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El ojiazul despertó horas después porque su hija no dejaba de patear y tenia ganas de orinar, luchó para soltarse del agarre de su Alfa y se dirigió al baño. Cuando salió el rizado estaba sentado al borde de la cama, levantó la mirada cuando lo sintió acercarse.

— ¿Te desperté Dark bebé? — preguntó en cuanto llego a su lado

— No sentí tu calor y desperté, me preocupé pero escuché que estabas en el baño — el lobo tomó la mano de su destinado y lo jaló hasta tener a su Omega en su regazo

— Lo siento, tu cachorra está inquieta

— Déjame arreglar eso — acostó a JungKook en la cama y besó su vientre, mordió con suavidad su estomago provocándole cosquillas al pequeño castaño — Hola cachorra es papá Dark, mami y papi quieren follar asi que duérmete

— ¡Darkhor! — gritó JungKook — No le digas esas cosas a la bebé

— Nuestra cachorra no entiende nada

— Claro que lo hace, sé educado por favor — pidió con una sonrisita

— Solo bromeaba — besó el redondo vientre — Empezaré nuevamente, soy tu papá más genial, imagino que al principio será extraño eso de tener dos padres pero con el tiempo lo comprenderás, sabrás que mami nos ama a los dos y espero que tú también lo hagas porque yo ya lo hago bebé, papi Darkhor te ama con toda su alma lobuna — JungKook paso los dedos por la mandíbula de su Alfa —  Tu madre es el Omega más hermoso, él es gentil y bondadoso, a veces suele tener un genio terrible pero podemos arreglar su día si le compramos un diamante

— Eso es cierto — concordó el castaño

— Ahora te cantaré una canción para que tengas dulces sueño

— Oh diablos

— Duérmete mi niña, duérmete mi sol, duérmete pedazo de mi corazón y eso se repite unas diez veces, hasta eso ya estás dormida

— No puede ser — dijo JungKook mientras reía — Esa es la peor canción de cuna que escuché, nuestra cachorra no tiene ninguna posibilidad

— Ella será perfecta igual que tú

— Bésame — pidió el Omega

Darkhor dejó un último beso en el vientre de su chico y subió hasta besar los labios que tanto deseaba, mordió los labios rosas y JungKook jadeó, bajó hasta su pecho e hizo una serio de marcas de amor al rededor del tatuaje que el ojiazul tenia en esa zona.

— Voy a follarte — dijo con voz grave — ¿Dejas que lo haga?

— Por favor — fue la respuesta de JungKook

— Si Omega, tu pequeño agujero apretado está siendo destruido esta noche — gruñó mientras mordía la marca de apareamiento que dejó en su amado — Quiero probarte, voy a comer tu trasero

Darkhor bajó un poco y colocó una almohada en la espalda baja de JungKook para que estuviera más cómodo, metió sus dedos en la usada entrada y se burló un poco, el ojiazul se frustró.

— Dark por favor

— Sé paciente amor

JungKook esperaba más burlas pero entonces la lengua de Darkhor lamió una franja gruesa en su entrada, antes de sumergirse, lamiendo esas paredes aterciopeladas y chupando el borde, JungKook definitivamente no se lo esperaba, gimió en voz alta, una vez más tratando de agarrar los rizos del lobo, los agarró con fuerza, manteniendo a Dark quieto mientras apoyaba su trasero contra la cara del Alfa, a éste no parecía importarle ser básicamente asfixiado por el trasero de JungKook, de hecho, estaría muy feliz de morir, si eso significaba besar el trasero de JungKook hasta su último aliento.

— Sabes tan jodidamente bien — dijo lamiendo el agujero del ojiazul entre cada palabra, el castaño gimió en respuesta, sus dedos de los pies se curvaron y el estómago se calentó peligrosamente, el cuerpo se retorció en protesta ante el inmenso placer

— Fóllame — casi suplicó

Darkhor obedeció y separó las mejillas de su Omega antes de penetrarlo de una profunda estocada.

— Jesucristo y toda su tribu — murmuró exhalando lentamente una vez que estuvo hondo

Miró el rostro de JungKook, su Omega estaba gimiendo suavemente, sus ojos se cerraron con fuerza y la boca se abrió en un grito silencioso. Darkhor gimió y aplastó un poco sus caderas contra el trasero de JungKook, sintiendo esos músculos apretarse a su alrededor. Después de que el cuerpo tenso de JungKook se relajó un poco, el Alfa besó su hombro, antes de comenzar un ritmo suave que hizo que JungKook gimiera de placer en poco tiempo.

Darkhor jadeó mientras daba lo mejor de sí para complacer a su Omega, acelerando el ritmo de sus embestidas, empujando su polla más profundamente cada vez que empujaba sus caderas hacia adelante, escuchando su nombre entre gemidos y quejidos. Ningún otro sonido podría excitarlo mejor que este.

— Quisiera tanto anudarte, darte mas cachorros

— No puedes — respondió en un jadeo

— Lo haré en cuanto nazca nuestra hija, te embarazaré de nuevo, tendremos muchos cachorros — gruñó

— Si, todo lo que quieras pero muévete más rápido

— Llevarás a mis cachorros, ¿serás la madre de todos ellos?

JungKook asintió levemente, su ano apretando alrededor de la polla de Darkhor, como si esperara hacer que se corriera más rápido. El lobo forzó las piernas de JungKook a abrirse con sus propias rodillas y tiró al hombre pequeño a sus rodillas, follándolo lo suficientemente fuerte como para casi obligar a JungKook a volver a la cama si no fuera porque se corrió en ese momento encima de JungKook con un fuerte gemido, mientras todavía movía levemente sus caderas con rápidos y bruscos, pero pequeños empujes.

Darkhor se inclinó, su mente completamente empañada por un inmenso placer. Sus labios se pegaron a la piel del cuello de su Omega y sin pensarlo más, mordió, lo suficientemente fuerte como para romper la piel suave, extrayendo sangre, reabriendo su marca de apareamiento.

— ¿Estas bien cariño? — preguntó suavemente

— Muy bien — dijo el Omega moviendo sus cejas sugestivamente

Sonrió y miró hacia abajo, notando que su espeso semen se filtraba por el pequeño agujero destrozado de JungKook. Su polla se movió débilmente, pero lo ignoró por completo, envolviendo a su chico en sus brazos, abrazándolo con fuerza, mientras besaba repetidamente todo su rostro, cuello y pecho. Llegó a un punto donde JungKook estaba particularmente sensible, haciendo que el hombre de ojos azules riera adorablemente y lo mirara con grandes ojos cansados.

— Iré a traer una toalla, no te muevas

— Como si pudiera hacerlo — fue la obvia respuesta de JungKook

Darkhor sonrió, dándole un guiño. Casi corrió al baño para buscar una toalla lo más rápido posible, secó a ambos antes de volver a meterse en la cama, envolviendo al su Omega en sus brazos con fuerza y presionando su nariz justo en la marca de la mordedura para respirar el aroma de JungKook ahora combinado con el suyo. Suspiró satisfecho y miró la cara de su alma gemela, descubriendo que el amado ya estaba dormido. Sonrió con cariño, antes de cerrar los ojos y dejar que el sueño se lo llevara a él también.

Bleuâtre | jikook • adapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora