El oscuro corazón de la reina (Daemyra) (Dark Rhaenyra)

Capítulo XXIV

Hola a todos! Como saben sigo en proceso de cambiarme de casa, y escribir cuesta bastante jaja. Así que acá nuevo capítulo. 

No olviden comentar y votar para que valga la pena.

Besos y abrazos.

- ¿Cómo es posible que no la encontremos? ¿Cómo es posible que se puedan esconder tan bien?- gritó Viserys frustrado, llevaban semanas buscando a Aemma y no la encontraban.

Rhaenys maldecía ¿Cómo era que ni siquiera en sus dragones podían rastrear a Harrold Westerling y Aemma?

Laena estaba segura de lo que había visto, pero Harrold Westerling había sido un guardia real, había tenido una basta experiencia explorando el reino, él conocía ese lugar y era por eso que lograba esconderse.

Pero no lograría hacerlo para siempre.

Rhaenys tocó el hombro de su primo y trató de calmarlo.

- Él no podrá huir por siempre- dijo Rhaenys mirando a Viserys que sufría sentado en el suelo- La encontraremos, te juro que la encontraremos- dijo Rhaenys viendo como él sufría. 

Viserys no sabía incluso si Harrold seguía en esa ciudad. Era una ciudad pequeña, la tenían rodeada con ejércitos de los Velaryon ¿Cómo era posible que aún no lo encontraran? 

¿Dónde podía haberse escondido?

En otro lugar Harrold observaba que ya casi no les quedaban provisiones.

- ¿No crees que deberíamos ir a la ciudad? No he escuchado de ataques, no he escuchado de nada peligroso- dijo Aemma que no había visto enemigos cerca como decía Harrold.

¿Realmente no eran ideas de él?

- Hay demasiado peligro afuera mi amor, ellos no pueden encontrarte- dijo él y Aemma lo miró fijamente.

- ¿Por qué crees que me harán daño?- preguntó Aemma confundida- ¿Esto tiene algo que ver con el pasado que no recuerdo no es así?- preguntó Aemma y él negó.

- No, claro que no- dijo Harrold pero Aemma ya no podía creerle.

Llevaban huyendo de un lado a otro, escondiéndose en lugares donde incluso respirar era complicado, ella sentía que eso tenía que ver con su pasado.

Ella sentía que había algo que él no le decía, y algo le gritaba que debía ir exactamente al lugar que él le decía que no podían ir.

Lo llevaba pensando hace algunas semanas.

Se sentía bien junto a Harrold, pero sentía que algo faltaba en su vida. Algo...o alguien.

Ella se iría esa noche cuando él estuviera durmiendo. No podía huir más, ella traicionaría a su ''esposo'' e iría a ese lugar al que su corazón le gritaba que fuera.

En otro lugar, Criston Cole resguardaba la habitación de la reina, donde ella se había ordenado que encerraran a su esposo por esa noche. 

Daemon Targaryen había luchado, pero nuevamente no había ganado.

Sin su armadura, sin su espada, contra la guardia real de la reina, era difícil que realmente lo lograra, aunque Criston Cole admitía que él aún así había dado pelea. En una pelea justa, era obvio que él habría ganado.

A Criston Cole no le importaba que tan inmorales fueran las acciones de la reina, Daemon Targaryen era su esposo, debía cumplir con darle herederos, y si él no la tocaba, la reina tenía todo el derecho a obligarlo. 

Si Daemon Targaryen intentaba dañar a la reina, su guardia completa la defendería. 

Él no podía ganar esa pelea, y la reina había perdido la paciencia con él.