Walking With A Ghost (#3 de la serie "Walking With A Ghost")

Oscuridad

SIMON "GHOST" RILEY - FO 141
INTERLUDIO
BASE DEL SAS, HEREFORD, RU
27 DE NOVIEMBRE DE 2022, 14:25

Ghost pudo sentir la tensión en cuanto entró en la habitación. El rostro de Price tampoco ayudaba: tenía una expresión sombría y miraba fijamente el portátil, con el ceño fruncido en aquel gesto que Simon tan bien conocía. Había pasado algo importante y no era nada bueno.

Respiró hondo y se acercó a Soap, dejando uno de los cafés que traía delante de él, distraído en intentar averiguar qué ocurría. Se sentó a su lado y miró a su amigo cuando éste resopló. John se inclinó sobre él y le quitó el otro café de la mano, dándole el que había dejado en la mesa.

—Aunque respeto que tomes el café como los bárbaros, no necesito que intentes convencerme para hacer lo mismo, gracias.

Simon lo miró esbozó media sonrisa debajo de la máscara.

—Eres tú el que destroza su sabor con tanto azúcar.

—El azúcar es la alegría de la vida, Teniente –replicó él con una enorme sonrisa.

Ghost soltó una suave risa entre dientes que hizo que tanto Price, como Gaz, lo mirasen sorprendidos. Y no era de extrañar, Simon no se reía a menudo. De hecho, estaba seguro de que era la primera vez que Gaz lo escuchaba y eran compañeros desde hacía tres años. Ghost tampoco podía evitarlo, la presencia de Soap ejercía en él un efecto de sosiego curativo que nunca creyó posible volver a tener. Cuando estaban juntos, sentía que las heridas dolían menos, que la carga sobre los hombros era más ligera y, durante esos instantes, creía que podía ser feliz. Que podría dejar atrás los demonios y vivir una vida normal.

Bueno, todo lo normal para un soldado.

Sin dejar de sonreír, se levantó un poco el pasamontañas y le dio un sorbo a su café. Price sonrió durante unos segundos antes de respirar hondo y teclear de nuevo en el ordenador. La enorme pantalla a la que estaba conectado parpadeó y Laswell apareció en ella.

Definitivamente, algo gordo había pasado.

Simon estaba un poco desconectado desde hacía un par de semanas. Aunque no siempre se veían fuera del trabajo, él y John habían empezado a pasar más tiempo juntos y eso había hecho que dejase de estar pendiente de las noticias.

—Tiene que ser importante para que estés aquí, Laswell –comentó Gaz, apoyando la espalda sobre la silla.

—Me temo que sí –suspiró ella–. Pásalo, John.

Price tecleó con rapidez en el portátil y la imagen de Laswell pasó a un segundo plano cuando una grabación ocupó la pantalla. Pertenecía a una cámara de vigilancia, así que la calidad no era muy buena; sin embargo, Ghost intuyó que no necesitaban que se viese bien. La imagen, estática, mostraba lo que parecía ser una estación, o algo similar, con varios grupos de civiles.

—Esto que van a ver ha pasado hace unas horas en el Aeropuerto Internacional de Domodédovo, en Moscú –comentó Price, pulsando una tecla.

El vídeo empezó a reproducirse y la sala quedó en silencio. No tenía audio y Ghost no lo echó de menos en cuanto vio a un pequeño grupo, vestido de negro, abrir fuego contra los civiles. Tensó la mandíbula mientras veía caer a hombres, mujeres y niños, bajo las ráfagas de los rifles automáticos.

—¿Makarov? –preguntó de manera tentativa en cuanto el vídeo se detuvo.

Price asintió y tecleó de nuevo en el portátil. Una foto del terrorista apareció sobre el vídeo, junto a la de otro hombre que Ghost no reconoció.