Impulso (parte 2)

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Venía recorriendo las calles de Los Ángeles junto con Ari, Ama, Pipe, Juan y Ded. Todos venían echando su desmadre, habíamos pasado a un arcade bar -lo que era bien raro- y bebimos un poco más de la cuenta. Así que andábamos risa y risa con cualquier pendejada que se nos ocurría.

—¡Cállate, güey!, que el año pasado tú andabas encima del Mariana jajaja ¡También tú eres una pinche mala copa! —me replicó Ded, fastidiado de mis quejas con Abril.

—¿Ves? Es tu karma, ¡ahora cargame, perra! —Ari estaba encima de mí.

—¡Pendeja! Pesas mucho y yo estoy chiquita, cabrón —apenas y podía conmigo—. ¿De qué hablas pinche Ded? ¿A tí quién te preguntó, güey? —me defendí.

—Uhh, pelea, pelea —animó Ama. Juan estaba hasta adelante con Pipe, al parecer, estaba enojado con la borracha de Ari.

—Yo solo digo que es tu karma —se alzó de brazos Ded.

—¿A poco sí?

Sostuve a Ari, quien se burlaba de mí a carcajadas mientras yo a duras luchas y podía sostenerla. Suspiré y miré a mi alrededor pensando en lo que dijo Ded. Este era un lugar importante, nuevamente estaba en Los Ángeles, ya había pasado más de un año del inicio de todo mi desmadre emocional. Al llegar al lobby, una atmósfera melancólica y extraña me abrumó, Ari seguía colgada sobre mí mientras le gritaba cosas a todos los demás.

—Güey —se detuvo de golpe con la cara pálida—, necesito vomitar, güey.

—No mames Abril, ni se te ocurra, por favor.

—Todo me da vueltas, güey, ayúdame —Ari parecía desconectada.

Corrimos a la calle, no podía vomitar aquí en el hotel y no recordaba dónde estaba el baño. Sostuve su cabello mientras Ama la agarraba para no caer.

—Jajajaja eres una borracha Abril, ¡Qué asco! —se burlaba Ama.

—¿Ya está vomitando? Qué puto asco, no quiero ver, guácala —me tapé la nariz y apreté los ojos para no asquearme.

¡No me hagas así, baboso! Me voy a guacarear, ya tomé mucho y todavía le quiero seguir

Pero ya no bebas, te dejo bailar, pero bájale a tu pinche alcoholismo mujer 

Mira, pinche Osvaldo. Deseo empedarme todo lo que pinches quiera... así que: bailas conmigo y nos mamamos toda la puta noche o te vas allá con aquellos pendejos a platicar o lo que sea que hagan. Yo... voy a seguir bebiendo todavía, así que: me acompañas y disfrutamos juntos o te vas.

Parpadeé varias veces, no sabía de cuándo era ese recuerdo y por qué aparecía ahora. Ari se incorporó limpiando su boca.

—¿Y Juan? —dijo toda norteada.

—Se fue con ellos, creo que está en su plan —se quejó Ama.

—¿Qué pedo? ¿Por qué se enojó, él también estuvo pisteando? —pregunté sacada de pedo; Ari se alzó de hombros.

—No sé, no soy su mamá así que él sabe si quiere portarse así conmigo... cargame, güey.

—No mames Ari, te apesta el hocico —me burlé.

Intenté dar un paso dentro del hotel, pero la pendeja de Ari venía toda guanga, así que tropezamos en el primer escalón, Ama nos sostuvo y nos salvó de un putazote en la cara.

¡Pendeja! ¿Estás bien? ¿Samy?

¿Ah? S-sí...

Astromelia  | Rivers x ElMarianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora