IV

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Querido diario...

Estamos a 2 días de terminar el instituto, tengo demasiadas ganas de poder librarme de la toxicidad de mis compañeros, las malas vibras y de los maestros, algunos me caen de maravilla, hasta me llevo bien con ellos, pero hay algunos que tan solo me sacan de quicio.

Este verano voy a ir a Mallorca 1 semana y después estaré el verano entero en mi campo, como siempre.

Tengo tantas ganas de poder coger el tren, irme a la playa con mis amigos y pasar allí el día hasta que nos den las tantas, los picnic nocturnos en la playa y los paseos por la noche por todo el paseo marítimo escuchando el sonido de el mar mezclado con nuestras risas por los chistes rancios de mi mejor amigo, no tiene ni un poquito de gracia, pero estando entre amigos y siendo media noche pasada, todo da risa, y no me quejo, esos momentos son los mejores, los que me hacen darme cuenta de que la vida no es tan mala como siempre pienso, aunque la vida te este dejando de lado, y sientas que no mereces seguir, ese poquito de serotonina, hace que sientas que la vida corrió a por ti y te abrazo lo mas fuerte posible, para no volverte a dejar de lado.

Puedo sonar algo cursi o poética, pero es la verdad, a veces solo deseo repetir esos días y momentos en bucle hasta el día que me muera, solo para disfrutar de esa poquita de serotonina que la vida, pocas veces me da, me siento tan querida, tan amada, y tan apreciada por la vida en esos momentos tan cortitos, que aunque duren 7 segundos, parece que fueron 7 siglos.

Hace 5 meses, conocí a un chico, Ryan, nunca hable con el más de 20 minutos, pero ese poco tiempo, con el que hablé con el, sentí, que fueron siglos, cada que estaba con el, aunque fuera muy poco tiempo, sentía que el tiempo se paraba, y que con él, no había límites ni horarios, lo amo, pero no es mío, ni yo soy suya.

Nos conocemos de hace poco, pero con solo mirarnos, ya sabía todo de el, no me hacía faltar saber nada más de él. Solo viendo sus ojos y su penetrante mirada, parecía que todo de el ya estaba conocido, es el mejor chico que he conocido, y deseo encontrarmelo, de nuevo, los dos solos, y hablar, como nunca ante lo habríamos echo.

En mi vida, nunca me había gustado tanto alguien, ni me había enamorado tan rápido, el era tan... Tan... Tan hermoso, guapo, amable y agradable, me transmitía tanta tranquilidad.

Deseaba quedarme junto a el durante toda mi larga y corta vida.

nosotros y nadie másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora