CAPITULO 3

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Llegué a un hotel un poco barato, pero se veía agradable. Pedí una habitación en el piso 6, me quedaré por 2 semanas; espero que sea un lugar tranquilo.
Subí y llegué al piso 6, mi habitación es la número 22. Abrí la puerta y entré, mi habitación es linda. Tiene unas hermosas paredes grises, su gran piso de alfombra blanca, tiene una sola cama individual, con sábanas de un hermoso color azul marino, con una mesa de noche al lado de la cama, en frente de la cama hay una televisión muy pequeña, pero al menos se puede ver el noticiero. Entré al baño, me agradó por completo, tiene una linda tina de baño, un inodoro blanco, un lavamanos y, arriba de él, un espejo grande, donde puedo ver perfectamente mi reflejo.
Desde la ventana de mi habitación puedo observar la buena vista de la ciudad, se ve extremadamente hermosa la ciudad de noche.
Me duché y me puse la pijama, cuando de pronto, tocaron la puerta. Fui a abrir, era una chica, tenía alrededor de 25 años, tenía un lindo cabello lacio corto y negro, unos ojos caídos color café, labios rosas que estaban un poco grandes, era muy alta.
Le regalé una sonrisa, ella me la devolvió y me empezó a hablar con una dulce voz:
-Buenas noches, señorita. ¿Desea ordenar su cena de hoy?
-¡Buenas noches!, claro que sí. ¿Qué tiene en su menú?
-En el menú de noche tenemos de cenar hot cackes, huevos revueltos al gusto, cereales con leche y quesadillas. De beber tenemos café, café con leche, té verde o de manzanilla, agua, licuado de plátano o de fresa y chocolate con leche. ¿Qué gusta ordenar?
-Quisiera ordenar hot cackes y de beber un té verde por favor.
-Claro que sí, en unos minutos se lo traigo.
-Muchas gracias.
Cierro la puerta de la habitación y me dirijo a mi cama.
Tengo demasiada hambre, con todo lo que pasó en esta noche aún no puedo asimilar nada.
Me acurruqué en mi cama y empecé a llorar desconsoladamente. Extrañaba demasiado a mi madre, ella era mi todo.
Sentí un dolor inmenso en mi alma y corazón, aún no podía creer que se había ido, ella era toda mi felicidad y ni siquiera lo sabía.
Extrañaba sus besos de buenas noches que me daba a diario cuando yo estaba dormida, ella siempre se despertaba alrededor de las 12 de la noche para ver si yo había llegado bien a casa. Siempre llegaba a mi cama y me daba un dulce beso en la frente y me decía lo mucho que me amaba.
Seguía llorando cuando, de pronto, tocan a mi puerta, al parecer era la cena.
Abro mi puerta y ahí estaba la chica de antes, con su linda sonrisa y sus lindos hoyuelos en los cachetes.
-Muchas gracias por la cena. - Le digo.
-Que pase linda noche.
-Igualmente.
Cierro la puerta y me dirijo a mi cama nuevamente, para cenar.
Empecé a cenar, empecé tomando un poco de té verde para después cortar un poco de los hot cackes, la cena me gustó, pero no era tan rica como la de mi madre, no pude terminar de comer por el vacío que sentía en mi estómago.
Dejé los platos en la mesa de noche y me fui a dormir, aterrada de cómo sería mi día mañana.
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⏰ Última actualización: Oct 07 ⏰

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-El dolor de respirar-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora