¿Y si hago como que no he oído nada?

2 0 0
                                    

- Debemos comunicarlo, al fin y al cabo, ya han demostrado lo que debían demostrar -. Le comenté a Hermione.

Era lunes por la mañana, acabábamos de salir a las mesitas y desde mi punto de vista era el momento perfecto para hacer pública nuestra relación.

- Tienes razón. Podemos confiar en ellos. No parece que haya más locos entre nosotros.

Evidentemente, éramos conscientes de que todo el mundo ya sabía lo nuestro, pero el hecho de comunicarlo iba a hacer que ya pudieran hablar de ello libremente estando nosotros delante.

- Mira que lo sabía, joder -. Dijo Mary con una sonrisa.

- Se olía desde lejos -. Dijo Indiana con astucia.

- Al igual que el humo del incendio en el cual salvaste millones de vidas, ¿A que sí? -. Aquella historia nos la contó hace no mucho, por lo que aproveché para picarle con el tema.

- Evidentemente -. El muy cabrón seguía sin rendirse.

- Podemos hacer algo para celebrarlo -. Propuso Truman.

- Propongo ver todas las películas que existen -. Soltó Olaf entusiasmado.

- Bueno Olaf ya vale, desde que entramos en la escuela no paras de repetir lo mismo -. Dijo Rocky cansado, ya que era una de las personas que más había tenido que aguantarle.

- ¿Pero es que a nadie más le causa curiosidad?

- Que haya alguien que se las haya visto todas no lo sé, pero puedes hacer un cálculo

aproximado con las películas que pueden salir de cada país al año -. Explicó Leia.

- Pero es que yo soy de letras y eso de calcular... -. Todo era poner excusas.

- Yo si quieres te hago el cálculo en una hoja y te la doy mañana-. Dijo Indiana para terminar la conversación.

Olaf con una sonrisa accedió a ello. Ya no nos daría más la tabarra con ese tema.

Lo verdaderamente importante de aquella conversación, era que a todos les había hecho ilusión que lo mío con Hermione fuera oficial.

La semana pasó volando. Cada vez aprendíamos más deprisa, pero también, la dificultad iba aumentando. Desde lo sucedido con el Joker, el profesor fue pensando distintos trabajos que podía mandarnos antes del cortometraje y no se cortó ni un pelo. Aquella semana no habíamos parado de hacer redacciones, presentaciones o ejercicios para avanzar más rápido con el temario. A pesar de no haber soltado el boli, como bien he dicho, pasó en un abrir y cerrar de ojos.

En los recreos salía con Hermione y con el resto de mis compañeros. Ya no solíamos estar divididos entre chicos y chicas, ahora éramos una piña, aunque de vez en cuando la gente se fuera por parejas a hablar o a hacer el imbécil. En más de una ocasión, Rocky me robaba el skate para intentar hacer trucos que no le salían ni queriendo. A veces Olaf se ponía a interpretar distintos personajes de películas conocidas y Truman o Mary se le unían en sus pequeños sketches. Hermione y yo éramos los únicos más normales, por así decirlo. Si nos alejábamos era para darnos unos cuantos besos o para hablar de la escuela. Aun seguíamos teniendo miedo de lo que pudiera pasar, aunque la mayoría de nuestros compañeros ya estuvieran despreocupados. En ciertas ocasiones, mirábamos a la ventana de la habitación del profesor y le veíamos estresado mientras hablaba con Wendy.

- ¿Qué tal te lo has pasado estos días? -. Me preguntó el profesor en cuanto empezamos nuestra sesión. Después de unas cuantas semanas, habíamos vuelto a retomar nuestras sesiones de los miércoles por la noche.

- Bastante bien, a medida que los problemas aumentan, la familia se une mucho más y eso me satisface -. A pesar de que lo que decía era positivo, no pude decirlo estando contento.

Protege tus secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora