•LA PERFECTA FAMILIA WELLINGTON

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En las altas torres de cristal de la ciudad, brillaba el nombre de los Wellington como un faro de riqueza y prestigio. Mi padre, Alexander Wellington, era el patriarca indiscutible de nuestro imperio empresarial. Después de la pérdida de mi madre en un trágico accidente, solo quedábamos él y yo, envueltos en la opulencia de nuestra mansión y rodeados por los leales trabajadores que mantenían nuestro hogar en perfecto orden.

Criado entre lujos y comodidades, me acostumbré a la vida de privilegio que solo los Wellington podían proporcionar. Desde temprana edad, mi padre me enseñó los secretos del mundo de los negocios y la importancia de mantener el legado de nuestra familia. Nuestro apellido era sinónimo de éxito, y cada movimiento que hacíamos era examinado con lupa por la sociedad y los medios de comunicación.

A medida que crecía, sentía cada vez más el peso de la expectativa que recaía sobre mis hombros. Como heredero de los Wellington, se esperaba que siguiera los pasos de mi padre y llevara nuestra empresa hacia nuevas alturas de prosperidad. Sin embargo, mientras la presión aumentaba, también lo hacían mis dudas sobre el verdadero significado de la felicidad y el propósito en la vida.

Detrás de las brillantes fachadas y las portadas de revistas, los Wellington guardaban oscuros secretos que amenazaban con desmoronar nuestro mundo de privilegio. Intrigas empresariales, rivalidades familiares y traiciones ocultas entretejían una red de intrigas que amenazaba con destruir todo lo que mi padre había construido con tanto esfuerzo.

Bajo la sombra de la imponente figura de mi padre, la presión por mantener una imagen de impecabilidad en mi vida se volvía asfixiante. En la prestigiosa universidad donde me sumergí en el campo de las finanzas, cada paso que daba estaba marcado por la expectativa de la perfección. Desde los impecables trajes hasta las brillantes calificaciones, todo debía ser intachable.

Mi novio, cuidadosamente seleccionado para encajar en el molde de la pareja ideal, era el epítome de la elegancia y el éxito. Nuestro círculo social estaba compuesto por individuos igualmente pulidos, cuyas vidas parecían una representación impecable de la perfección superficial que se esperaba de nosotros.

Sin embargo, detrás de las sonrisas ensayadas y los gestos calculados, sentía un vacío creciente en mi interior. Cada vez más, me preguntaba si esta búsqueda desesperada de perfección era realmente lo que quería, o simplemente una fachada para complacer a los demás y cumplir con las expectativas impuestas por mi padre y la sociedad.

Mientras luchaba por mantener la máscara de la hija perfecta, una voz interior comenzaba a susurrar que la verdadera felicidad yace en la autenticidad, en liberarse de las cadenas de la impecabilidad impuesta y encontrar el valor de seguir el propio corazón, incluso si eso significaba desafiar las normas establecidas y enfrentar el rechazo de aquellos que esperaban que siempre permaneciera dentro de los límites predefinidos de la perfección.

A medida que me sumergía más en el mundo de la impecabilidad impuesta, la sombra de mi padre, Alexander Wellington, se cernía sobre mí con una presencia cada vez más opresiva. Como la hija del magnate de los negocios, se esperaba que siguiera sus pasos, que mantuviera el legado de la familia y que fuera la personificación misma de la excelencia.

Cada paso en falso, cada indicio de rebeldía, era visto como una posible decepción para mi padre y una mancha en el honor de los Wellington. La presión de estar a la altura de su legado se volvía cada vez más abrumadora, y a veces me sentía atrapada en un mundo de expectativas imposibles de cumplir.

El miedo a convertirme en la desilusión de la familia, en la hija que no estuvo a la altura de las expectativas, me mantenía atrapada en un ciclo interminable de conformidad y auto-negación.

Mientras luchaba por encontrar mi propio camino en medio de la sombra de Alexander Wellington, me di cuenta de que la verdadera decepción no radicaba en seguir mis propios sueños y deseos, sino en renunciar a ellos en nombre de una imagen de perfección que nunca podría alcanzar.

El equilibrio precario de mi vida cuidadosamente construida se tambaleó cuando mi padre, en un acto de sobreprotección que rayaba en la desconfianza, decidió contratar a Ghost, un guardaespaldas, para acompañarme en su ausencia. Su decisión de no confiar en mi capacidad para cuidarme a mí misma fue un golpe directo a mi independencia y autoestima.

La presencia de Ghost en nuestra mansión era como una sombra ominosa que oscurecía mi libertad. A pesar de sus habilidades y su dedicación a protegerme, su mera existencia representaba una intrusión en mi vida, una recordatoria constante de la desconfianza de mi padre y de su necesidad de controlar cada aspecto de mi existencia.

Me resistí con todas mis fuerzas a la idea de ser vigilada constantemente, de tener mi privacidad invadida por un extraño que estaba ahí solo para cumplir órdenes. La sensación de ser tratada como una niña indefensa en lugar de como la mujer independiente que sabía ser me enfurecía y me entristecía a partes iguales.

A medida que mi resentimiento hacia Ghost crecía, también lo hacía mi deseo de demostrarle a mi padre que era perfectamente capaz de cuidarme por mí misma. Pero en el fondo, la presencia de Ghost despertaba un miedo más profundo: el miedo a perder la única conexión que aún tenía con mi padre, por imperfecta que fuera.

Con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho, ingresé a la lujosa oficina de mi padre, donde la atmósfera cargada de tensión pesaba en el aire. Mis ojos se posaron en el hombre alto que estaba sentado de espaldas a mí, con la mirada fija en mi padre. Un escalofrío recorrió mi columna al darme cuenta de que este hombre era Ghost, el guardaespaldas cuya presencia había sido una constante intrusión en mi vida.

Mi padre me indicó que tomara asiento, y obedecí en silencio, con el corazón martilleando en mi pecho mientras intentaba anticipar lo que estaba por venir. La mirada seria de mi padre me indicaba que esta reunión no sería una conversación casual.

-Siéntate, hija-, dijo mi padre, señalando la silla frente a él. Me acerqué y me senté, tratando de ocultar mi nerviosismo.

-¿Qué está pasando, papá?-, pregunté, mi voz apenas un susurro lleno de ansiedad.

Con voz firme, mi padre comenzó a hablar, revelando una verdad impactante que cambiaría para siempre la percepción que tenía de mi mundo perfectamente construido. Mientras escuchaba sus palabras, sentí que el suelo se desvanecía bajo mis pies, y una oleada de emociones contradictorias amenazaba con abrumarme por completo.

-Lo que estás a punto de escuchar, hija, no será fácil de aceptar-, comenzó mi padre, su mirada seria y penetrante. -Pero es hora de que conozcas la verdad sobre quién es Ghost y por qué está aquí-.

En medio de la lucha por procesar la verdad que se revelaba ante mí, mis ojos se encontraron con los de Ghost, cuyo semblante impasible ocultaba un mar de emociones que apenas podía comenzar a comprender.

-¿Quién es él, papá? ¿Por qué está aquí?-, pregunté, mi voz temblorosa con la anticipación y el miedo.

Ghost se giró hacia mí, y por primera vez, vi una chispa de vulnerabilidad en sus ojos mientras respondía: -Soy mucho más que un simple guardaespaldas, señorita. Y estoy aquí para protegerla, cueste lo que cueste-.

En ese momento, me di cuenta de que había mucho más en él de lo que mis prejuicios iniciales habían permitido ver, y que quizás, detrás de esa fachada de acero, se escondía un hombre con sus propios demonios y secretos.

Mientras la verdad se desplegaba ante mí, me enfrenté a una elección que cambiaría el curso de mi vida para siempre. En un instante, todo lo que creía saber se desvaneció, dejando espacio para la incertidumbre y la posibilidad de un nuevo comienzo.

Uy uy uy estoy emocionadaaa, está historia va a ser interesante tengo muchas ideas en mente y por cierto muchas escenas +18 JAJAJ.

Ya falta otra historia de ghost siento que con el las historias son un poco más intensas ya que es un personaje muy diferente a köning.

Gracias por leer este es el comienzo las quiero mucho cuídense 💗.

𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐦𝐢𝐫𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐠𝐡𝐨𝐬𝐭 [ghost x lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora