María se levantó, fue hacia la cocina y se preparó un café y unas magdalenas. El piso estaba en completo silencio, lo que indicaba la ausencia de la otra inquilina o sus invitados en aquel momento. Bebió su café tranquilamente mientras seguía pensando en la misión que se autoimpuso el día anterior. Al final imponerse esa tarea fue la mejor de las ideas, no solo era algo que tendría que hacer en algún momento, sino que encima la distraía de todo lo que la carcomía desde que volvieron de la pelea con Virus.
Cuando terminó su desayuno abrió la habitación secreta y encendió la radio policial para luego ponerse a buscar en el ordenador. La estática de la radio se convirtió el día anterior en un compañero de su búsqueda y amenazaba con volverlo a ser ese mismo día.
El ordenador, que Valeria había configurado para piratear el sistema de la policía, devolvía resultados de gente en el registro civil sin mucho problema, pero por algún motivo no llegaba a encontrar en el registro civil su apellido más allá de ella misma y la ficha de fallecido de su padre.
Un portal se abrió en el piso y de él salieron Valeria y Andrés. Valeria miró dentro de la habitación secreta y vio a María tratando de disimular que estaba usando el ordenador.
- Buenos días, ¿qué hacías con el ordenador?
- ¿Yo? Nada, no estaba con el ordenador.
- María, por favor.
- A ver... Estaba... Buscando a alguien.
Valeria apartó a María del lado del ordenador y se puso a mirar el historial. Al ver el apellido de su amiga en la búsqueda dejó salir un gran suspiro. Apagó el ordenador, se levantó y se giró cruzándose de brazos.
- Tengo que encontrarla.
- Renegó de ti cuando saliste del armario.
- No me queda nadie Valeria, ¿vale?
- ¿Y yo qué soy? ¿No te valgo si no me puedes comer el coño borracha e inconsciente?
María miró a su amiga, quien no apartaba la mirada de enfado que había crecido en su rostro conforme la conversación avanzaba. María rompió en llanto antes de irse a su habitación corriendo. Andrés apareció por el marco de la puerta de la habitación secreta mirando a Valeria.
- Igual me he pasado.
- Un poco puede ser, pero creo que necesita oír que estás ahí, aunque sea de la forma brusca.
- Gracias tío... ¿Cómo coño se lo digo?
- Ahora no, ahora no es buena idea.
Valeria asintió y se sentó en la silla, sintonizando la radio de la policía. Andrés se sentó en su regazo y Valeria acarició su cintura mientras se escuchaba la estática. Les esperaba una conversación aquel día, e iba a ser dura.
Por el momento, tenían otra cosa que hacer, Angie había pedido que la dejaran quedarse en el universo de Valeria para poder hablar con Xavin, así que fueron a buscarla para que la joven pudiera hablar con le chique. Angie se sentó en el sofá nada más llegar al piso de Valeria, sacando su móvil y enviándole un mensaje.
- Qué mona, está pillada.
- Cuando le pidas salir a mi padre podrás hablar de lo mío.
- ...Enana cabrona.
- Pero la adoras. - Dijo Andrés con una sonrisa.
- Sí, eso es lo peor de todo. - Dijo Valeria sonrojándose levemente ante la sonrisa.
Desde el día anterior, cada vez que Andrés o quien estuviera en control la sonreía no podía evitar una sonrisa tonta y sonrojarse, no terminaba de entender el por qué. Los adultos fueron a la habitación secreta a seguir escuchando la radio por si pasaba algo.alt
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Gunspider 3: la gran cacería
FanfictionValeria ha conseguido redimirse y está poco a poco cambiando la opinión del pueblo sobre ella. Con los amigos que conoció en sus anteriores aventuras y nuevas amistades que empezarán a aflorar, nuestra desquiciada heroína se enfrenta a una consecue...