¿Tortura o placer? ¿Qué tan alejadas pueden estar aquellas palabras para describir lo que le estaba pasando?
Aquella mujer había tenido un día duro en el trabajo, había sido despedida, se le había roto el tacón cuando este se metió en una zanja, el día estuvo gris con una lluvia como nunca antes, su cabello estaba despeinado, su marido la había engañado con una mujer con mejor posición en la vida.
Antes de acostarse había bebido una deliciosa taza de té negro sin degustar como correspondía, con la mirada perdida en el vacío de su habitación, sintiéndose un fracaso con el corazón destrozado. Ni el chocolate más costoso, ni el maquillaje de toda una tienda la haría sonreír en mucho tiempo. Había mirado en menos a muchas personas, había sido cruel, pero ahora que estaba hundida la imagen de ella siendo exitosa parecía un borroso recuerdo.
En un arranque emocional antes de cerrar los ojos lacrimosos, deseó con ímpetu que algo ocurriera para matarla... sin saber que sus palabras habían sido escuchadas.
Se despertó atolondrada en medio de la madrugada cuando el aliento de su boca se convertía en vapor. Los cristales de las ventanas se habían congelado, el frío estaba en cada rincón de su habitación. Un frío poco común.
Apenas podía respirar, de hecho, era lo único que podía hacer porque su cuerpo estaba completamente paralizado. Empezó a sentir un pánico desproporcionado, pero, aunque quisiera gritar su garganta estaba enmudecida. Su mente estaba atrapada en su cuerpo.
"AYUDAAAAAAAAA AYUDAAAAAAA" gritaba en su mente antes que gotas de sangre bañaran desde el techo las paredes, antes que escuchara gritos infernales de gente que sufría como si arrancaran su piel en vida, antes que frente a su cama apareciera una "entidad" muy alta parada en una esquina observándola, ojos rojos, sonrisa macabra.
- ¿No sentías que tu vida empezó a arruinarse desde hace un par de días?- A pesar del terror que provocaba su borrosa imagen, su voz la sumía en un trance hipnótico, voz masculina, sensual, aterciopelada. La respiración se detuvo a pesar del terror que provocaba su borrosa imagen, su voz la sumía en un trance hipnótico, voz masculina, sensual, aterciopelada. La respiración se detuvo cuando las luces del exterior atravesaron a "eso" dándole vagos destellos de lo que podía ser su rostro.
¿Era hermoso, dentro de su malignidad?
- Solo una persona tan vacía y patética consigo misma puede entregarse tan fácil...- descansó una mano en el muslo de la muchacha, una mano caliente que fue ascendiendo hasta descansar sobre su ropa interior encima de su entrepierna- me has proporcionado lo que quiero, ya no necesitas sufrir más tiempo.
La mujer apenas podía verlo, era como estar sumida en una pesadilla ¿Era una parálisis del sueño? Y si era una pesadilla ¿Cómo podía estar tan asustada y caliente al mismo tiempo?
- Déjame entrar en tu cuerpo, vas a descansar... para siempre ¿No es lo que querías?
Con facilidad y algo aturdida la mujer extendió sus piernas más que nunca dejando que esa "entidad" se posicionara entre ellas para bajarle la ropa interior. Minutos más tarde lo último que pudo ver fue unos ojos rojos mirarla con desprecio mientras sentía que se le iba el alma del cuerpo.
Ella había muerto, el íncubo había hecho lo suyo.
Lunes 26 de marzo 2018, Vancouver, Canadá
Firme, pulcro, lindo. Observó con atención cada rincón por un par de segundos antes de bostezar prolongadamente, no, no había dormido en toda la noche, pero creía que valía la pena cuando había terminado una réplica exacta de la torre Namsan y las faldas de donde se encontraba allá en Seúl, Corea.
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LA OBSESIÓN DEL DEMONIO IIKnowminII
Fanfiction[ADAPTACIÓN] ☆ "¿Puede un demonio íncubo caer por un simple hombre?" Todos los créditos de esta historia son para @Trinidad Victoria