La noche avanzaba, después de un tiempo note su gesto de angustia, mi atención se agudizó de inmediato. Observé con preocupación cómo salía de la casa en busca de algo, con una expresión de inquietud claramente visible en su rostro. Era evidente que algo le estaba perturbando, y mi instinto protector se activó de inmediato.
Permanecí oculto en mi posición, observándola mientras se movía con determinación por el área, buscando algo o a alguien. Sus brazos cruzados y el gesto de llevarse las manos a los ojos indicaban una profunda incomodidad o malestar. Mi mente comenzó a trabajar rápidamente, evaluando las posibles amenazas y escenarios que podrían estar afectando su estado de ánimo.
Cuando volvió a entrar en la casa, decidí mantenerme alerta y vigilante, preparado para intervenir en caso de que la situación empeorara. Mi prioridad era su seguridad, y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para asegurarme de que estuviera a salvo, incluso si eso significaba intervenir en medio de la oscuridad de la noche y la confusión de la fiesta.
Al verla correr hacia mí con desesperación, encendí brevemente las luces de la camioneta para asegurarme de que me viera. Cuando abrió la puerta del vehículo y se precipitó hacia mí, noté inmediatamente la angustia en su rostro y en su voz entrecortada. Sus ojos llorosos y su urgencia en las palabras solo aumentaron mi preocupación por su bienestar.
Sin perder tiempo, me apresuré a preguntarle qué estaba sucediendo, tratando de entender la causa de su angustia. Su respuesta fue un grito desesperado, instándome a irnos de allí de inmediato. Aunque su solicitud era clara, sabía que no podía actuar sin entender completamente la situación.
Sin embargo, ante su evidente angustia, decidí no cuestionarla más y accedí a su petición. Con movimientos rápidos pero cuidadosos, me aseguré de que estuviera segura en el asiento del copiloto antes de encender el motor y comenzar a alejarnos del lugar.
Mientras nos alejábamos de la escena de la fiesta, mi mente estaba llena de preguntas y preocupaciones, pero mi prioridad era asegurarme de que ella estuviera a salvo. Estaba decidido a protegerla y brindarle el apoyo que necesitaba, incluso si eso significaba dejar atrás las respuestas por el momento y simplemente estar allí para ella en su momento de necesidad.
Ella seguía llorando en el carro, no podía decir nada y su respiración era cortante, sentía la necesidad de saber que estaba pasando y le volví a preguntar -que paso?- ella solo me grito ante mi pregunta -por un carajo solo maneja no quiero hablar!- grito con una voz entrecortada.
Ante su respuesta, decidí guardar silencio y obedecer su pedido. Aunque mi instinto me empujaba a buscar respuestas y entender lo que la estaba perturbando, su angustia era evidente y su deseo de no hablar del tema era claro.
Enfrentando el volante con firmeza, me concentré en el camino por delante y mantuve mi atención en la conducción. Mientras ella seguía llorando en el asiento del copiloto, mi corazón se apretó con preocupación por su bienestar. Sentí la urgencia de consolarla y protegerla, pero también reconocí la necesidad de respetar su espacio y su privacidad en ese momento difícil.
A medida que avanzábamos por las oscuras calles nocturnas, el silencio entre nosotros era palpable, cargado de emociones no expresadas y preguntas sin respuestas. Sin embargo, en medio de la incertidumbre y la confusión, mi determinación de estar allí para ella permanecía firme. Estaba decidido a brindarle el apoyo que necesitaba, sin importar cuán difícil fuera el camino por delante.
Llegamos a la casa y me estacioné afuera, mientras ella recostaba su cabeza y soltaba un suspiro, aparentemente más tranquila. Observé su gesto con atención antes de volver a preguntar si estaba bien o qué había pasado. Sin embargo, ella no respondió de inmediato. En lugar de eso, se cruzó de brazos y limpió las lágrimas de sus mejillas antes de dirigirme una pregunta directa y cargada de emotividad: -
¿Por qué te preocupas tanto por mí?-Sus palabras resonaron en el aire, dejando un momento de silencio tenso entre nosotros. Tomé un respiro antes de responder, consciente de la importancia de mis palabras en este momento delicado.
-Me preocupo por ti porque es mi responsabilidad como tu guardaespaldas velar por tu seguridad y bienestar-, comencé, enfatizando la seriedad de mi compromiso con su protección. -Pero más allá de eso, también me importas como persona. No puedo evitar sentir empatía por ti y preocuparme por tu bienestar emocional-.
Observé su reacción mientras continuaba, intentando transmitirle la sinceridad de mis palabras. -Entiendo que pueda parecer excesivo o incómodo, pero quiero que sepas que mi preocupación viene desde un lugar genuino. Estoy aquí para apoyarte y ayudarte en lo que necesites, sin importar las circunstancias. Si en algún momento deseas hablar al respecto o necesitas ayuda, no dudes en acudir a mí. Estoy aquí para ti-
En eso ella me volteo a ver y me dijo -acercate un poco más a mi-, sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo, un preludio de lo que estaba por venir. Sin vacilar, me moví hacia ella, cada paso aumentando la tensión en el aire entre nosotros.
Cuando estuve lo suficientemente cerca, sus ojos encontraron los míos con una intensidad que me dejó sin aliento. En ese momento, supe que algo estaba a punto de cambiar, pero nunca imaginé lo que vendría a continuación.
Sin previo aviso, sus labios encontraron los míos en un beso sorprendentemente apasionado. Me tomó por sorpresa, pero no pude evitar rendirme al fervor del momento. Nuestros labios se encontraron en un baile ardiente, lleno de deseo y urgencia.
Mis manos instintivamente encontraron su cintura, mientras nos sumergíamos más profundamente en el beso. Cada roce de sus labios contra los míos enviaba una oleada de calor a través de mi cuerpo, y me encontré respondiendo con la misma pasión desenfrenada.
En ese instante, el mundo exterior desapareció, dejándonos a solas en nuestra propia burbuja de deseo y necesidad. Todo lo demás se desvaneció mientras nos entregábamos al éxtasis del momento, unidos por el vínculo palpable de nuestra conexión.
Cuando finalmente nos separamos, ambos estábamos sin aliento, con el corazón latiendo furiosamente en nuestros pechos. Nos quedamos mirándonos, con una mezcla de asombro y deseo en nuestros ojos, conscientes de que algo había cambiado irrevocablemente entre nosotros.
Ella me dijo: -Te necesito más que a nadie-.
Sus palabras resonaron en el aire, cargadas de emoción y vulnerabilidad, y sentí cómo mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Sin decir una palabra, ella se movió hacia mí, colocándose en mi regazo con una naturalidad sorprendente.
Rodeando mi cabeza con sus brazos. repitió:-Solo bésame-. nuestros labios se encontraban una vez más en un beso apasionado.
Me sentí abrumado por la intensidad del momento, por la necesidad palpable en su voz y en sus gestos. Mis manos instintivamente encontraron su cintura, aferrándose a ella con suavidad pero con firmeza, mientras nos entregábamos al torbellino de emociones que nos envolvía.
Nuestros labios se movían en perfecta armonía, explorando cada rincón con devoción y anhelo. Era como si estuviéramos conectados en un nivel más profundo, compartiendo nuestros deseos y temores a través de cada beso.
Mientras nos besábamos con pasión, el calor entre nosotros se intensificaba. Comencé a jalar suavemente su cabello, lo que provocó gemidos ahogados por el beso. Mis manos exploraban cada centímetro de su cuerpo, sintiendo su suavidad y su calor bajo mis dedos. Con fuerza, apretaba su trasero, dejando claro mi deseo y mi necesidad de ella.
Ya ahora sí el siguiente se nos va a caer la ropa ya hasta parezco disco rallado de tanto que repito esa frase JAJAHA.
Es que no quiero hacer tan largo el capítulo y me voy a extender algo en esa parte así que ya ahora sí, este y el otro capítulo vana a estar narrados por ghost.
Si más que agregar cuídense mucho
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𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐦𝐢𝐫𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐠𝐡𝐨𝐬𝐭 [ghost x lectora]
FanfictionEn el mundo sofocante de la élite adinerada, mi vida estaba marcada por la opulencia superficial y las restricciones implacables. Cuando mi padre me dejó bajo la protección de Ghost, un guardaespaldas enigmático, mi mundo se tambaleó entre la seguri...