Buenos días, ¿estás listo para un día sorprendente?

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Los días pasaban, uno tras otro transcurrían provocando que la espera se hiciera más y más difícil de olvidar, las palabras que su hermana le dijo resonaban una y otra vez en su cabeza, recordando hasta el más mínimo detalle de la descripción de esa chica, parecía, tan irreal, como si su hermana hubiese estado presente en alguno de sus sueños, descubrir quién es ella, conocerla, no serían tareas sencillas, pero de algo le decía que si el destino hizo que se encontraran una vez, conspiraría a su favor para volverlo a hacer, mientras los días pasaban, J. estaba más seguro de que la iba a encontrar, algo en su corazón decía que se acercaba una fecha que sería inolvidable para él.

El día llegó, los primeros rayos de sol golpearon su cara insinuándole: "Buenos días, ¿estás listo para un día sorprendente?", había dormido durante muchas horas y por eso despertó un poco desorientado, como sintiendo que había dormido un día entero, se sentó sobre su cama, se estiró, lanzó varios bostezos y cerró los ojos para limpiarse las lagañas, para J., parecía una mañana tranquila, hasta que de pronto sintió que alguien se lanzaba hacia él y lo tiraba de nuevo a su cama.

¿Ya estás listo hermanito? ¡Buenos días! Vamos, ya cámbiate, que alguien por ahí me contó que habría una persona especial en la fiesta.

Buenos días Joy, que manera tan espectacular de saludarme, ¿tuviste bonitos sueños?

Pues sí J., pero dejémonos de tonterías y veamos qué usarás hoy, haber, enséñame, te debes de ver muy galán para cuando vayas a verla.

Está bien, te mostraré cómo iré vestido sólo si me dices, ¿de quién estamos hablando?

Claro hermanito, anda, ya párate, hoy será un gran día, ¡vamos, arriba!

J. se levantó de su cama, se dirigió rumbo a su ropero, buscó el atuendo que había elegido para esta ocasión.

"Cúbrete los ojos", dijo J. para que ella sintiese más emoción al mirarlo.

Joy se cubrió el rostro con sus manos, después de haberle mostrado su lengua como señal de que J. estaba exagerando, se quedó esperando unos segundos mientras esperaba sentada sobre la cama de su hermano meciendo sus pies como la niña pequeña que es; J. dio la señal de que ya estaba listo, Joy se quitó las manos del rostro y las volvió a colocar de nuevo después de unos segundos de haber visto a J.

¿En verdad me veo tan mal?

Definitivamente, no, hasta pareces otro J., ¿en dónde estaba ese chico guapo que estoy viendo en estos momentos?

No sé, pero hoy curiosamente desperté con una noción distinta de mí mismo, como si hoy surgiera una nueva versión de mí, dudo si mejor o peor, pero estoy seguro de que hoy sucederá algo.

Pues, que suerte para todas las chicas que vayan a poder verte hermanito, pero eso sí, no quiero que te estén persiguiendo hasta aquí porque no se vayan a querer pasar de listas y te quieran robar, o peor, quieran robar uno de mis preciosos y adorables peluches.

Tú y tu fascinante forma de ser Joy, muchas gracias por cuidarme mucho. Anda vamos a desayunar, que nuestros papás ya nos deben de estar esperando. Sólo déjame cambiarme de nuevo de ropa y vamos con ellos, oye, por cierto, ya no me dijiste a quién vería hoy.

Este... ¡si mamá, allá voy!, lo siento hermanito, tendrás que esperarte hasta al rato porque mi mamá me está llamando, nos vemos.

Joy salió corriendo evitando que su hermano pudiese preguntarle de nuevo.

Ya estando toda su familia en el comedor, iniciaron sus rutinas de todos los días, mamá apurada sirviendo el desayuno, su papá y Jaume hablando sobre las noticias deportivas más recientes, Joy jugando con sus peluches estando ya en la mesa y por último J., que se la pasa observando a todos, mirando sus comportamientos, preguntándose si se darán cuenta de que siempre hacen lo mismo, pero esa mañana, su despertar no era lo único que auguraba un día especial, de entre las acciones que hacía cada miembro de su familia, algo sobresalió de todas, su papá, que tenía el mismo nombre que J., se dirigió hacia él.

Oye J., tu hermana nos comentó que hoy te encontrarías con una persona importante para ti en la fiesta a la que vamos a asistir, ¿quieres contarnos?

Pues, quisiera contarles sobre ella, pero ni yo mismo sé de quién está hablando Joy.

Jaume, que también había dejado de lado sus actividades, se integró a la plática.

¿Acaso ya tienes novia y ni nos has contado? No te conocía esa manera de ser J., tal y como tu hermano lo hace, anda, ya cuéntanos.

Es que, no es que no desee hacerlo, si no que para empezar, no sé de qué ha estado hablando Joy.

Ahora también, su mamá y Joy formaron parte de aquella conversación. Primero comenzó a hablar la pequeña Joy.

Yo les contaré si él no quiere, es una chica muy linda, hasta podría decir que compite conmigo en belleza, pero le sigo ganando por decisión mayoritaria de acuerdo con mis peluches, además, parece ser que J. ha soñado con ella en varias ocasiones, una vez nos contó un sueño que nos dejó fascinados a mí y a Jaume y cuando yo la vi, dije "debe de ser ella".

Nuestro pequeño ha crecido, ahora está teniendo su primer amor.

Esa conversación se transformaba cada vez más y más confusa para J., para comenzar, pocas veces habían tenido todos un mismo tema de conversación y aunque era una grandiosa idea que su familia estuviese conviviendo más, ahora el tema de conversación era él y eso lo hacía sentir extraño.

Entonces, su papá se levantó de la mesa, fue a lavar los trastes que había usado y cuando regresó dijo: ¿Listos para conocer a la chica de J?

¡Sí!, dijeron todos al unísono.

Prepararon todos sus cosas, trataron de tardarse el menor tiempo posible para que J. pudiera estar más tiempo con aquella chica misteriosa y tan pronto todos terminaron de arreglarse, viajaron rumbo a la ciudad en donde sería la fiesta.

Una loca e interesante historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora