﹒⌗﹒ 🌊﹒ᥣ᥆᥎ᥱ𝑟 | 𝑷𝒆𝒓𝒄𝒚 𝑱𝒂𝒄𝒌𝒔𝒐𝒏 ᡣ𐭩

⋆.˚ 035 𐙚Iris, Goddess of the rainbow꒱ ᯓ★

Iris, diosa del arcoíris

—¿Te crees especial, ladrón del rayo? ¿Crees que nadie puede reemplazarte? Te di las herramientas para robar el rayo maestro solo para ver cómo te lo arrebataban. Ese error ya fue corregido, pero hay mucho en riesgo como para que  me vuelvas a fallar. La guerra que se avecina. La guerra mayor a la guerra de Zeus y Poseidon.

Percy estaba tras unas puertas de madera, observando a un señor canoso hablando con alguien que no podía notar.

—Dame otra razón para volver a cuestionar tu valor y te traeré a otro que esté listo para ocupar tu lugar.

El señor giró su cabeza hacia Percy.

—¿No es cierto, pequeño héroe? Aún no es momento de que nos conozcamos. Sigue con lo tuyo y muéstrame lo que eres capaz de hacer.

La puerta se cerró.

Percy abrió sus ojos ante el ruido. Grover estaba sobre varias cajas sosteniéndose de una pequeña ventanilla en el techo del camión en que iban.

—¿Eso ayuda? —cuestionó a Annabeth, está sostenía una especie de cristal.

—Lo vamos a descubrir. ¿Ves donde estamos?

Grover metió su cabeza por la ventanilla.

—Ya casi llegamos. —Annabeth asintió levemente.

Percy se levantó y se sentó a lado de Annabeth.

—Ya, encontré señal. —dijo ella al mover el trozo de sus manos y hacer que el sol reflejara en este creando una especie de luz en la pared del camión, sin embargo resaltaba más que en la pared.

Winfred, quien se encontraba casi al fondo del camión jugando con uno de los animales enjaulados se acercó a ellos.

—Vamos, lánzalo corazón de pescado. —dijo la rubia mientras alzaba un poco de las telas de otras jaulas para ver que animal había ahi.

Percy la miro y luego lanzo una Dracma, está desapareció al tener contacto con la luz tornasol.

—Esto nunca va a dejar de ser raro.

Annabeth siguió moviendo la luz.

—Si quieres la atención de los Dioses hay que pagar. —cerró los ojos. —Oh, gran Iris, diosa del arcoíris, te pido que aceptes mi ofrenda. —el arcoíris que reflejaba con la luz brillo un poco más, siendo la respuesta que Annabeth buscaba. —Okey, campamento mestizo. Oficina de Quirón.

El arcoíris comenzó a mostrar lo que Annabeth pidió, aunque al instante notaron a Luke.

—¿Luke? —cuestionó Percy.

Luke pareció notarlos.

—¿Annabeth? ¡Percy! ¿Están bien?

—Si, estamos bien. —respondió Annabeth. —¿Donde está Quiron?

—Tratando de mantener en pie el campamento. —respondió. —Todos creen que habrá guerra y las cabañas están tomando bandos, díganme que tienen buenas noticias.

—Sabemos quien robó el rayo. —dijo Percy.

—¿Como lo saben?

—Nos cruzamos con Ares y Grover lo hizo hablar y se dio cuenta de que Ares sabía quien era el ladrón, pero lo estaba encubriendo y ¿a quien cubriría Ares si no a..?

—Su hija favorita. Clarisse es la ladrona del rayo.

—Quiron tiene que arrestarla para descubrir que sabe. —dijo Percy. —Hay algo más que solo el rayo. Es más grande. No preguntes como se, solo confía en mi.

—Okey. Yo me encargo y Ares eh, ¿como estuvo eso?

Los dos semidioses sentados que Luke podía observar, se miraron entre sí.

—Bueno, comparado con la quimera el lunes y Medusa el domingo, pudo haber estado peor.

—Medusa fue el sábado. —corrigió Winfred mientras se levantaba para sacar por completo la tela de las jaulas a lado de donde Annabeth y Percy estaban sentados.

—¿No fue el domingo? —cuestionó Percy.

—Ningún monstruo ese día. —aseguró Winfred. —El lunes moriste en el rio.

—Claro, entonces, Medusa el sabado.

—Oigan, ¿que se traen? —cuestionó Luke mirando a ambos rubios.

—¿Que? —cuestionaron ambos.

—¿Desde cuando tienen problemas de pareja?

Ambos rubios se miraron por unos segundos, luego, Winfred cortó el contacto visual enfocándose nuevamente en los animales.

—No quiero cambiar el tema, pero voy a hacerlo. Necesitamos un consejo, vamos hacía las vegas para ver a tu papá... —Annabeth cortó la señal. —¿Que pasó? ¿Qué fue?

—No puedes preguntarle a él sobre su padre.

—No, yo creo que si puedo.

—Si le dices que vamos a ver a Hermes, tratará de convencernos de no hacerlo. No necesitamos eso. —dijo Annabeth.

—¿No se llevan bien?

—No nada.

Grover se acercó a ellos.

—Okey, tengo noticias. —dijo el sátiro. Ambos semidioses se levantaron mientras Winfred se daba la vuelta para verlo. —Los que manejan este camión no son buenas personas. Son traficantes.

—Podemos ayudar a los animales a escapar, pero no si eso pone en riesgo la misión. —aseguró Annabeth.

—Ah, no, no, no. Ellos ya tienen un Olán para liberarse y a nosotros también, porque, muchos de ellos son muy listos. Solo les faltaba una pieza del rompecabezas para abrir las jaulas.

—¿Que era? —cuestionó Percy.

—Pulgares. Pero aquí estábamos, así que, todo bien.

—Y cuando las jaulas se abran, ¿ya tienen un plan?

—Si, es algo elegante. Bueno, es que ellos son como artistas.

—¿Grover estas bien? —cuestionó Winfred llevando su mano a la frente del sátiro.