Capítulo X

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10-Tormenta

Asia Kozolov.

Al llegar al hotel todo el personal nos está esperando afuera, salgo del auto junto con Nikolai.

—Bienvenidos, señorita Kozolov y señor Petrova—saluda el recepcionista.

—Ya se incorporaron los nuevos empleados—pregunto sin rodeos.

—si señorita, todo está listo para la llegada del señor Presidente.

—perfecto, espero que no haya ninguna falla, porque de ser así créeme, su puesto es el que correría riesgos—habla Nikolai detrás de mí—bien si todo está bien en este hotel será mejor que dejemos la charla para más tarde, si sucede algo estamos en el penthouse—me agarra de la cintura—y si no es tan importante el suceso por favor, no nos moleste, tenemos cosas más importantes que hacer.

El recepcionista al escucharlo se pone totalmente rojo, nervioso se pasa las manos por el pelo.

—N-no se preocupe señor, no los molestaremos a menos que sea sumamente  importante.

—eso espero.

Sin más este me agarra más fuerte de la cintura y me lleva hasta el elevador.

—¿Pero que te pasa a tí?—hablo indignada.

—Nada, estoy haciendo mi trabajo.

—y tu trabajo es agarrarme de la cintura y decir que vamos a estar en la misma habitación y para rematar dijiste que no nos moleste como si fuéramos a follar.

—¿y no es así?— sonríe pícaramente y alza sus cejas de arriba hacia abajo.

—por supuesto que no—respondo enojada.

—Mm —se pasa su lengua viperina por sus resecos labios —no creo que mis manos puedan estar muy alejadas de tí, más aún si vamos a estar en la misma habitación por horas.

—no te hagas ilusiones, en cuanto todo los papeles estén firmados y supervisados me largo de aquí, no voy a pasar la noche en este lugar y menos a tu lado.

моя королева, por si no te has dado cuenta, hace más de una hora comenzó a llover, y por si no has visto la TV estamos presenciando una gran tormenta, así que por tu bien, tendrás que esperar a que pase, y como  esa tormenta se ve, no creo que logres irte hoy, así que te guste o no dormirás conmigo en esa cama y en esta habitación.

—Maldito.

—lo se, sé que soy malditamente irresistible—sonríe.

—será malditamente insoportable.

Después de un rato bajamos de la habitación y nos dirigimos a la terraza a cenar.

Seguro pensarán ¿Si está lloviendo cómo van a cenar en la terraza? ,la terraza tiene el techo de vidrio así podemos ver al cielo mientras llueve, una buena vista para una buena cena.

Al llegar todo está colocado en la mesa, bueno yo pedí mi buena carne humada con bastantes verduras a su alrededor y una buena copa de vino tinto, al contrario de Nikolai que pidió bistec de cordero en salsa con una buena copa de vino blanco.

Somos tan diferentes.

Al terminar la cena los dos subimos a nuestra habitación en silencio, todavía está lloviendo a cántaros, lo malo del caso es que la única ropa que traje es la que tengo puesta y hasta frío ya me está dando.

—Mm, Nikolai—lo llamo—¿Podrías prestarme tu camisa para dormir?.

Recostado en el espaldar de la cama se quita la camisa quedándose así completamente desnudo de arriba.

De verdad que nunca me cansaré de verlo, digo los cuadritos, el sigue siendo muy feo para mí .

La agarro y voy hacia el baño, me quito el vestido junto con los botines rojos, menos mal que me dio por traer abrigo.
Me coloco su camisa, la cuál es muy grande para mí, realmente si llego a un metro y cincuenta y seis es mucho, las mangas de los brazos me las tengo que doblar ya que me quedan gigantescas, al mirarme en el espejo paresco un minion, la camisa me da más para abajo de las rodillas, lo bueno es que tapa lo necesario, dejo mi cabello caer hacia mi espalda.

Al fin esa coleta alta si que me estaba cansando ya, podrá ser muy elegante el peinado, pero te mete un perro dolor de cabeza criminal.

Al salir del baño todo está en silencio a excepción de los truenos que se oyen afuera debido a la gran lluvia o más  bien tormenta, todas las luces de la habitación están apagadas, en silencio y con miedo de despertar a Nikolai me dirijo en puntillas hacia el lado derecho de la cama, pero para mí mala suerte, a mitad de camino tropiezo con lo que parece ser los zapatos del individuo que me acompaña el día de hoy, y caigo arriba de un cuerpo.

Al parecer el lado que me tocaba no es el derecho, sino el izquierdo.

—Mierda Asia—susurra—es que tienes mucho deseo de estar arriba de mi.

—solavalla bestia—respondo separándo mi cabeza con cuidado de su pecho—al parecer un imbécil dejo sus zapatos en el medio.

—Mm, creo que ese imbécil fui yo—murmura—pero ellos no estaban en el medio o ¿Es que no vez que estaban en la orilla de la cama?.

—Si como no, porque yo tengo visión nocturna—respondo con sarcasmo dejando mis ojos en blanco.

—también es culpa mía, se me olvidó que estabas dentro del baño y he apagado todas las luces.

—esta bien, por el bien tuyo y mío, será mejor que quites tus sucias manos de mi cintura, para ver si así puedo acostarme del lado que me toca.

—pero si yo estoy bien así—refunfuña como niño.

—pero yo no.

—A parte estando abrazados no pasaremos frío de noche.

—para eso está la colcha Nikolai.

—Joder, está bien mujer, si no quieres estar conmigo pues ve para tu lado de la cama.

—de verdad que eres un Niño.

Salgo de arriba de él y me acuesto en el lado que me corresponde, acomodo bien la almohada y me giro boca arriba, en eso siento la pierna de Nikolai enrollarse con la mía, su mano se posa en mi cadera, y coloca su cabeza en el hueco de mi cuello.

—Nikolai—lo regaño.

—Shuu, hueles bien.

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Besos 💋
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