Sendero primigenio #2

【 Capitulo 209 】Bramido iracundo

Evansz siguió disparando ráfagas precisas sobre aquella figura en el cielo, Bástheon decía ver solo una cápsula sangrienta, pero el Titan veía más allá de eso.

El podía observar el gran poder y sed de sangre que emanaba de ahí.

Devoured...solo estaba jugando, esparciendo la muerte por medio de criaturas igual de aberrantes que ella.

-¡Cuidado!-.
El pesado jefe de los berserkers blindados destrozo a uno de los Cryngers Infernatus que intento morder a Evansz por la espalda.

Muchas de esas criaturas habían comenzado a rodearlos, pero al muchacho no pareció importarle.

-¡¡Injecthor, Injecthor, Injecthor!!-.
Disparaba agujas potentes de pura energía eléctrica..su potencia seria tal como para desintegrar en agonía a cualquier rival.

...Pero todos sus ataques se disipaban y la rabia de esa entidad parecía aumentar más y más...

-Es inútil...Tsk...Al menos ya no hay tantas de esas cosas-.
Bástheon tenso sus dedos y parte de la armadura de sus nudillos se resquebrajo, casi toda su armadura estaba bañada con la sangre de esos esbirros, por lo que imponía mucho mayor temor.

Incluso la gente que los veía luchar contra los monstruos, optaban por mantener su distancia, a pesar de que uno de esos dos era un guerrero conocido.

Evansz observó el cielo y la furia que comenzaba a arremolinarse en las nubes.

Suspiro..y forzó una sonrisa antes de mirar a Bástheon y a la gente que había sobrevivido...a la primera oleada.

...............

Beasley observó a su maestro, y suspiro divertido,
el hecho de que Bator corriera de espaldas a él, le favorecía ya que podía sonreír con malicia.

Por fin, podría demostrar cuál era su verdadero potencial,
Estar dentro de la rama de aprendices de un hombre mediocre no era lo que el buscaba.

Poder...mero poder y experiencia.

Se había vuelto fuerte gracias a su propio esfuerzo, y el maestro Elitezard nunca influyó en el para lograr ni un solo escalón en su entrenamiento.

~Solo fui observado por ti..~.
Miro con odio y repulsión a Bator, quien rezaba por las almas de todos los inocentes despedazados en las calles por esos monstruos de dos extremidades y fauces chillonas.

El guerrero de elite ya había eliminado a todas cuanto vio para salvar a todos los que pudo, pero no se quedó atrás, dado que debía llegar al centro de todo ese caos impío.

La cápsula sangrienta se agitaba entre más sangre y almas le eran ofrecidas, y un poder maligno se sentía cada vez más opresor sobre el ambiente.