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Sunoo intentaba prestar atención a lo que decía su tía, pero los ojos se le iban en dirección a Riki que estaba acodado en la barra, moviendo su hermoso trasero mientras el barman le sonreía

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Sunoo intentaba prestar atención a lo que decía su tía, pero los ojos se le iban en dirección a Riki que estaba acodado en la barra, moviendo su hermoso trasero mientras el barman le sonreía. Se veía divino con la camisa gris con los botones superiores desprendidos, el pantalón negro que le calzaba como una segunda piel y su piel ligeramente bronceada. Las imágenes de la mañana bajo la ducha se agolparon en su cabeza y un tenue rubor le coloreó las mejillas. Había sido increíble. Riki era un amante de primera. Sexy, complaciente, pendiente de su placer… Y ahí estaba empinando ese trasero fabuloso para que todos lo admiraran. No quería sentirse así. Las mujeres pasaban por su lado mirándolo descaradamente, las más osadas hasta se acercaban a sacarle conversación. Al barman le faltaba ponerse un moño de lo regalado que estaba. No los culpaba, pero poco le faltaba para acercarse y mear a su alrededor. Riki era suyo. Y de nadie más. Al menos por ese día.

–Sunie, veo que tú novio está llamando mucho la atención. Mira al barman… Yo que tú me aseguro de ponerle en su lugar… –dijo una de sus primas en tono malicioso.

Sunoo sonrió y resopló algo molesto. Cuando pasó uno de los mozos con las copas de champagne, agarró dos y las vació de un golpe.

–Igual hay algo que no me cierra. ¿Dónde dices que lo conociste? –dijo Sakura acercándose a la charla. Sunoo intentó obviar el comentario, su prima siempre intentaba sacarlo de quicio.

–Ya te dije, vino a mi estudio para una consulta… –respondió mirando a Riki.

–Debo decir que hasta estoy un poco envidiosa –Sunoo la miró y chasqueó la lengua –. Lo que más me intriga es saber cómo hiciste para pescar semejante pez gordo. –la morena lo miró y sonrió –. No me mal entiendas, primito. Tú eres lindo, pero ¿No crees que Riki está muy fuera de tu liga?

–¿Disculpa? ¿Qué quieres decir con eso?

–No te hagas el tonto. El hombre es un adonis y tú… bueno, eres tú.

Sunoo resopló y la hizo a un lado para ir hacia Riki que seguía siendo todo sonrisas con el imbécil del barman. Se paró a su lado y lo miró. Riki le sonrió y le acomodó el pelo.

–Hola, bebé… ¿Divirtiéndote?

–No tanto como tú –respondió. Miró al barman con cara de pocos amigos –. Un tequila.

El muchacho asintió y se retiró a preparar el pedido.

–¿Pasó algo? –Riki se acercó y lo tomó por la cintura –. ¿Que pasa que tienes esa carita?

–¿Qué crees que haces? Me haces quedar en ridículo, Riki.

Riki frunció el ceño y se alejó un paso.

–¿De qué hablas?

–Mira yo entiendo que seas soltero y todo. Pero te contraté para que fingieras ser mi novio y acá estás, coqueteando con el barman. Soy el hazmerreír de todas mis primas –se giró y se cruzó de brazos, mirando hacia el parque donde la gente iba y venía.

❛Fakers ∫ Sunki ❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora