• DESAFIANDO BARRERAS

40 2 0
                                    

Al día siguiente, descendí al comedor con la mente llena de pensamientos tumultuosos y una mezcla de emociones que me invadían. Mientras me acomodaba en una de las sillas con una taza de café humeante en una mano y un cigarro encendido en la otra, no pude evitar revivir en mi mente el acontecimiento de la noche anterior.

La imagen de ella, entregada al placer en la intimidad de su habitación, seguía grabada en mi memoria. Era difícil apartar de mi mente aquellos gemidos susurrantes y sus movimientos sensuales mientras se entregaba al éxtasis. Y lo que más me sorprendió fue el gemido apenas perceptible que escapó de sus labios, llevando mi nombre. Aquella revelación había dejado en claro que los sentimientos entre nosotros iban más allá de la simple atracción física.

Con cada bocanada de humo que inhalaba, intentaba calmar los pensamientos turbulentos que me invadían. Ahora, más que nunca, era consciente de la complejidad de nuestra relación. Como su guardaespaldas, mi deber era protegerla y mantener la distancia profesional, pero la creciente tensión entre nosotros complicaba aún más las cosas.

Mientras esperaba su llegada al comedor, me encontré reflexionando sobre cómo manejar esta nueva dinámica entre nosotros. ¿Cómo podía mantener mi profesionalismo y al mismo tiempo lidiar con los sentimientos que surgían en el ambiente? Esa era la pregunta que me atormentaba mientras aguardaba su aparición, consciente de que el día que se avecinaba estaría lleno de desafíos y tentaciones.

Ella descendió las escaleras con una elegancia natural, luciendo un conjunto que despertaba la atención y provocaba miradas. La imagen de su figura envuelta en aquella ropa provocativa hizo que mi respiración se entrecortara por un momento, y rápidamente apagué el cigarro en un gesto casi instintivo.

Una sonrisa juguetona se dibujó en sus labios al notar mi reacción, y me saludó con un cordial -buenos días-. Correspondí al saludo, aunque mi mente estaba en otro lugar. No podía apartar los ojos de ella, y en mi mente comenzaron a surgir fantasías y pensamientos que iban más allá de la mera cortesía.

Mientras intercambiábamos palabras, me encontré desviando la mirada ocasionalmente, imaginando momentos íntimos compartidos en la cama. Era difícil mantener la concentración en la conversación cuando mi mente divagaba por caminos llenos de deseo y tentación.

Traté de mantener mi compostura y ocultar mis pensamientos, pero la presencia seductora de ella hacía que fuera una tarea desafiante. Con cada palabra y gesto, la atracción entre nosotros parecía intensificarse, alimentando la chispa de un deseo que era difícil de ignorar. En ese momento, me di cuenta de que el día que se avecinaba estaría lleno de nuevas pruebas y tentaciones, y no estaba seguro de si podría resistir la tentación que ella representaba.

Su llamado repentino me devolvió a la realidad de manera abrupta, como si despertara de un sueño profundo. La sensación de su voz pronunciando mi nombre resonó en mis oídos, haciendo eco en mi mente y sacándome de mis pensamientos más oscuros.

"¿Mande?", respondí, tratando de ocultar cualquier atisbo de distracción o deseo en mi tono de voz. Mantener mi compostura era crucial en ese momento, especialmente considerando la intensidad de las emociones que me invadían.

Ella, apoyada en la barra de la cocina con un vaso de agua en la mano, anunció que era hora de partir hacia la escuela. Asentí con la cabeza en respuesta, indicando que estaba listo para acompañarla. Me puse de pie, consciente de la tensión palpable que flotaba en el aire entre nosotros.

Mientras la seguía hacia la camioneta, no pude evitar notar cada detalle de su presencia: la forma en que se movía, la elegancia de sus gestos, el brillo en sus ojos. Era difícil ignorar la atracción que existía entre nosotros, pero también sabía que debía mantenerme firme en mi papel como su guardaespaldas.

A pesar de las tentaciones que se presentaban en cada interacción, estaba decidido a cumplir con mi deber y protegerla a toda costa. El día que se avecinaba prometía estar lleno de desafíos y tentaciones, pero estaba determinado a mantener mi profesionalismo y preservar la integridad de nuestra relación, aunque eso significara luchar contra mis propios deseos.

Mientras me acomodaba tras el volante y preparaba la camioneta para partir, me quité los típicos guantes de cuero que solía llevar y me arremangué un poco más la camisa. Conduje con determinación, manteniendo mi atención en la carretera mientras ella se sumergía en su teléfono, absorta en una conversación virtual que parecía captar toda su atención.

A pesar de la tensión palpable que seguía flotando en el aire entre nosotros, el trayecto transcurrió en silencio. Ella estaba absorta en su mundo digital, mensajeando con alguien que parecía llenarla de alegría y sonrisas. Aunque tenía curiosidad por saber quién era el destinatario de esos mensajes, opté por mantenerme callado y respetar su privacidad.

Sin embargo, un impulso momentáneo me llevó a preguntarle si podía fumar. Sabía que la respuesta era obvia, pero sentí la necesidad de romper el silencio y establecer algún tipo de interacción, aunque fuera mínima. Su respuesta fue breve y clara: un rotundo no. Fue la única conversación que cruzamos durante todo el trayecto.

Mientras ella continuaba absorta en su teléfono, no pude evitar preguntarme quién sería la persona del otro lado de la conversación, y qué era lo que la mantenía tan feliz y entretenida. Aunque mi curiosidad estaba despierta, opté por mantenerme en silencio y seguir concentrado en la carretera.

.

Finalmente llegamos a la escuela y antes de bajar de la camioneta, me tomé un momento para ajustar mi ropa, especialmente la parte de arriba, asegurándome de lucir impecable. Luego, me di un último retoque en los labios, preparándome para enfrentar el día por delante.

Justo cuando estaba a punto de abrir la puerta para salir, noté que Ghost se acercaba bastante a mi asiento. Su cercanía me tomó por sorpresa, y me sentí ligeramente desconcertada por su repentino acercamiento. Sin embargo, traté de mantener la compostura y esperé a ver qué tenía que decir.

Con cada centímetro que Ghost se acercaba, mi nerviosismo aumentaba y mi respiración se volvía más acelerada. Sentía sus labios cerca de los míos y una corriente eléctrica recorría mi cuerpo, dejándome sin aliento. Me preparé para lo que parecía ser un momento intenso, pero de repente, su atención se desvió y abrió la puerta del carro.

Las palabras amables que pronunció me tomaron por sorpresa, rompiendo el hechizo del momento tenso que se había creado entre nosotros. "Que tengas un lindo día, princesa", dijo con gentileza antes de apartarse. Traté de reaccionar, pero estaba tan abrumada por la situación que apenas pude articular una respuesta.

Después de abrir la puerta del carro y desearme un buen día, Ghost se recostó nuevamente en su asiento y sacó un cigarro para encenderlo. Observé en silencio mientras el humo se elevaba lentamente hacia el techo del vehículo, preguntándome qué significaba todo lo que acababa de suceder.

Mientras salía del carro y me dirigía hacia la escuela, mi mente seguía girando en círculos, intentando procesar lo que acababa de suceder. No podía dejar de pensar en la cercanía de sus labios y en la intensidad del momento que casi se había materializado. Mi respiración seguía agitada y mi corazón latía con fuerza, dejándome con una mezcla de confusión y anticipación mientras me adentraba en el día que se extendía ante mí.

Prepárense porque ahora sí el siguiente capítulo se nos caerá la ropa del susto JAJAJ, siento yo que va interesante pero me gustaría saber que opinan.

Gracias por leer cuídense mucho 💗

𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐦𝐢𝐫𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐠𝐡𝐨𝐬𝐭 [ghost x lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora