old friends

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Y así fue, la noche se le hizo eterna, se la pasó mirando al techo hasta que un muy borracho Max entró como una tormenta en la habitación y se lanzó a su lado, balbuceando incoherencias antes de dormirse profundamente.

Charles se voltea, lo mira y no puede evitar sentirse decepcionado, estira su mano y acaricia su rostro, recibiendo un suspiro adormilado como respuesta. La piel rosácea de las mejillas de Max se siente familiar bajo su tacto, más desearía ver esa sonrisa bonita y esos brillantes ojos azules mirarlo con cariño una última vez, incluso si es todo falso.

"Espero que encuentres a alguien que realmente ames, Maxie. Lamento que todo termine así, pero es esta la decisión que tomaste." Con esas palabras que pasan desapercibidas por el adormilado y apestoso neerlandés, Charles se da la vuelta y cierra sus ojos por tan solo un par de horas.

Cuando sale de su hogar a la mañana siguiente, ya vestido en un traje formal y oliendo a colonia, el rubio sigue roncando entre las sábana. Entonces, Charles le deja claras instrucciones a su ama de casa, de llamar al cerrajero tan pronto como Max abandone la casa y empacar todas las cosas de este en cajas.

Aparca en el estacionamiento de su empresa y saludando a todos se dirige a una oficina en específico, con una sonrisa de satisfacción.

Toca la puerta, y escucha una voz gruesa que hace que su corazón lata con fuerza.

"¿Quién?"

"Charles."

"Pasa"

En cuanto abre la puerta y lo ve allí sentado tras el escritorio luciendo tan guapo como siempre, empieza a creer que esto no sólo lo hace por la venganza.

"Buenos días, precioso, siempre es un gusto verte. Pasa, pasa."

Charles cierra la puerta detrás suyo y rápidamente ocupa lugar en la silla opuesta al mayor, lo mira fijamente, y analiza su sonrisa embobada.

"Buenos días, Carlos, ¿cómo has estado?"

Carlos Sainz Vázquez, un bombón español. Charles lo conoce desde que eran niños, sus padres se juntaban a ver las carreras y ellos se sentaban frente a la TV a jugar con sus carritos, crecieron juntos, fueron adolescentes juntos aunque su amistad se vio afectada con el mayor volviendo a España con sus padre y Charles ingresando a la universidad.

Y cuando la empresa necesitó más directivos, Charles no dudó en llamar a su viejo amigo, el cual se puso incluso más guapo con los años.

Sin embargo, nunca volvieron a ser tan cercanos como antes, por una sola razón, Max odia a Carlos. El español nunca ha ocultado su eterno crush por el monegasco, y aunque respeta que esté una relación, no duda en hacerle ojitos de vez en cuando, incluso si Charles lleva a su pareja de la mano.

El monegasco no niega la atractivo que es Carlos pero su interés en el chico murió el día en que este se mudó de nuevo a España, o eso se ha hecho creer durante mucho años.

"Yo, perfectamente ahora que veo tu lindo rostro, curioso de saber qué puedo hacer por ti."

Charles siente los nervios recorrer su piel y es que no pensó en que tendría que hacer tal propuesta en voz alta y ahora que se ha dado cuenta, desea escapar de los ojos marrones del mayor. Respira profundo e intenta mantenerse profesional.

"Necesito que tengas sexo conmigo." Al grano y sin contexto alguno.

Obviamente el shock no se hace esperar por parte del mayor que parece tener sentimientos encontrados pues acaba de recibir la mejor y más confusa propuesta de su vida.

Carlos lo mira perplejo y con una sonrisa nerviosa le responde.

"Cariño, creo que tendrás que explicarte un poco, o comenzaré a creer que estoy soñando."

Charles ríe apenado y asiente.

"Me enteré de que Max me ha estado siendo infiel desde hace bastante tiempo, y aparentemente gastando mi dinero en dichas aventuras. Así que, quiero pagarle con la misma moneda y creo que tú eres la persona perfecta, sabes que no le agradas demasiado."

Puede ver algo brillar en los penetrantes ojos marrones que le observan pero no puede descifrar qué es.

"Dios, Charles, lamento que pases por esto pero Hey, te advertí que ese tonto no te convenía."

Okay, sí, todo el mundo le advirtió pero Charles enamorado puede llegar a ser un poco terco.

"¿Sabes? Me sorprende que hayas decidido hacer algo al respecto, digo, algo así. Es bastante caliente."

La mirada de arriba a abajo que le da el mayor hace que Charles sienta cosquillas en la parte baja de su abdomen.

"¿Entonces?"

"Nos vemos a las 7pm, cariño, no pienso llevarte a la cama sin una cita apropiada antes."

Charles no sabe que pasa con él pero es que siente sus piernas temblar y se siente tan malditamente patético bajo la actitud coqueta del madrileño.

"¿Qué quieres a cambio, Carlos?" Pregunta finalmente mientras se levanta cuidadosamente de la silla.

"Una segunda cita, sin venganzas ni novios de por medio, solo tú y yo." El mayor extiende su mano esperando sellar un trato.

"Hecho." Charles la aprieta con gentileza y sale disparado de la oficina como un rayo, solo para encerrarse en la suya y cuestionarse todo lo que está apunto de hacer.

¿Qué tan posible es que siga gustando de Carlos?

Muy posible, y eso empieza a asustarlo pues eso significa que tal vez su aventura de una noche podría empeorar su mezcla de emociones actual, y aunque siempre se ha convencido de creer que la intenciones de Sainz con él no son serias y solo desea tontear, ahora más que nunca desea saber la verdad detrás de tanto coqueteo.

...

"Dios, quédate quieto, me estás mareando." Un Pierre con resaca le grita mientras lo observa desde su cama.

"No me estás ayudando en nada, ni sé para qué viniste." Charles se queja estresado, mirándose al espejo por décima vez y peinando un poco su cabello con sus manos.

"Vine porque me llamaste, además, no sé cómo ayudarte si ya te ves malditamente guapo."

Pero por primera vez en su vida Charles no se siente confiado de su imagen, allí vestido con pantalones de vestir negros y una camisa blanca a medio abrochar, se piensa dos veces si realmente desea hacer esto.

Su teléfono vibra en su bolsillo y un mensaje de Max lo hace volver a la realidad.

"Hey, me quedaré en casa de mi padre esta noche. Te veo mañana, cariño."

No responde, solo bufa y le muestra la pantalla a su amigo que tarda un par de segundos en enfocar su mirada correctamente.

"Perfecto, así no interrumpe tu cita y no se dará cuenta de la cerradura hasta mañana." Pierre afirma sonriente pero Charles no puede evitar sentirse mal.

"Parece que él también tendrá una buena noche, Max prefiere dormir en una banca que en casa de su padre."

No puede evitar cuestionarse cuan idiota piensa Max que es, y cuántas veces Charles ha caído en sus mentiras sin siquiera dudarlo.

El cielo que empieza a oscurecerse le avisa que es hora de salir, se admira una última vez en el espejo mientras pone su reloj en su muñeca y antes de salir se despide de su amigo.

"Hey, duerme un poco ¿okay? Le pediré a Sarah que te de algo para la resaca."

"Sí, mamá. Diviértete con Carlitos, mándale mis saludos y felicitaciones."

Entre Infieles Y Viejos Amores - Charlos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora