Especial : Malvavisco

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Advertencias:
• Escenas +18
• Yamaiko & Luy
• Dominatrix
• Especial NO canon, (no afecta en nada el camino de la historia original).

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Las cadenas apretaban y lastimaban las muñecas de Luy, el esclavo se removía con incomodidad mientras miraba desde arriba a una mujer rubia.

Yamaiko se acercó al varón invadiendo su espacio personal, el esclavo desvió la mirada haciendo lo posible por no parecer intimidado, la famina sonrió en sus adentros y tomó la cadena en el cuello de su sirviente.

—¿Vas a seguir desobedeciendo?—Preguntó buscando los ojos del contrario, sin embargo los pequeños temblores del varón la hicieron soltar una risita.

Con una de sus manos empujó a Luy de espaldas contra el frío suelo del sótano, ella se sentó encima de su regazo, observó con deleite como un sonrojo atacó el rostro del heterocromático, la cadena en su cuello se tensó mientras era firmemente sujetada por la noble.

—Responde... —demandó, aún que su sonrisa seguía presente el tono amenazador en su voz era más que evidente.

El esclavo se mordió el labio, los casuales movimientos de caderas de la rubia lo estaban distrayendo, esto sumado al dolor que las cadenas le infligian lo incitaban a ceder.

—No—Gruñó incapaz de dejar su orgullo a un lado, sin embargo los amenazantes ojos de su maestra lo hizo arrepentirse de inmediato.

¡Paf!

Una bofetada resonó por el oscuro lugar, el rostro de Luy se volteó por el impacto y un extrañó escalofrío de placer lo recorrió.

Yamaiko sintió el miembro del varón endurecerse de bajo de ella, relamió sus labios.

—Eres un completo masoquista —Se burló, pasando sus uñas por el pecho del varón, aruñando la piel a su paso mirando el placer inundar el rostro del contrario.

—Ngh...—Trató de retener un gemido, la imagen de ella sobre él, lo estaba volviendo loco...

Yamaiko volvió a abofetearlo, un gemido se escapó de los labios del esclavo, su mejilla tenía una marca roja mientras sus inusuales ojos reflejaban necesidad.

—¿Estás disfrutando de esto, zorrita?—soltó una risa, moviendo sus caderas sintiendo los espasmos del varón.

—Mnah.. ¡Ah!.. vete.. al diablo. —la estimulación lo hacía ver borroso, cuando intentaba moverse al ritmo de Yamaiko, ella jalaba su collar con fuerza impidiendo su acción, la frustración se estaba apoderando de él.

—Parece que tengo que enseñarte modales— Sus uñas se clavaron en la piel ajena y Luy soltó un quejido.

Yamaiko detuvo sus movimientos, la respiración del esclavo se agitó, su cuerpo tembló desesperado por más estimulación.

—Discúlpate —la mano de la noble se apoyó cerca de la entrepierna del varón, Luy se retorció en busca del placer.. que no obtuvo, la fémina mantenía su mano quieta, sin moverla ni frotar en lo absoluto. —Ahora.

Luy gruñó por lo bajo, necesitaba correrse, lo quería tanto... Pero no quería ceder, de manera imprevista sintió el peso encima de él levantarse.

Sus ojos se abrieron con sorpresa cuando miro a Yamaiko darle la vuelta con intención de marcharse.

—¿T-te vas?— preguntó incrédulo, un dolor muy incómodo se acomulaba en sus pantalones y no podía soportarlo.

—Asi es — dijo fríamente —No tengo tiempo que perder contigo.

—¡Por favor! —los pasos de Yamaiko se detuvieron, volteó a ver de reojo encontrándose con la mirada suplicante de su esclavo.

—Ruega apropiadamente — ordenó.

Luy tragó saliva, su cuerpo se sentía apunto de estallar, él quería ser tocado...

—Tócame más... Por favor.. ama, por favor.. — Luy movió sus caderas de manera desesperada tratando de convencer a la mujer enfrente de él.

Yamaiko soltó una risita — Mírate, eres una perra tan necesitada.

El heterocromático dejó pasar el insulto, en ese momento se sentía exactamente como ella decía, tan... vulnerable y necesitado, por alguna razón eso lo exitaba.

La noble se acercó nuevamente al varón, tomando sus caderas y despojándolo de toda prenda. —Tranquilo cariño, te haré sentir bien.

—Ama...— susurró con ojos llenos de lujuria, dejó salir un gemido vergonzosamente alto al sentir un dedo de la fémina rozar su entrada.

Yamaiko sonrió, besando su cuello, dejando grandes marcas que serian difíciles de borrar, con sus dientes mordió los pezones del varón, disfrutando de como él contrario se tensaba y temblaba, Luy era muy sensible, bastó con las anteriores caricias para dejar su mente en blanco y lograr que su voluntad se debilitará, su entrada era estirada por dos dedos que entraron fácilmente en su interior y cada vez estos se sacudían el esclavo soltaba gemidos indecentes arqueando la espalda en respuesta.

Lágrimas se acumulaban en sus ojos, un sonrojo furioso cubría toda su cara y sus largos cabellos estaban hechos un desastre.

—¡Ah!.. ¡Aah!.. ¡Hah, por favor, por favor! —Luy empujó sus caderas hacia abajo contra los dedos de Yamaiko, moviéndose desesperadamente. —¡Más!~

Yamaiko le dió la vuelta, exponiendo el trasero y la espalda de su amante ante ella, jaló con fuerza el largo cabello del pelinegro. —Te daré lo que estoy dispuesta a darte y lo aceptarás como buen chico, ¿Por qué quieres pórtate bien, verdad?

—¡Ngh!.. S-si, ¡s-seré bueno, ama! —La saliva se escapaba de las comisuras sus labios, jadeaba como perro en celo, rogando por ser tocado.

La noble sonrió complacida, dió una nalgada escuchando un gemido como respuesta, dos dedos más entraron en Luy, con brusquedad se movían en su interior sintiendo cada estremecimiento por parte del varón mientras un coro de gemidos incoherentes salían de su boca.

—¡Ahgg! ¡Aah! ¡Mnmahh! — su cabello era jalado mientras el movía sin cesar sus caderas hacia atrás, su mirada era borrosa mientras lágrimas de placer se resbalaban por su rostro.

Yamaiko observó como el cuerpo de su esclavo se tensaba, se encontraba cerca.

—No te atravas a correrte —Ordenó.

El heterocromático asintió frenéticamente, sin embargo su cuerpo se movía sin que el pudiera evitarlo, Luy soltó gemidos parecidos a pequeños gruñidos, sin duda trataba de resistirse, pero no pudo aguantar más y terminó por correrse, soltó un gran gemido mientras se sacudía violentamente.

El piso debajo de él y su vientre fueron manchados por una gran cantidad de semen.

Yamaiko se sorprendió, pero al mismo tiempo se sentía increíblemente satisfecha, no importaba lo desobediente que Luy había sido al principio, ella le había hecho perder todo el control y lo redujo a un perro dócil prisionero de su propio placer, la noble le dió la vuelta a su amante, embelesada por esos inusuales ojos, ella apartó los cabellos de su frente, incluso después de que el esclavo llegará a su climax seguía siendo increíblemente sumiso.

—Lo lamento…. Lo siento mucho, no pude… quería ser bueno, yo…. Lo siento…

Yamaiko sonrió dulcemente, se acercó y beso con cariño a su sirviente.

—No te preocupes bebé, lo hiciste muy bien — dijo quitándole las cadenas al heterocromático.

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¡Muchas gracias por leer!

Sigo sin saber si soy buena escribiendo el +18, pero este especial es para un hermoso seguidor mío, que prefirió el anonimato, igual espero y te guste.

Gracias a todos los que siguen mi historia, recuerden que pueden dejar cualquier crítica constructiva, amo leer sus comentarios.

Sin más, nos leemos pronto.

Los quiere, K.

Los esclavos de la señorita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora