Creo que este año les tocan las vacaciones por separado, así que no creo, pero... – dije cerrando mi taquilla y pasando el brazo por sus hombros para salir ya del instituto. – Si nos dejan, tengo pensado dónde podemos ir tú y yo.

– Ah, ¿sí? – asentí con la cabeza dándole un beso en la sien. – Bueno, no creo que me digan que no, siempre que no salgamos del país, ya sabes, tenemos 16 así que...

– No hace falta, nos quedaremos en Alemania.

– ¿Eh? Espera... – se quedó parada deshaciéndose de mi abrazo. – ¿No será lo que estoy pensando? Alex... si es eso...

– Si, es eso. ¿Para qué voy a mentirte? Necesito hacerlo y necesito que estés conmigo. Es mi única oportunidad de conocerla.

– Pero... – se acercó de nuevo a mi cogiendo mi mano y nos pusimos de nuevo a caminar. – Sabes que te apoyo, pero no me parece bien que lo hagas sin que se lo digas a tus padres. Bill te dijo que estabas en tu derecho, te apoyará. Y Tom, si no les dices nada, le sentará mal. Ya lo conoces.

– Si, lo sé. Me dejan hacer lo que quiera, pero debo avisar. No sé, lo pensare.

– ¿Y cuándo sería?

– Todavía no he quedado con ella. Esta noche se lo diré.

– Es una locura. Pero bueno... si no hay otro modo y estás seguro... te apoyo. Estaré a tu lado.

– Gracias. – le di un beso y seguimos el camino hacia su casa.

Mi vida era y es una locura. Tengo una vida un poco diferente que el resto de mis amigos o... bueno, simplemente no conozco a nadie que le pase algo así. Pero no estoy mal con eso, al contrario. Me siento orgulloso de mi familia y, sobre todo, de mis padres. No tengo, ni he tenido, problemas con que sean hermanos, es fuerte, sí, pero no le doy gran importancia. Cuando lo pienso me río porque me lo dijeron tan pequeño que era como si me estuvieran contando cómo se hacían unas galletas de vainilla, no entendía una mierda. Pero crecí con eso y ni le he dado importancia, ni tampoco he tenido necesidad de saber más. Con los años me he ido enterando de historias, viendo fotos de ellos, vídeos que guarda mi abuela o simplemente los he oído hablar de esos temas, de los problemas que tuvieron. Para mí era como escuchar conversaciones triviales con tus padres. Tal vez no lo entienda del todo porque no tengo hermanas o hermanos, pero si entiendo lo que es el amor porque estoy enamorado, y justamente por eso, no puedo juzgarles, porque me daría igual que mañana me dijeran que Dana es prima mía o... no sé, simplemente no la dejaría nunca. Por eso es que no me importa que sean hermanos, además gemelos, me da igual. Solo me importa que son felices y me quieren y darían lo que fuera por mi felicidad.

Mentiras en la red 2 - TWC-RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora