Parte 1.

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Me siento, no estoy solo pero así lo siento en esta reunión familiar, ugh como las detesto, faltan pocas personas de toda la familia, pero nadie parece notarlo, están las "más importantes" dicen ellos, luego salen con sus caras hipócritas hacia los demás diciendo lo mucho que les importan, entregándole regalitos con el toque de "discúlpame". Parecen Estar Divirtiéndose, aunque cada uno está mirando sobre el hombro al otro, eso me resulta divertido, ver como intentan parecer felices, cuando lo que más quieren es poder salir de aquí, a mí me da igual, si salgo de aquí seguiré solo, sí me quedo también, así que mejor me quedo aquí a disfrutar del espectáculo.

Ellos notan que me he vuelto indiferente, no mencionan nada, no hacen nada, se quedan neutros, e incluso actúan más indiferentes que yo; me resulta divertido el ver que les "importo" a tal grado, ver cómo reacciona ante tal comportamiento.

Aún recuerdo cuando me fui de casa, lo recuerdo tan bien como si hubiera sido ayer; lo tenía todo preparado, ese era el día (Y lo fue), espere a que fuera la madrugada, aquella hora en la que la noche es más oscura, fui sacando mis cosas poquito a poco... Cuando estaba terminando, vi a mi pequeña hermana asomarse, me pregunto qué hacía, le dije que nada, que regresara a dormir y le di un pequeño beso en la frente, teniendo en cuenta que sería la última vez que lo haría... con todo ya afuera, mis maletas, mi orgullo, mi dignidad, mis creencias... Salí con las cosas al hombro y a mano; rebusqué entre los carros y luego lo vi, ahí estaba, como lo prometió, me estaba esperando en aquella esquina con el cartel dañado y la acera destruida.

Llegado el momento, dejando atrás mis vagos recuerdos familiares, mis pocas alegrías y mis muchas frustraciones, decidí dejar atrás también el carro con el supuesto amor de mi vida, con un solo pensamiento en la cabeza, <<Si de verdad lo es, nos volveremos a encontrar en otro punto de mi vida, si no, fue un gusto haberlo conocido>>, y empecé a caminar con rumbo a el destino, pues no tenía claro a donde iría, mi único plan era él, mi plan A, ahora que decidí que no lo es, estoy en busca de las siguientes letras del abecedario.

Empecé a caminar y al principio escuche como el rugir de su auto me seguí, hasta que llego un punto en el que pude sentir como cambiaba de dirección y se alejaba poco a poco de mí, no logré evitar sentir ese nudo en la garganta al igual que no pude frenar las pocas lagrimas que salían, pero aún así, con mi frente en alto y mi corazón partido seguí caminando hasta llegar a lo que diría yo, el paraíso.

Entre en la cafetería asolada, en la que sólo quedaba el guardia dormido y la cajera con maquillaje barato, sabía desde mucho antes de entrar lo que necesitaba, un café negro, un cuaderno y cualquier utensilio que me permitiera plantear mis pocos planes de vida sobre el papel, antes de olvidarlos y terminar cogiendo alguno que me llevara al olvido. Me acerqué a la caja para pedir el café y pagar el cuaderno con el bolígrafo, sacando de mi bolsillo trasero la billetera que me había regalado mi madre hace un par de años, recordé el poco dinero que poseía y que en estos momentos se hacía tan valioso. Pagué y lamente el poco dinero que tenía al igual que me maldije, por no haber ahorrado, por no haber tenido todas las opciones cubiertas, por no haber ni siquiera pensado en otras opciones, por no haber pensado cuales serían mis opciones si él no hubiera estado ahí, ¿me hubiera regresado a casa llorando o hubiera hecho lo que estoy haciendo?, traté de despejar mi mente y me acerqué a la maquina a recoger mi café recién hecho, me alejé y busqué la mesa más limpia, una travesía a estas horas de la madrugada, hasta que encontré una y me dispuse a poner mis pocas pertenencias sobre ella.


-Notas del autor-

Decidí retomar esta historia, espero les guste, iré subiendo nuevos capítulos cada que pueda.

-Juan José.

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