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Los gritos no cesaban, al contrario, se hacían cada vez peores. Cubri mis orejas con toda la fuerza que mis pequeñas manos me permitían más no sevia de nada podía seguir escuchando los golpes y gritos provenientes de la sala en la que mis padres peleaban sin control.

Segui escondida debajo de mi cama como mamá me lo pidió tratando de hacer el menor ruido posible a pesar de mi llanto, trataba de contener lo mejor posible.

Mi corazón dejó de latir al escuchar como mi padre amenazaba con matarla y ella lo retaba.

Con ayuda de mis antebrazos me arrastre por el frío piso hasta salir de mi escondite en dirección a la sala.

Por el pasillo vi como le apuntaba con un arma. El no me veía a mi pues estaba detrás de el pero la que si me vio fue mi mamá, su mirada me rogaba ayuda.

Tome un bate de metal y con todas mis fuerzas lo golpeé en la nuca, logrando que soltara el arma, con rapidez la tome para apuntarle con mis manos temblorosas.

Alzó sus brazos y manos a Palma abierta tratando de convencerme que era inocente.

--cariño suelta eso --pidió acercándose lentamente --no querras hacerle daño a papi ¿o si?

Negué volviendo a llorar.

--¿que esta pasando aquí? --noto el arma en mis manos que amenazaban en matar a su hijo --¡oh Dios mío! ¡¿pero que estas haciendo niña?!

--tranquila mamá, es sólo valeska siendo una muy mala niña --mantenía su mirada llena de furia sobre mi --ahora entregame eso o dañaras a alguien.

Negué sosteniendo con mas fuerza el arma.

--¡te he dicho que me lo des! --grito.

Con sus dos manos tomo las mías con fuerza intentando quitarme el arma. Mamá comenzó a golpearlo por la espalda intentando apartarlo de mi, la empujó con tanta fuerza que salió volando golpeandose con la pared quedando inconsciente unos segundos.

Cuando estuvo a punto de quitarmela se escuchó un fuerte estruendo. Todos guardamos silencio al instante buscando en donde había caído la bala.

Al sentir un líquido caliente y espeso en mis manos, juraba que había sido yo la herida pero la mirada de sorpresa y dolor de mi padre que aún me miraba a los ojos me dijo lo contrario. Comenzo a caer lentamente al suelo y su agarré a mis brazos se volvía cada vez más débil.

Estaba totalmente traumatizada, las lágrimas salían sin parar, mis labios temblaban más no emitían sonido alguno. Cayó de espaldas al piso y yo de rodillas junto a él pues seguía sin soltarme.

Vi el arma en mis pequeñas manos cubiertas de sangre.

Su última mirada me la dedico a mi, esa mirada llena de dolor pero no uno físico, si no, emocional. Su cuerpo inerte cayó por completo.

Mi abuela soltó un enorme grito que me hizo volver a la realidad, sentí como mi madre me tomo entre sus brazos totalmente en shock. Grite desgarradoramente sin despegar mi vista de su abdomen lleno de sangre.

--¡es mi culpa! --Grite tan fuerte que casi me desgarro la garganta --¡yo lo mate mamá!, ¡asesine a mi propio padre!

--no, no digas eso valeska --sus dos manos tomaron mi rostro apartando mi vista de mi padre para verla a los ojos --escuchame, esto no fue tu culpa ¿entendiste?

Asenti sin poder dejar de llorar, aunque mi madre dijera que no fue mi culpa yo sabía que si lo había sido y eso era algo que jamás iba a olvidar, nunca olvidaría el día en el que mate a mi propio padre.

--¡eres una asesina! ¡¿cómo le pudiste hacer eso a tu propio padre?! niña tonta.

Me había ganado el odio de mi abuela y con justa razón, yo había matado a su hijo.

--señora callese porfavor.

Enojada salió de la casa en busca de ayuda pero eso ya era inútil, no había más que hacer.

--valeska --me llamo --vamos a estar bien ¿si?, nos iremos y haremos una vida juntas --sonrio con tristeza.

Nueve años después de eso mi madre y yo pudimos salir adelante juntas, nos mudamos de ahí, jamas volvimos a ver a la abuela. Cuando la policía llegó declaramos lo sucedido, la justicia nos dio la razon a mi madre y a mi pues después de tantos años que mi madre sufrió en esa relación basada en golpes y peleas, el juez declaró que fue en defensa propia, además de que yo sólo era una niña de 9 años intentando defender a su mamá.

La abuela no puso denuncia alguna con la condición de que no la buscaramos nunca, además de que no quería tener algo que la relacionara con nosotras.

Cambiamos hasta mi apellido, pase de Valeska Jonson que era el apellido de mi padre, a Valeska Donfort y creo que este me gusta más.

A pesar de los años la imagen de su cuerpo sin vida seguía en mi cabeza cada día, hasta el punto de tener pesadillas todas las noches. Psicologo tras psicologo por 9 años se había convertido en algo cansado así que decidí tener un pasatiempo en el que me ayudara a olvidar aquel trágico día.

Practique de todo pero nada me apacionaba hasta que probé tocando la guitarra eléctrica y sorprendente mente funcionó, pasaba horas practicando, nada me gustaba más que tocar a aquel instrumento hasta hacer sangrar mis dedos y asi convirtiéndose en mi unico escape de la realidad.

La música se había convertido en mi salvación pues cuando escucho música el ruido de mi mente se calma y mis pensamientos se cayan.

la última nota Donde viven las historias. Descúbrelo ahora