Angel Pt. 2 (Cap. 17: Reed)

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Reed.

Muchos piensan que por ser hijo de alguien perfecto, los hijos también deben serlo. Pero no es así, aunque quiera ser libre de las reglas un poco absurdas de mi padre, no lo he podido hacer.

Poco a poco, esas reglas me han consumido y me han convertido en lo que soy ahora. Uno de los ángeles más importantes de toda la Escuela de Ángeles y Demonios. Llegando a ser el jefe de los ángeles de vuelo. No me molesta, en lo absoluto. Me encanta dar órdenes y que me hagan caso, pero otras veces he preferido ser un ángel común y corriente. Sin tener peso en mi hombros.

Mi vida, desde que tengo memoria, ha sido llena de reglas estrictas, innumerables entrenos con varios ángeles entrenados por mi padre. Y a veces me pregunto, ¿por qué no fui entrenado por mi propio padre? Siendo su hijo, él tuvo esa obligación desde que yo era pequeño. Tanto como padre responsable y tener una paternidad presente como una persona a la cual yo aprendería muchas cosas que me ayudaran como ángel y ser un ser de servicio.

Pero no, él decidió que esto fuera así, muchas veces se lo he echado en cara.

— Mierda, nunca te he tenido presente, y después vienes con tu cara lavada a llevarte el crédito de todo lo que he hecho? ¿Crees que es justo? Nunca te tuve presente, todo lo que he tenido ha sido gracias a la constancia de mi abuelo.

— Mira pequeño desagradecido, te he dado todo lo que pides, todo lo que deseas siempre lo has tenido en tus manos, eso no te basta?

— Claro, todo lo que he deseado? Solo ha sido una maldita cosa lo que te he pedido, y ha sido mi libertad como un ser viviente. Nunca te he desobedecido, porque pensé que así me dejarías ser alguien libre, pero no, una mínima cosa que te he pedido. En cambio, por un error que no fue culpa mía, me desatas todo tipo de quejas, regaños y cosas sin sentido y sin justificación.

— ¿Sabes qué? A la mierda, todo lo que deseas será tuyo, serás libre, pero, si fallas en una mínima cosa, regresaras aquí, a la Ciudad Mayor. Trabajaras y tendrás que sustentarte, estar bajo el sol abrasador y conseguir tu propia comida. Me he cansado de tus constantes discusiones y echadas en cara de mi falta paternal. Irás a la Escuela de Ángeles y Demonios, serás libre de mí, pero no de tus profesores, ellos se darán cuenta de tu apellido y sabrán que tienen que tener cuidado.

Esa discusión fue hace varios años atrás, todo ha cambiado, como ya dije, soy jefe de los ángeles de vuelo que llevan los suministros de la Ciudad Mayor hacia la Escuela de Ángeles y Demonios.

Nunca he tenido problemas en la Escuela, por eso soy lo que soy. He trabajado duro, en parte le agradezco a mi padre por esa constancia de ser perfecto. Ahora he visto el fruto de mi trabajo, ser de las personas mas respetables y galardonadas. ¿A quién no le gusta tener premios y ser reconocido?

Aunque suene bonito, me ha costado mantener esa reputación. Ser alguien de prestigio es un problema, porque varios seres quieren estar conmigo, tanto demonios como ángeles.

He escuchado varias fantasías sexuales y fetiches raros. Los seres cuando se trata de sexo se vuelven locos.

— Quiero que me metas tu polla hasta que grite de placer...

Eso y...

— He fantaseado demasiado con varias personas. Pero nada como tu...

Una es peor que otra, nunca he tenido una fantasía con un ser. Hasta que conocí a Frey.

Estuve presente desde mucho antes de su sobredosis de droga. Ni siquiera sabía de su existencia. Según escuche, él sería el primer convertido en el programa: "Trayendo almas". Fue elegido porque cumplio los requisitos. No pensé que sería el primero.

Mi vida en el cielo [Ángeles Caídos #02]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora