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Desde que las personas decidieron que me odiaban y yo en realidad era una mala persona me di cuenta que todo lo que tardé en construir se fue para abajo.

Los que están en la cima de todo o los que, en su momento, fueron los mejores en la industria de grandes actores y actrices suelen aconsejarte de situaciones que tendrás que sobrellevar de una manera u otra a lo largo de tu trayectoria.

Decían los más sabios y con más experiencia que nunca debías cuestionar tus habilidades y todo tu empeño puesto por personas que vivían por tratar de apagar el brillo de otras.

Pero nadie nunca me advirtió y preparó de la ola de comentarios despectivos que, de una mañana a otra, llenaron todas mis redes sociales.

No soy capaz de entender como sucedió todo esto, tenía todo planeado y mis siguientes éxitos por roles, contratos y actuaciones mías espléndidas se esfumaron por un hombre en el que alguna vez confié.

Solo por un simple descuido hacia su persona, solo por haberme relajado a su lado cuando todo el tiempo debí mantener la guardia en alto ahora me apodaban "falso" e "hipócrita".

Pero no me voy a dar el tiempo de mencionarlo en esta historia.

Siempre hubo esa parte mala de mi carrera, la cuál me obligaba a no prestar atención y que eso no definiera mi estado de ánimo por todo un día.

Sin embargo ahora pensamientos inundaban mi cuarto y las lágrimas también, ¿por qué no soy capaz de levantarme como lo he hecho las veces pasadas?

¿De verdad todos me querían ver desaparecer y mi carrera ver caer?

No sentía que era una mala persona, entonces ¿por qué todos parecían odiarme?

Las siguientes semanas tomé la decisión que pensé que todos deseaban, desaparecer de la vista de todos.

Me obligué a mi mismo a borrar cualquier rastro que hubiese de mi tanto de redes sociales como de la vida real.

Es como si nunca hubiera existido el famoso actor Quackity. Solo permanecía vigente por externos, y eso era porque mi nombre se la pasaba en bocas de las personas.

Y, eventualmente, me volví alguien sin vida.

No tenía ni los ánimos para poder levantarme de la cama, menos para responder la cantidad espantosa de correos que me llegaban cada día.

¿Cómo se supone que pueda manejar todo esto si no tengo ni amistades para poder hablar y confiar?

Me sentía solo.

Cuando antes mi rutina era despertarme temprano, hacer entrevistas, responder correos, aprenderme guiones, hablar con gente importante y pasar frente a cámaras, ahora se había convertido en un caos.

Las noches se volvieron mis tardes, ahora al único lugar que concurría era un bar y al llegar ahí, si tenía suerte, solo unas cuantas cámaras me filmarían para poder actualizar sobre mi desaparición del ojo público.

Mis entrevistas ahora eran de los bartenders que me atendían, pero con la diferencia de que ellos preguntaban sin tratar de asfixiarme o ser obvios. Sin embargo, yo sabía sus intenciones y me limitaba a responderles.

De nuevo en otra noche en el bar.
Era impresionante la cantidad de veces que iba, ya se había vuelto en mi segundo hogar.

Recuerdo que mi primera vez en el bar, en el momento que crucé la puerta, todas las pláticas cesaron. Fue incómodo los primeros días, pero supongo que la gente ya se acostumbró a mi triste presencia.

Llegué e iba a sentarme donde comúnmente lo hacía, cuando veo que ya había alguien tomando mi lugar.

Lo peor de todo fue ver que ese misma noche a las personas se les ocurrió ir a beber, al mismo bar y a la misma hora que yo. ¿Por qué no todos se pueden ir a la chingada? Parece que me arruinan el día apropósito.

So It Goes - SpiderDuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora