• BAJO NOCHE

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La noche se deslizaba con la promesa de diversión y emoción mientras la hora de la fiesta se acercaba rápidamente. A medida que las manecillas del reloj avanzaban hacia las 9:00 p.m., me sumergí en los preparativos para la ocasión, emocionada por la perspectiva de una noche llena de risas, baile y encuentros emocionantes.

Me dirigí a mi armario con entusiasmo, deslizando las perchas para encontrar el atuendo perfecto que me acompañaría en esta velada especial. Después de considerar varias opciones, mis dedos se posaron en un vestido extremadamente ceñido, hecho de un tejido suave que se adhería a cada curva de mi cuerpo con una precisión casi hipnótica. Era un vestido audaz y provocativo, con un escote atrevido y una silueta que dejaba poco a la imaginación, diseñado para capturar miradas y despertar deseos.

Con cuidado y atención, me deslicé dentro del vestido, sintiendo cómo abrazaba mi figura con una sensación de poder y confianza. Ajusté cada detalle, asegurándome de que estuviera perfectamente alineado y que resaltara mis mejores atributos. La tela se aferraba a mí como una segunda piel, creando una sensación de sensualidad y elegancia que me llenaba de emoción por la noche por venir.

Para complementar mi atuendo, elegí unos tacones elegantes que añadían altura y gracia a mi paso. Los sostuve delicadamente en una mano, consciente del impacto que tendrían al entrar en la fiesta. Decidí caminar descalza por el pasillo de mi casa, sintiendo la suavidad del suelo bajo mis pies y disfrutando del silencio que rodeaba mis movimientos. Quería evitar hacer ruido y llamar la atención antes de tiempo, manteniendo mi entrada en la fiesta como un momento de revelación y sorpresa.

Con cada paso descalzo, mi corazón latía con anticipación mientras me acercaba al umbral de la noche.

Al bajar las escaleras, mis pasos se llenaron de determinación, pero mi corazón latía con una mezcla de emoción y nerviosismo. Al acercarme a la puerta, vislumbré una figura sentada a un lado, apenas visible en la penumbra. Mi respiración se detuvo por un momento cuando reconocí la silueta familiar de Ghost, quien rompió el silencio con su pregunta directa: -¿A dónde vas, señorita?-

Su voz, aunque tranquila, resonó en el vestíbulo, y por un instante me quedé atónita, sin saber cómo responder. ¿Por qué estaba aquí? ¿Cómo sabía que me estaba preparando para salir? Mis pensamientos giraban mientras intentaba encontrar una excusa o una respuesta que pudiera satisfacerlo.

Sin embargo, antes de que pudiera articular palabra alguna, un impulso repentino me invadió, y decidí intentar escapar. Mis pies se movieron con rapidez hacia la puerta, pero antes de que pudiera alcanzarla, chocamos. Mi corazón dio un vuelco mientras me detenía en seco, encontrándome frente a frente con Ghost, quien me observaba con una expresión que no podía descifrar.

La seriedad en el rostro de Ghost me dejó sin aliento, y su pregunta resonó en el vestíbulo con una intensidad que no pude ignorar. Mi impulso de huir se desvaneció ante su presencia dominante, y me encontré mirándolo con una mezcla de frustración y desafío.

-¿Creíste que ibas a escapar?-, preguntó, y su tono me hizo retroceder un paso, sintiendo el peso de su autoridad sobre mí. Mi molestia se encendió ante su actitud dominante, y sin pensarlo dos veces, respondí con una respuesta cargada de desafío: -Sí, tenía una fiesta, así que déjame pasar-.

Pero Ghost no cedió ante mi protesta. En cambio, se mantuvo firme, cruzando los brazos frente a la puerta y bloqueando mi camino. Su determinación era palpable, y su negativa a apartarse me enfureció aún más. -Yo te llevo-, declaró con firmeza, y un gruñido de frustración escapó de mis labios mientras trataba de liberarme de su agarre. -No es necesario-, refunfuñé, pero él permaneció inquebrantable, decidido a cumplir con su deber de protegerme, sin importar cuánto lo resistiera.

𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐦𝐢𝐫𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐠𝐡𝐨𝐬𝐭 [ghost x lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora