Acabo de llegar a la estación, tengo mucho miedo de todo lo que me pregunten, no es porque haya hecho algo malo, sino porque tengo miedo de decir algo que me inculpe.
Estoy esperando a que me llamen, me siento incómoda, siento que todos me miran con desprecio.
De pronto, un señor policía, de unos 34 años o más, se me acerca caminando poco a poco.
-Señorita, necesito que me acompañe por favor, su cuestionario va a iniciar.
Siento nervios, una sensación en el corazón que nunca había sentido.
-Claro que sí.
Le sigo el camino al policía hasta llegar a una sala un poco rara, con paredes grises, con una mesa y dos sillas.
Me siento en una de las sillas y en frente de mí, se sienta en la silla un policía y me empieza a hablar.
-Buenas noches, señorita, ¿Cuál es su nombre?
-Buenas noches, oficial, Mi nombre es Viviana.
-Señorita Viviana, ¿Cuántos años tiene?
-Tengo 21 años.
-Viviana, ¿Sabes lo que sucedió esta noche?
-Sí, sé lo que pasó.
-¿Me podrías contar lo que sucedió?
Me da un escalofrío intenso sobre mis pies hasta mi pecho, me perturba volver a imaginarme todo lo que sucedió esta noche.
-Acababa de llegar de mi trabajo, yo trabajo en una biblioteca ordenando y limpiando los libros. Salgo a las 8 de la noche. Siempre me vengo caminando, ya que me gusta mucho caminar. Acababa de llegar a mi casa, donde vivo con mi madre, ella estaba durmiendo, siempre acostumbraba a dormir temprano. Yo llegué e hice la cena, con mi té de manzanilla como cada noche. Me fui a duchar, estaba a punto de irme a dormir cuando escuché un ruido tan fuerte, como si hubieran roto la ventana de la habitación. Fui corriendo a revisar la habitación de mi madre y que todo estuviera bien, cuando llego a su habitación se me eriza la piel al ver lo que estaba sucediendo. Un hombre con la cara cubierta con su capucha está ahorcando a mi madre que estaba dormida en su cama, trato de correr hacia ella para detener al hombre, pero él me empuja sobre la pared, a punto de desmayarme, veo cómo el hombre deja de ahorcar a mi madre y se va huyendo, dejando una nota en la cama.
-¿Qué decía la nota? ¿Me podrías decir?
-Claro, la leí pero no la entendí, de hecho, la traje conmigo, decía "La vida es tan corta como las ganas de querer que estés viva".
-¿Tienes alguna idea de quién pudo escribir esta nota?
-No, nadie era cercano a nosotras, mis abuelos fallecieron por un accidente automovilístico, no tengo hermanos y mi padre falleció antes de que yo naciera.
-Pero, ¿Pueden haber personas que tengan mala relación con ustedes?
-Creo que no, mi madre y yo siempre fuimos muy amables con todos.
-Está bien, gracias por su declaración.
Le doy la mano, despidiéndonos y me retiro de la estación.
Me quedo pensando en todo lo que pasará de ahora en adelante, ¿Cómo será mi vida ahora? ¿Podré superar su muerte? ¿Quién es el asesino? ¿Por qué lo hizo?
Miles de preguntas me pasan por la mente sin saber la respuesta.
Supongo que me quedaré a dormir en un hotel estos días, mientras encuentro un departamento nuevo, por el momento los policías siguen inspeccionando la casa, para saber pistas sobre lo que sucedió. Además, no quiero dormir en el lugar donde pasó lo peor que me pudo pasar.
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-El dolor de respirar-
RomanceEste relato narra la historia de una chica que acaba de perder a su madre a causa de un asesinato. Después de varios meses encuentra a en chico que se enamora de ella, pero ella no se interesa en ninguna relación amorosa ahora. Sólo quiere encontrar...