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—¿Y quién de las dos está embarazada? —inquirió su padre, mostrando la prueba de embarazo positiva que supuestamente su madre había ocultado a la perfección

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—¿Y quién de las dos está embarazada? —inquirió su padre, mostrando la prueba de embarazo positiva que supuestamente su madre había ocultado a la perfección.

Su madre actuaba despreocupada, mirando a todas partes y silbando. Ella tragó con fuerza, sabiendo que su madre estaba evitando enfrentar la situación.

—Es mío, pero antes de que pienses en echarme de casa y desheredarme, hay algo muy loco que debo decirte —admitió nerviosa.

—¿Algo más loco que quedar embarazada en la adolescencia después de todas las charlas que has tenido? —cuestionó su padre, cruzando los brazos.

—Quedé embarazada en el baño durante el carnaval. ¿Puedes creer que sea cierto? Pensé que solo estaban bromeando —respondió juguetonamente, observando cómo la mandíbula de su padre se tensaba y suspiraba tratando de calmarse.

—¿Realmente creíste que estábamos bromeando?

—Sí, incluso lo de Papá Noel suena más creíble que quedar embarazada por usar el mismo baño en el carnaval —admitió con firmeza.

—¿Espera, Papá Noel no existe?

—Ysabet, por favor, no es momento para tus bromas. ¿Sabes siquiera quién podría ser el padre del bebé que esperas? —preguntó su padre con firmeza.

—Hay más de diez posibilidades... —admitió con pesar, mientras su padre sentía ganas de desaparecer.

—¿Qué planeas hacer? Me preocupa el niño o la niña que está por venir. Podríamos llevarte con los curanderos del pueblo y terminar con el problema, pero definitivamente insistiré en que te hagan la histerectomía. Eres un peligro latente dejándote reproducir —concluyó su padre.

—¿Realmente piensan que seré una mala madre? —les preguntó a sus padres.

—Definitivamente.

—Es cruel que ni siquiera haya sido madre y ya me etiqueten como una mala. —se quejó.

—Por favor, si ni siquiera eres capaz de cuidar un Tamagotchi, ¿crees que podrás cuidar a un bebé? Ni siquiera las plantas prosperan contigo —se burló su padre, señalando sus debilidades.

—Lo del Tamagotchi fue un accidente, y lo de las plantas... no sabía que no debía enterrarlas tan profundamente —se justificó.

—¿Y qué hay de la tortuga que lanzaste al mar?

—Tenía cinco años, pensé que podría sobrevivir. No sabía que había tortugas marinas y de tierra —continuó defendiéndose.

—Sinceramente, ni siquiera eres capaz de cuidar un pez sin que se muera. Milagrosamente estás viva, pero ¿piensas que podrás mantener vivo a un bebé? —habló con sinceridad su madre, mientras ella fruncía el ceño con disgusto. No podía creer que sus padres no tuvieran ni un mínimo de fe en ella.

Bebé a bordo [JJK X Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora